Bahía Blanca | Jueves, 17 de julio

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Obras: a quién corresponde la seguridad

Propietario de la obra, empresa constructora, profesionales intervinientes y municipio son los actores --algunos principales, otros secundarios-- que aparecen en escena cada vez que sucede un accidente en una obra en construcción. Especialistas consultados luego de la caída de una madera que impactó sobre la cabeza de un ciclista --ocurrida el miércoles en Brandsen y San Martín, y que lo dejó en estado grave--, coincidieron en señalar ayer a este diario que la responsabilidad de lo ocurrido resulta "siempre del propietario", sea una persona, consorcio o un fideicomiso, entre otras figuras, por sobre el resto.
Obras: a quién corresponde la seguridad. Sociedad. La Nueva. Bahía Blanca

 Propietario de la obra, empresa constructora, profesionales intervinientes y municipio son los actores --algunos principales, otros secundarios-- que aparecen en escena cada vez que sucede un accidente en una obra en construcción.


 Especialistas consultados luego de la caída de una madera que impactó sobre la cabeza de un ciclista --ocurrida el miércoles en Brandsen y San Martín, y que lo dejó en estado grave--, coincidieron en señalar ayer a este diario que la responsabilidad de lo ocurrido resulta "siempre del propietario", sea una persona, consorcio o un fideicomiso, entre otras figuras, por sobre el resto.


 Manifestaron que los controles estatales en materia de seguridad "casi no existen" y que el cumplimiento de las normativas responde muchas veces a las denuncias de vecinos antes que a la voluntad de las firmas constructoras.


 "El responsable de este tipo de accidentes es siempre el propietario", señaló a este diario un profesional de la ingeniería especialista en seguridad de obra, en referencia a quién debería afrontar las consecuencias legales de cualquier daño que genere una obra en construcción.


 Varios profesionales consultados coincidieron en definir a este tipo de actividades como "muy compleja" a la hora de establecer controles en un rubro donde "son los menos" los emprendimientos que se ajustan a lo exigido en la materia.


 "Esto además se agrava porque muchas empresas cumplen formalmente pero no lo hacen de buena manera. No se trata sólo de armar pantallas o colocar cables de acero para sostener hamacas, sino que además se debe hacerlo apropiadamente y con los materiales adecuados", explicó a "La Nueva Provincia" el ingeniero Horacio Fioritti, titular de una empresa de seguridad.


 Por su parte, toda obra, según coinciden los entrevistados, tiene una dinámica que hace que cualquier visión de la misma sea "una foto" de un estado de situación que se modifica "momento a momento".


 "Es imposible pensar que alguien puede estar las 24 horas controlando lo que se hace y que cada obrero cumpla con las instrucciones que se le dan. Eso es imposible", señaló Fioritti.


 En este aspecto, los consultados coincidieron en reconocer a la ciudad como una "zona de riesgo", sobre todo en estos meses de vientos intensos.

Los responsables. Para el arquitecto y empresario Marcelo Soteras, la seguridad en una obra es "responsabilidad absoluta" del propietario. Si bien reconoció que el municipio realiza algunas inspecciones, remarcó que "en general" nuestro país se caracteriza por la falta de controles.




 "Es habitual que los mismos recién se exterioricen cuando pasa algo grave. Lo estamos viendo ahora, por ejemplo, con Camuzzi, que luego de la explosión de un edificio en Rosario empezó a cortar el suministro de gas en la ciudad", explicó.


 "La realidad es que la caída de materiales de una obra es un hecho posible y es nuestra responsabilidad --como propietarios-- instrumentar las medidas para que sus consecuencias sean mínimas", mencionó el profesional.


 Agregó que aún disponiendo de más inspectores municipales en la calle resulta difícil controlar este tipo de tareas con un grado de detalle y continuidad horaria.


 "Los propietarios o inversores deben saber que son responsables por lo que genera una construcción. Y el municipio les señala cuáles son las protecciones que deben instrumentar", añadió.

Los números. "Las estadísticas son contundentes en este tema: la construcción es el ámbito donde más accidentes se producen".




 De esta manera contestó a este diario la ingeniera María Inés Tombessi, egresada en Seguridad e Higiene, sobre la importancia de intensificar las medidas que apunten a minimizar esos riesgos.


 "Es además difícil capacitar a los trabajadores porque la construcción cambia su personal de manera constante: es una planta rotacional que impide ir creando conciencia día a día", explicó.


 Destacó que por sobre los controles municipales --que pueden ser más o menos estrictos-- "hay leyes vigentes" que ningún inversor o constructor debiera desconocer.


 "No se puede pensar en tener un inspector para cada construcción, cada día. Lo importante es generar conciencia de los propietarios, empresas y obreros", agregó.


 Como un detalle no menor, el ingeniero Marcelo Di Buo, encargado de varios edificios en ejecución en la ciudad, reconoció que una de las situaciones que más ha contribuido en los últimos años para que las empresas mejoren las condiciones de seguridad han sido los vecinos, quienes no dudan en presentar sus denuncias en el municipio cuando observan que determinadas normas básicas no se cumplen.

Costo, no gasto. "Los propietarios deben entender a la seguridad como un costo de la obra y no tomarlo como un gasto. De todas maneras, mi experiencia es que no siempre los accidentes son resultado de la negligencia, por eso cumplir con todos los requisitos asegura un mejor resguardo legal", explicó otro reconocido profesional en la materia.




 Agregó que en Bahía Blanca "un porcentaje menor" cumple con las normativas vigentes en seguridad, siendo las obras más importantes donde mejor se verifican.


 Aseguró finalmente que el responsable es siempre "el que origina el riesgo", su propietario. A partir de ese papel debiera contratar empresas capacitadas y profesionales idóneos que le "brinden esa seguridad".

Notificaciones




 El ingeniero Eduardo Rossi, titular de una empresa constructora, dijo que sería importante que cuando el municipio detecta irregularidades o falencias en las instalaciones de seguridad notifique a los propietarios y no a un eventual encargado de la obra. "En eso el municipio comete un error porque ese acta muchas veces se termina perdiendo. Lo que debería hacer siempre es intimar al propietario, verdadero responsable de lo que pudiera ocurrir", declaró.

Apenas seis inspectores en la calle




 El número habla por sí solo: el municipio tiene apenas seis personas en la calle para controlar la construcción en toda la ciudad.


 Por eso el titular de la Agencia Urbana, Marcelo Lenzi, señaló ayer a este diario que la idea es, en el corto plazo, "reducir la cantidad de profesionales afectados al área administrativa --ocupados en la revisión de planos-- para derivarlos al seguimiento de las obras".


 En relación al reciente accidente ocurrido en el edificio de Brandsen y San Martín, señaló como responsables "al propietario y al profesional responsable de la obra".


 "Nosotros aprobamos el proyecto y el plan de seguridad a implementar. Los controles que realizamos surgen a partir de irregularidades evidentes o denuncias de vecinos", señaló.


 En el caso particular de lo sucedido esta semana, explicó que la caída de una viga se dio en un momento "muy delicado" como es la etapa de desencofrado, cuando se verifica el movimiento de mucha madera.


 "Un hecho de esas características no depende de que se haya cumplido con determinada secuencia de inspecciones", aseguró.

¿Y con los edificios terminados?




 A poco de cumplirse diez años de su sanción, sigue sin aplicarse en todo su alcance la ordenanza destinada a verificar el estado de conservación y mantenimiento de fachadas de edificios, la cual incluye asegurar el buen estado de balcones, molduras, barandas y cartelería, entre otros elementos.


 "La normativa tiene vigencia y es responsabilidad de cada propietario asumir su cumplimiento", comentó Lenzi.


 El problema que enfrenta el municipio para poder intimar a los propietarios es que no dispone de un registro completo de todos los edificios de la ciudad donde se detalle su antigüedad, considerando que la obligación de presentar un informe técnico depende de esa última situación.


 "No tenemos un listado municipal con esa información para encuadrar cada inmueble dentro de la norma. Disponemos de datos de algunos inmuebles incluidos en el cambio de codificación catastral realizado en la década del '50 y de los bienes reconocidos como patrimoniales", agregó el titular de la Agencia Urbana.


 Si bien la ordenanza señala, en su artículo 6º, que el Departamento Catastro debe "implementar los mecanismos necesarios para identificar a todos los inmuebles y su antigüedad", Lenzi reconoció que ese es un trabajo "imposible de realizar".


 Acotó, por último, que el municipio "está elaborando" notificaciones para ser remitidas a los inmuebles relevados, de modo que conozcan la vigencia de la ordenanza. También señaló la posibilidad de divulgar la misma de manera intensa a partir de campañas publicitarias.


 Lenzi mencionó que cualquier vecino que detecte una fachada en situación de riesgo --pueden ser sus molduras, cartelería, toldos, etcétera-- puede realizar la denuncia correspondiente en el municipio, para dar intervención a la oficina de Obras particulares.