Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

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Está semihundido el "Santísima Trinidad"

Una avería en una válvula de seis pulgadas y una fisura en el casco determinaron que desde el domingo pasado comenzara a escorarse el destructor "ARA Santísima Trinidad", radiado de servicio hace dieciocho años y desde entonces amarrado en una de las dársenas de la Base Naval Puerto Belgrano, y ayer a la tarde la nave se encontraba semihundida en un ángulo de setenta grados.

 Una avería en una válvula de seis pulgadas y una fisura en el casco determinaron que desde el domingo pasado comenzara a escorarse el destructor "ARA Santísima Trinidad", radiado de servicio hace dieciocho años y desde entonces amarrado en una de las dársenas de la Base Naval Puerto Belgrano, y ayer a la tarde la nave se encontraba semihundida en un ángulo de setenta grados.


 De todos modos, según dijeron fuentes navales, no existe riesgo de que el navío de guerra --que tuvo participación en el conflicto armado con Gran Bretaña por las Islas Malvinas-- sea completamente cubierto por el agua, en virtud de que el casco se encuentra apoyado sobre el suelo en un lugar donde no existe una gran profundidad.


 De acuerdo con lo informado, el escoramiento del "Santísima Trinidad", surto en el muelle denominado Bravo Sur, comenzó a detectarse a partir de las 19 del domingo y se hizo más notorio hacia la medianoche de ese día, cuando el personal (una dotación mínima) que habitualmente cubre servicios de inspección en la embarcación, descubrió un importante ingreso de agua.


 Al lado del destructor se encontraban amarrados cuatro pesqueros civiles, dos de los cuales pudieron ser retirados rápidamente, mientras que para mover a los restantes se hizo necesaria la utilización de remolcadores.


 "El personal del SISA (Servicio de Salvamento de la Armada) se abocó a las maniobras para tratar de poder enderezar al destructor, pero debido al importante ingreso del agua ello no fue posible, terminando escorado a casi 50 grados", había dicho a mediodía el capitán de navío Eduardo Pisciolari, jefe de Prensa y Comunicación Institucional del Comando de Adiestramiento y Alistamiento de la Armada Argentina.


 Sin embargo, a última hora de la tarde el marino explicó a "La Nueva Provincia" que la embarcación continuó escorándose al descender la marea, hasta quedar apoyada con prácticamente toda su banda de babor sobre el fondo y en un ángulo de setenta grados.


 Pisciolari había adelantado que una vez que el navío tocara fondo con la marea baja y con las medidas se seguridad correspondientes, se terminaría de "destrabar a los dos pesqueros que se encontraban amadrinados, y se ingresará con personal experimentado de buceo naval para terminar de recuperar el buque, ya sea con tareas de anulación del ingreso de agua, achique y adrizamiento".


 El funcionario aseguró que el "Santísima Trinidad" no quedará "nunca" cubierto por el mar, teniendo en cuenta tanto su envergadura como la escasa profundidad en esa dársena.


 Agregó que tampoco existen posibilidades de que "se enderece" y vuelva a su estado original, y que habrá que "evaluar en qué situación está; si es factible reflotarlo o no".


 Sostuvo también que esa es una cuestión que analizarán los técnicos, debiendo tenerse en cuenta que, además de la falla en la tubería descubierta en un primer momento, se habría detectado una fisura en el casco.

Una larga espera.




 El vocero aclaró que el "Santísima Trinidad" ya no cumplía funciones operativas en la Armada Argentina.


 "Tenía un lugar de espera en la dársena, con una dotación mínima que pasaba inspecciones periódicas. Había una serie de proyectos dirigidos a convertirlo en un buque museo, pero hace casi 18 años que se encuentra en esa situación", dijo Pisciolari.


 Remarcó que el incidente ocurrió en el lapso que va de una inspección a la otra y que no hubo personal que sufriera ningún tipo de accidente ni lesionados, tanto del ámbito naval como civil.


 El "Santísima Trinidad" es un destructor tipo 42, similar al "Hércules", que fuera construido en los Astilleros de Río Santiago, en nuestro país, a partir de 1965, finalizando los trabajos en 1970.


 Operativamente, fue uno de los navíos de guerra que participó en el Conflicto del Atlántico Sur en 1982 y lo radiaron de servicio en la década del 90 por reducciones presupuestarias, pasando a una situación pasiva.