Los "fara", una nueva tribu urbana que crece en Bahía
Tienen miles de seguidores y cosechan cantidades siderales de "me gusta" en Facebook; se expresan a través de las redes sociales y buscan fama mediante la aprobación de sus pares. No pasan los 14 o 15 años y su look los delata: pantalón chupín, buzo con capucha, piercing, mochila, zapatillas altas y jopo.
Son los "faranduleros", más conocidos como "fara", una nueva tribu urbana con códigos propios. Por ejemplo, juntarse los viernes al mediodía en las puertas del McDonald's, en Brown y Fitz Roy. Allí hablan un poco cara a cara, aunque todo el tiempo actualizan su estado en forma virtual.
Sin hacer diferencias sociales -de hecho van a escuelas públicas o privadas-, muchos de ellos carecen de contención en sus hogares, tienen conductas narcisistas y siguen un modelo estético que se desprende de los medios de comunicación o de las redes sociales, a veces inalcanzable para ellos.
La temática, propia de estos tiempos y ligada al uso de celulares con Internet, fue ampliamente investigada por las alumnas Antonela Zeballos y Brenda Iraola, de 6° año, y la docente Virginia Molina, del Instituto Adventista Bahiense Manuel Belgrano, dentro de la materia Taller de la Metodología.
Las tres representantes, junto con la directora del establecimiento, Noemí Paredes, se encuentran en la localidad misionera de Leandro N. Alem, exponiendo el proyecto, que denominaron "¿Sos... o te hacés?" en la 21° Feria de Ciencia y Tecnología de las Instituciones de Educación Adventista en Argentina.
"Aparecieron varios temas, aunque finalmente seleccionamos éste por su actualidad y su vinculación directa con los adolescentes, más allá de que las redes sociales son las que mantienen viva la forma de relacionarse", fundamentó la docente.
El primer punto saliente que surge de la investigación fue la exacerbación de la imagen en una edad temprana de la adolescencia, teniendo en cuenta que la mayoría de estos exponentes tienen 11, 12 y 13 años.
Apuntó que una muestra cabal de esta tendencia es que periódicamente participan de desfiles donde chicos y chicas se muestran en varias de sus versiones y se elige al más lindo o linda (en definitiva, el más "fara"). Y las votaciones se siguen especialmente por Facebook.
La vestimenta y accesorios que utiliza este particular grupo tienen no sólo un valor material sino también simbólico.
"Lentes de sol, muchas veces sin vidrios, sólo para marcar su valor estético, pañuelos, zapatillas botitas de marca reconocida, jopo en el caso de ellos y cabello recogido alto y hacia un costado, ellas. Estas características comunican quiénes son y definen una posición frente a los demás", advirtió Virginia Molina.
La nueva tribu también posee escalafones, siempre de acuerdo con el reconocimiento que tengan. Así, pueden ser llamados "fara", "muy conocidos", "cono", "BF" (Busca Fama) o "MF" (Mini Fara).
Además de McDonald's, los otros sitios elegidos son el shopping, Paseo de las Esculturas y la disco Chocolate.
"Esos días se convocan sólo para verse y ganar 'me gusta'. Las relaciones interpersonales son muy escasas en relación a la cantidad de asistentes", agregó.
Así, se multiplican comentarios del tipo: "Potro", "Bello", "Te amo", "Sos mío", "Te parto", "Te doy". Los mensajes o comentarios en base a las imágenes que se publican son todos muy parecidos.
"Un 'fara', además de querer la aprobación del grupo, busca convertirse en promotor de Chocolate, ese estatus le provee un reconocimiento adicional", aseguró, para añadir que en su mayoría son varones y su tarea es, precisamente, entrar en relación directa o virtual con los demás adolescentes y garantizar su participación en la matinée.
"Usan accesorios a la moda y llevan sus mochilas llenas de descuentos y pases libres para los más populares", detalló.
Otra de sus características la constituyen sus relaciones con sus padres, que denotan el poco conocimiento que tienen sobre sus hijos, lugares que frecuentan y lo que hacen.
"En las entrevistas que hemos realizado muchos coincidieron en que el único límite que les establecen es que no deben llegar tarde a sus casas", acotó.
Aquellos adolescentes que no alcanzan la categoría "fara", que no son conocidos y que, además, tienen dificultades para relacionarse, diferencias físicas, de color o nacionalidad, ven en ellos el estereotipo a seguir y multiplican sus esfuerzos para ser "alguien" como ellos, afirmó.
El informe también contiene declaraciones de quienes realizan la seguridad en McDonald's, quienes aluden, a partir de la presencia de los "fara", a situaciones de agresiones, rivalidad, riesgo y falta de control de los padres.
En cuanto a la cantidad de adolescentes que pasan por allí los viernes, mencionan que son alrededor de 500 o 600.
Si permanecen en el interior del local deben consumir, de manera que los que no pueden hacerlo deben estar en la vereda o bien enfrente, puntualizó.
Alrededor de 5.000 es la capacidad máxima de amigos que permite Facebook.
Los "fara" cosechan tantos que deben abrir más de una red con distintos nombres para albergarlos. En tanto, la cantidad promedio de seguidores puede oscilar los 30 mil.
"Los definiría como líderes inconscientes, aunque no por realizar una acción concreta, sino por el único hecho de mostrarse", diferenció Molina.
La importancia de una buena base familiar
La pregunta final formulada en la hipótesis radica en si el hecho de pertenecer a ese grupo puede influir en el desarrollo integral de la persona.
"Consultamos con una psicóloga, quien expresó que no siempre esta situación determina la identidad del adolescente, siempre y cuando tenga una buena base familiar y escolar", manifestó Molina.
"Asimismo, la discriminación es otro aspecto que aparece con frecuencia", puntualizó.
En ese sentido, el proyecto alude a "Patito Feo".
"Muchos de estos chicos crecieron con esa novela, que marcaba una gran diferencia entre determinadas clases, como las 'divinas' y las 'populares'", ejemplificó.
Alertó que esta tribu no desplaza a otra. Por el contrario, en ocasiones compiten.
Para concluir, entre las muchas reflexiones que genera el tema, docente y alumnas mencionaron que lo más importante es "ser" y no "hacerse", al tiempo que "juventud e imagen son cuestiones pasajeras".
"Lo más trascendente es el alma de las personas, que han sido creadas como únicas e irrepetibles", finaliza el trabajo.
La docente sostuvo que, seguramente, para muchos "fara" esta etapa de escasa privacidad, necesidad de fama y valorización de la imagen, tarde o temprano pasará.
"Ojalá que así sea, en tanto y en cuanto no se trate de una suerte de obsesión que pueda derivar en otras problemáticas, como bulimia, anorexia y obesidad. Creemos que el cuidado de la imagen es importante, pero no en forma desmedida", diferenció.
Una vez de regreso en la ciudad, el grupo comenzará a trabajar (de cara al futuro) en otro desafío, también relacionado con los "fara" y que plantea qué fue de ellos.