Bahía Blanca | Sabado, 05 de julio

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EL OSARIO DE KUTNA HORA

En el 1278 el abad de la Orden del Cister, de Sedlec, en la Bohemia Checa, viajó a Tierra Santa y, al regresar, esparció tierra del Gólgota en el cementerio de Kutná Hora, que adquirió un impensado prestigio. Las familias pudientes de Centro Europa comenzaron a enterrar allí a sus difuntos y el cementerio también recibió a las víctimas de la peste negra, a fines del siglo XIV, y a muertos en las guerras husitas, a comienzos del XV.

 En el 1278 el abad de la Orden del Cister, de Sedlec, en la Bohemia Checa, viajó a Tierra Santa y, al regresar, esparció tierra del Gólgota en el cementerio de Kutná Hora, que adquirió un impensado prestigio.


 Las familias pudientes de Centro Europa comenzaron a enterrar allí a sus difuntos y el cementerio también recibió a las víctimas de la peste negra, a fines del siglo XIV, y a muertos en las guerras husitas, a comienzos del XV.


 Desde entonces el cementerio se fue ampliando y, ya en el 1400, se construyó en el medio del campo santo la Catedral de la Resurrección de la Virgen y un osario en una capilla subterránea, en la que se depositaron los huesos desenterrados.


 Al entrar a la capilla hay que bajar unos cinco escalones, y a derecha e izquierda se ven rejas de las que cuelgan calaveras y, más atrás, un enorme candelabro y el escudo de armas de la familia Schwarzenberg, hechos con huesos grandes.


 Detrás, cuatro columnas y un altar con velas encendidas.


 Si bien el visitante entra a la capilla con el alma en vilo y los sentimientos a flor de piel, esa sensación desaparece ante el arte con el que esos 40 mil huesos se han transformado en lámparas, en una enorme araña que cuelga de la bóveda y en guirnaldas de cráneos que la traviesan.


 Ese trabajo se realizó muchos años después, en 1870, cuando un famoso tallista en madera, Frantisek Rint, fue convocado para acomodar esos huesos y de su talento surgió esta capilla que es uno de los atractivos turísticos de la bella ciudad medieval.


 La firma del tallador --Rint-- está en una de las paredes hecha con huesos pequeños.


 Cuando se cumplió el centenario de este singular trabajo, en 1970, el cineasta checo Jan Svankmajer realizó un documental del osario de 10 minutos, con un relato neutro y convencional, pero poco después reeditó el filme con el poema "Para hacer el retrato de un pájaro", del poeta y dramaturgo francés Jacques Prévent, y música de jazz.


 A Kutná Hora se la llamó "el cofre del tesoro del país", por los yacimientos de plata que poseía, metal que fue el sostén de la economía del entonces Reino Checo, en el Medio Evo.


 La explotación minera habría comenzado en el siglo X, ya que en ese tiempo se hallaron dinares de ese metal.


 Esto explica por qué fue tan poderosa que compitió con Praga.


 En esta ciudad se acuñó la primera moneda centroeuropea, el Gros, cuya historia se puede conocer en la Casa de la Moneda, donde los visitantes son recibidos por hombres que visten trajes de aquella época.


 También las viejas minas de plata están abiertas a los turistas, quienes para ingresar deben cumplir con un rito, que es el de vestir túnicas blancas, que era el atuendo de los mineros, ya que en ese entonces no existían los tintes de colores.


 Un dato interesante es que las mujeres podían entrar al socavón, lo que no ocurre en otros yacimientos donde la presencia femenina es de malos augurios.


 Una de las tradicionales fiestas de Kutná Hora son Los Juegos de la Plata, un festejo que recuerda la visita del Rey Checo Venceslao y de su esposa la Reina Sofía de Baviera.


 Ese día hay torneos deportivos, mercadillos que venden de todo y comidas típicas.


 La jornada finaliza con la Misa de Plata en la Catedral de Santa Bárbara, Patrona de los Mineros.


 Esta Catedral, en la región de Bohemia, es una de las más bellas construcciones europeas de estilo gótico.




 Para todos los gustos.


 En los viejos tiempos estaba rodeada de plantaciones de vides, pero actualmente sólo hay algunos cultivos donde los visitantes pueden participar de degustaciones de vino acompañadas de quesos.


 Pero los vinos más importantes de la República Checa se cultivan y se elaboran en la región de Moravia --los blancos son los más premiados y prestigiosos--, cuya vendimia se celebra todos los años en septiembre.


 Pero es sabido que los checos son los grandes consumidores de cerveza del planeta.


 Una visita a Kutná Hora no debe obviar al restaurante de Mikulás Dacicky, noble escritor y gran sibarita, que es un gran reducto gastronómico con largas mesas y profusión de maderas oscuras.


 Allí está la Barra de Cerveza, lugar preferido de los habitúes, y las máquinas con los logos de la bebida --en el país hay más de 480 marcas--, siendo la más famosa la rubia Pilsen Urquell, que desde 1842 se fabrica en Pilsen, la mayor ciudad de la Bohemia occidental.


 Un dato a tener en cuenta es que a toda hora siempre habrá un lugar donde beber cerveza, pero para cenar es difícil encontrar reductos después de las 7 o, a más tardar, de las 8 de la noche.


 En este tradicional restaurante hay una glorieta, un jardín de verano y una terraza cubierta.


 Lugares y cervezas para todos los gustos y todo el encanto de las tabernas checas.


 En estos días los checos se preparan para despedir al invierno, la estación gélida del año.


 Las familias arman "La Mayka", como llaman al período frío, que en su idioma es un vocablo femenino, y que representan como mujer.


 Por eso salen a "quemar a la invierno", y también a tirarla al río, mientras cantan y beben cerveza en vasos de medio litro. Para este pueblo la cerveza "es el pan líquido".


 Es el tiempo de abrir los invernaderos, pequeños recintos caseros en los que guardan tomates, pepinos, ajíes y otras verduras, a las que protegen del cruel invierno.


 Es tiempo de salir a disfrutar de los días tibios.


 Como es una ciudad para caminarla mucho, a veces la pausa gastronómica no debe ser muy potente.


 Para ello basta con un menú "barato y sano", que es una sopa espesa de cebolla o de hongos y la infaltable cerveza.


 Otra comida muy original es la sopa de gulash que se sirve adentro de un "kledniky", un pan redondo y grande al que se corta por la mitad para que oficie de plato hondo.


CORINA CANALE

TIPS


El amor


Dijo Jacques Prévent: "No son seis o siete las Maravillas del Mundo. No hay más de una: el amor".


Lo mejor


En los mercadillos lo mejor son los objetos de porcelana y de cerámica, trabajados artesanalmente.

Patrimonio

El Centro Histórico de Ktná Hora fue declarado en 1995, por la Unesco, como Patrimonio de la Humanidad.


Dónde informarse

Más información sobre este lugar se puede encontrar en la web: www.kutnahora.cz

70

kilómetros separan a Kutná Hora de la ciudad de Praga.