Bahía Blanca | Martes, 30 de abril

Bahía Blanca | Martes, 30 de abril

Bahía Blanca | Martes, 30 de abril

Conducir, más allá del slalom

El municipio buscará mejorar los componentes del examen práctico de conducir, buscando una manera más adecuada de tener la certeza de que quien reciba su licencia se encuentre verdaderamente capacitado para salir a la calle, en las condiciones adecuadas que se suponen para la enorme responsabilidad de tener a cargo el manejo de un vehículo.

La modalidad actual no solo es discreta en cuanto a sus exigencias –estacionar entre vallas y hacer slalom (zigzag) entre cuatro conos-, sino que además una de sus partes, la de hacerlo marcha atrás, tiene un grado de dificultad que obliga a muchos -un 70 por ciento- a concurrir varias veces hasta sortearlo o, incluso, tomar clases particulares para aprender el “secreto” de cómo hacerlo.

Está comprobado que muchas personas se las ingenian para superar esas exigencias de la evaluación y salen con su carné para empezar a practicar y ponerse a tono para desempeñarse en la calle, un espacio donde las cualidades necesarias son otras.

Pese a que pueda parecer un tema menor –modificar las exigencias de un examen-, la realidad es que el tránsito vehicular conforma una de las situaciones de mayor conflictividad en la ciudad, por la cantidad de vehículos, por su complejidad, por el desapego de los conductores a las leyes y por cierta “locura generalizada” que se verifica en un gran porcentaje quienes manejan.

En este contexto, la autoridad responsable debiera tener completa certeza de su capacidad. Resulta evidente que hoy los inspectores que verifican que un aspirante logra estacionar su auto sin tocar las vallas, de ninguna manera pueden asegurarse de que esa persona tenga la capacidad adecuada de reacción, anticipación, criterio, conducta y postura para hacerlo en la ciudad.

Ha habido una interesante mejora, desde hace un tiempo, en el examen teórico, que ha pasado a tener más de 140 preguntas, con un manual que debe leerse para tener la posibilidad de aprobarlo, y deriva en que hasta el más avezado adquiera conocimiento del contenido de la ley de tránsito y los comportamientos adecuados que corresponden a distintas situaciones.

Por eso parece sensato mejorar la forma de evaluar la capacidad de manejo, consultar con las academias de conductores para que aporten su experiencia, referir a otros modelos vigentes en el mundo y generar un circuito más completo y amplio, que, sin convertirse en un obstáculo a la hora de tramitar la licencia, brinde a los evaluadores la seguridad de estar entregando una autorización con un respaldo serio, confiable y seguro.