Bahía Blanca | Sabado, 18 de mayo

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Maldita moneda

Hace 43 años, en agosto de 1969, el club Olimpo quedó eliminado en su carrera por llegar al Campeonato Nacional del Fútbol, luego de perder esa chance por una moneda. Las duras eliminatorias regionales que entonces permitían a equipos el interior llegar la Nacional terminaron en parte cuando a Olimpo no le alcanzó con el triunfo como visitante a San Lorenzo de Mar del Plata por 2 a 1. Pasó así a una "ronda complementaria", donde enfrentó a Sportivo Desamparados de San Juan. En el primer partido, en Cuyo, los aurinegros obtuvieron un empate en cero. La revancha se celebró una semana después, en el estadio de Colón y Brunel.

 Hace 43 años, en agosto de 1969, el club Olimpo quedó eliminado en su carrera por llegar al Campeonato Nacional del Fútbol, luego de perder esa chance por una moneda.


 Las duras eliminatorias regionales que entonces permitían a equipos el interior llegar la Nacional terminaron en parte cuando a Olimpo no le alcanzó con el triunfo como visitante a San Lorenzo de Mar del Plata por 2 a 1. Pasó así a una "ronda complementaria", donde enfrentó a Sportivo Desamparados de San Juan. En el primer partido, en Cuyo, los aurinegros obtuvieron un empate en cero. La revancha se celebró una semana después, en el estadio de Colón y Brunel.


 En partido duro y trabado, Olimpo comenzó perdiendo, dio vuelta el marcador y le empataron a los 31 minutos del complemento. Tras la igualdad en puntos y en goles, se recurrió a los penales. De acuerdo a la modalidad de la época, el árbitro Oscar Veiró pidió a cada equipo que designara a un único jugador para ejecutar tres remates consecutivos.


 Comenzó la serie Desamparados con Angel Vega, quien "casi" erró el primer tiro (arquero-poste-gol) y convirtió los otros dos. Por Olimpo, el ejecutor fue Juan Carlos "Tato" Zapata, quien, "con notable precisión", metió los tres. Empatados en todo, llegó la instancia final: sortear con una moneda, a todo o nada, al ganador


 Veiró citó a los capitanes. García, aurinegro, eligió cara. Moneda al aire, silencio en el Carminatti, y el salto enloquecido de los jugadores de San Juan dio cuenta de la suerte echada. La leyenda popular asegura que los sanjuaninos comenzaron su festejo con la moneda en el aire y que nadie nunca vio de que lado cayó.