El acordeón que guarda un alma hace más de 60 años
--¿Qué quieren escuchar?
--Toque usted...
Durante 5 minutos los dedos de la mano derecha van y vienen por las teclas sin perderlas de vista; los de la mano izquierda, tocan y tocan al tacto. Suena un vals francés en el acordeón de Salvador "Chiche" Ursino.
--¿Qué más? --pregunta.
--¿Una canzonetta italiana?
--Dale...
***
Salvador Ursino recibe en su casa de Villa Rosas. Al final de la charla saca su acordeón.
--Tiene tierrita --dice. Hace un mes que no lo agarro.
--¿Y cuánto tenía la primera vez que lo agarró?
--De pibe tenía la idea de estudiar bandoneón, entonces mi papá (Antonio) se me aparece un día en casa y me dice: "Ahí te compré un bandoneón...". Y era un acordeón más grande que una casa, ja, ja, ja...
Igual "Chiche" aprovechó la oportunidad.
--Era un instrumento nuevo para acá, porque lo que dominaba en los bailes y en las orquestas era la típica (tango, milonga)... El acordeón se usaba para hacer lo que se llamaba la característica, un género en el que había que saber tocar de todo.
A los 14 años empezó a estudiar con Emilio Salas en Villa Rosas, hasta donde se había mudado la familia, desde Ingeniero White, cuando Salvador tenía sólo un año.
--Nací en White, pero yo soy de Villa Rosas --dice 76 años después en el living de su casa frente a la Parroquia de San Antonio de Padua.
Después llegó el momento de perfeccionarse en teoría y solfeo con Alberto Guala.
Y el gran momento: el debut en noviembre de 1951 en la orquesta de Nicolás Tauro junto a Salas (bandoneón y acordeón), Pamer (piano), Bazana (trompeta), Raúl Romero (batería), Roberto Flores (tambor y voz) y Benavent (violín).
--Yo era músico libre y tocaba con varias orquestas. En aquellos tiempos los bailes empezaban a las 10 de las noche y terminaban a las 4 de la mañana.
--¿Dónde eran los bailes de aquellos tiempos?
--Uuhhhh... En las kermeses de Villa Mitre, en el club Libertad acá en Villa Rosas...
Esos son los que recuerda "Chiche", pero también hubo más: Cashuatí de Sierra de la Ventana, carnavales en El Perdido, Pedro Luro, Puerto Deseado... Y los cabarets.
--Ja... Me acuerdo de lo que eran los cabarets... Eran un templo religioso si los comparás con los de ahora: mirá que ibas a entrar si no tenías saco y corbata...
También estuvo en tanguerías. Saca fotos de algún cajón y muestra: una con Argentino Ledesma, otra con Jorge Falcón, con Juan Carlos Granelli... Jorge Valdez... Alberto Marino.
***
--El acordeón siempre fue una cosa secundaria para usted ¿por qué no vivió de la música?
--La música siempre fue una linda extra, pero no le tenía confianza para vivir, trabajé como administrativo en el Ferrocarril. Por la música dejé otras cosas: me recibí de mecánico dental en el 62, pero no ejercí, preferí el acordeón.
--¿Y nunca quiso saber lo que era el bandoneón, después de aquel regalo de su papá?
--Opté por el acordeón y me vino bien porque aprendí a tocar varios géneros.
--¿Y cuál prefiere?
--Me gusta la música agradable al oído.
--¿Y cuál es la música agradable al oído?
--Chopin, Beethoven, la ópera de Verdi... El musette francés.
***
--Cuando sacó el acordeón me dijo que hacía un mes que no lo tocaba, ¿no se pone de vez en cuando?
--A veces toco en el Museo del Puerto.
--¿Nada más?
--O cuando se me da por estudiar alguna cosa, lo agarro y toco en casa.
--¿Y la familia no pide?
--¡Qué van a pedir!
Igual su nieto Brian (de 22 años) ya lo dejó tranquilo.
--Les pedí que el día que me muera no lo vendan, que lo guarden en un armario aunque sea. Y él me prometió que lo va a guardar: "Este es el alma del abuelo", le dije.