Bahía Blanca | Sabado, 18 de mayo

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Ariel Scolari confirmó su retiro

Febrero marca el inicio de los primeros movimientos en los clubes del básquetbol bahiense. Todavía con bronceado en la piel los jugadores y técnicos vuelven a reencontrarse o a conocer a los nuevos compañeros. Pero en la foto de la pretemporada 2013 ya no aparecerá Rubén Ariel Scolari, a quien creíamos prácticamente eterno, interminable dentro de una cancha.
Ariel Scolari confirmó su retiro. Sociedad. La Nueva. Bahía Blanca

 Febrero marca el inicio de los primeros movimientos en los clubes del básquetbol bahiense. Todavía con bronceado en la piel los jugadores y técnicos vuelven a reencontrarse o a conocer a los nuevos compañeros.


 Pero en la foto de la pretemporada 2013 ya no aparecerá Rubén Ariel Scolari, a quien creíamos prácticamente eterno, interminable dentro de una cancha.


 Cuando la ilusión de Olimpo por retornar a Primera se estrelló el año pasado en el último partido de los playoffs ante Barracas, "Scooby" había asegurado que su retiro era concreto en un "99,9 por ciento".


 Ayer, en un mano a mano con este diario, esfumó el uno por ciento restante.


 "Seguiré jugando pero de otra manera. Voy a incursionar en la Maxiliga, más tranquilo. No más torneo local. Está totalmente decidido".


 "En la vida aprendí a no ser absoluto. Las cosas no son un cien por cien de una manera. Siempre existe un margen de diferencia. Pero un uno por ciento tenía que remarla contra un noventa y nueve. Conforme fueron pasando los días me fui concientizando cada vez más acerca de que la mejor decisión era dejar. Hoy estoy convencido y relajado", contó Scooby.


 --¿Jugaste la última temporada con esa sensación golpeándote interiormente?


 --La idea del retiro siempre estuvo porque los años pasan. La temporada pasada la jugué porque tenía la ilusión de ascender. Y se había conformado un plantel no sólo para conseguirlo, sino también para estar tranquilos. Para ganar muchos partidos y tener un año distendido. Pero resultó todo lo contrario: fuimos el fracaso más grande del año. Teníamos plantel para ascender y terminamos quintos en Segunda. Los grupos son importantes y cuando ganás, es más fácil armarlos. Pero (en Olimpo) nunca encontramos el equipo como tal. Y a los 46 años, eso me originó un desgaste psíquico y físico muy grande".

"Necesito un break"




 --¿Qué hacés ahora, justo cuando casi todos los planteles inician o iniciaron la pretemporada?


 --Estoy muy tranquilo. Ahora los días me rinden muchísimo más. Antes necesitaba días de 36 horas. Vivía corriendo. Iba a trabajar a la obra, llegaba cuatro y media o cinco de la tarde, me duchaba, dejaba preparada la cena y me iba a entrenar. Ahora, cuando vuelvo, de ahí hasta la hora de cenar el tiempo es mío. Puedo decidir qué hacer. Y tengo todos los fines de semana libres, que a esta altura de la vida es algo que no tiene precio.


 --Parece exagerado, pero me comentabas que llevabas 36 años sin fines de semana libres.


 --Claro, desde los 10 que empecé a jugar al básquet. Imaginate. Estuve cuatro años sin jugar, en el medio, o sea que son 32 años jugando al básquet.


 --¿Es un adiós definitivo? ¿Y Scolari entrenador, tal vez?


 --En algún momento voy a retomar el básquet, de alguna manera. Ahora no me voy a desvincular del todo porque seguiré practicando con los veteranos, calculo en Olimpo en la Maxiliga. Una manera de seguir en actividad. Es más: voy a empezar a correr otra vez. Después de tantos años uno tiene un registro físico de lo que tiene que hacer. Y por una cuestión de salud. No quiero abandonarme definitivamente. Pero no sé si el día de mañana seré entrenador. Me gustaría como desafío. Me gustaría aplicar lo que es psicología en el deporte, motivación y demás. Pero ahora no, necesito un break.


 --¿Qué fue el básquetbol para vos?


 --Una pasión muchos años. En general soy apasionado con todo lo que hago. Lo que me gusta le meto pasión, investigo... La vida para mí es así. Me gusta mucho relacionarme con la gente común. Voy a una ciudad y no me gusta que me lleven en un city tour. Yo quiero ver dónde vive la gente del lugar y cómo es. Me pasa en la obra, que convivo con gente de realidades diferentes, albañiles, pintores, plomeros y electricistas. Me nutro de todo tipo de gente con una vida muy diferente a la del basquetbolista.


 --¿Es lo que te está guiando por un nuevo camino, como es la fotografía?


 --Me gustó siempre. Y en estos días tengo un poco más de tiempo. Pero ahora voy a intentar incursionar en la escritura. Me gusta mucho escribir, tengo un par de ideas en la cabeza.


 --¿Se pueden conocer?


 --Sí, tengo un libro en la cabeza, desde hace muchos años, que es un anecdotario de básquet. De muchas cosas que han pasado y he vivido más que nada como profesional. Algunas graciosas, otras no tanto. Quiero hacer algún taller de lectura y escritura para hacerlo de la manera más decorosa posible. El otro libro todavía está muy en abstracto, je. Tengo mucho material en la cabeza, de muchos años y estoy tratando de ordenarme. Algunas cosas ya las comencé a escribir en borrador.


 --¿En estos meses, desde tu último partido, volvieron los recuerdos de tus inicios?


 --No.


 --Raro. Cerraste una etapa importante.


 --Sí, pero soy una persona medio complicada por dentro. Me debato mucho tiempo en análisis personales y me desgasto en esos análisis. Pero cuando llego a una conclusión, es porque estoy convencido de que es así. Y con el básquet en los últimos fue así: me debatía en pensamientos sobre si jugaba o no jugaba, aunque siempre con la expectativa de estirar un año más. Pero cuando terminó la temporada pasada me dije que no quería jugar más. Por ello no hice una mirada retrospectiva a mi carrera. Y no sé si habrá".