Iván Noble ofreció una cálida noche entre copas
Los tres amigos se despiden. Hay reverencias al público y las copas en alto. El aplauso final, breve, les cierra la puerta, después de casi dos horas de recital en el Teatro Don Bosco. En escena, queda una botella de vino ya vacía.
Hacía un par de minutos, Iván Noble y sus dos compadres Benjamín y Rubén habían tocado los últimos acordes de la siempre esperada Avanti morocha, de su etapa de líder de Los Caballeros de la Quema. Una única canción para un único bis.
"Este ha sido un show sencillo, espero que la hayan pasado bien, con la calidez que quisimos darle a este reencuentro", decía Noble como en cada prólogo de cada canción.
Antes de que los espectadores pidieran con palmas y algunos gritos el regreso al escenario de los músicos, habían dejado Sapo de otro pozo, siempre con el tono elegido entre la nostalgia y la melancolía.
"Agradezco que hayan venido, de verdad. Con el frío que hace, yo me hubiera quedado en el calor de mi casa, tirado en el sofá, haciendo zapping y tomando un helado. Ni aunque hubiera tocado The Police, me hubiera movido de allí. Y, sin embargo, ustedes están aquí", sostuvo el músico.
Hace varios años que Iván Noble encontró su lugar en la canción popular. Y eligió el camino de escribirle al desamor, los desencuentros y la soledad.
"Siempre hay que saber retirarse con elegancia", dijo al presentar las estrofas "... y me voy a juntar los trapos antes que vos nos quites lo bailado" de El chico de los mandados.
Hasta hablar de ser un hombre solitario que disfruta de su condición pero que extraña la vida en pareja en De un solo lado del colchón.
También pasaron en su voz, sus siempre solicitados y dulces Olivia y Bienbenito, escrito para su hijo, con ese final emotivo de "daría un brazo por vos, pero a decir verdad, papá sabe ser muy tonto, mejor... dale la mano a mamá".
Hubo tiempo para Parte por parte (que cantara a dúo en su momento con Fito Paéz), Como el cangrejo, Si supiera cuál es mi vaso y varios más.
Para abrir las canciones de su último disco La parte de los ángeles, eligió Cuentas claras, con el acompañamiento de Benjamín López Barrios (guitarras) y Rubén Caso (teclado y guitarra).
Solo sobre el escenario, rompió el fuego con A pan y agua y dejó el primer mensaje de lo que iba a ser el resto de la velada: "los recuerdos se hacen de mujeres perdidas".
Iván Noble había prometido un show acústico e íntimo. Desde ese rincón, con la seguridad que le dan sus cinco discos como solista, con guitarra en mano y una copa de vino, dejó su sello en la fría noche bahiense.