AlEste, una bodega joven que mira al exterior
La política de compensación de importaciones que el gobierno de Cristina Kirchner inauguró en el 2011, obligando a los importadores a equilibrar sus operaciones exportando bienes de producción nacional por la misma cantidad podría constituirse en una perspectiva de desarrollo para algunos negocios en la Argentina.
Uno de estos casos tiene como partícipe a la firma AlEste Bodegas y Viñedos, ubicada en el kilómetro 732 de la ruta 22, en cercanías de Médanos y a 45 kilómetros de Bahía Blanca.
El proyecto lleva doce años desde sus inicios y tiene unas 25 hectáreas implantadas, fundamentalmente con 6 variedades de vid: tannat, malbec, cabernet y merlot, entre las tintas, y chardonay y sauvignon blanc, entre las blancas.
Desde su punto culminante el lugar ofrece una impactante visión del valle, salpicado de suaves ondulaciones medanosas y teñido por la presencia de numerosos viñedos.
El emprendimiento fue el primero en el sudoeste bonaerense después de la desregulación del sector a nivel nacional. Empezó con 1,5 hectáreas donde se experimentó con 8 variedades y al cabo del tercer año se hizo un trabajo de microvinificación en el laboratorio que el INTA tiene en Luján de Cuyo, Mendoza.
Los resultados de esa experiencia sirvieron para comenzar la implantación y la construcción de la infraestructura que demanda la actividad a partir del 2004.
"Si hoy tuviera que volver a empezar seguramente haría mucho más malbec y menos de otras variedades que no tienen la misma aceptación", dice Daniel Di Nucci, propietario de la bodega.
Terrasabia, el nombre del malbec de AlEste, un vino con doce meses en barrica de roble y otro tanto de estiba en botella es un producto de primera calidad, sin desdeñar la reputación de los blancos.
"En este momento las expectativas futuras están más puestas en la exportación. Esta exigencia oficial de compensar las importaciones con exportaciones hace que el vino, que es una especie de commoditie, sea un producto que se adapta a la actual situación", dice Di Nucci.
El productor se mostró entusiasmado con esta nueva perspectiva, conciente de que su capacidad de producción es limitada. La producción anual de la bodega se acerca a los 70 mil litros, aunque su capacidad instalada puede multiplicarse por tres.
Sostuvo que si bien el proyecto aún no alcanzó el equilibrio económico-financiero, "avanza en la dirección correcta".
"Estamos en la búsqueda de un socio estratégico que nos permita alcanzar mercados que hoy nos están vedados", dice Di Nucci.
El empresario diferenció entre dos facetas que en la actualidad ofrecería el negocio del vino: la propiamente dicha poniendo como objetivo la exportación y el desarrollo de la inversión inmobiliaria a partir de un proyecto ligado al turismo rural.
"La industria del vino tiene mucho de mística, pero si hoy tuviera que empezar de nuevo, posiblemente asignaría otras prioridades a la inversión", razonó el empresario.
Turismo rural. Con un ejemplar sentido de la asociatividad y detrás de un objetivo común, esta zona del Partido de Villarino se encolumna detrás de una excelente experiencia, la de ofrecer al turista un abanico de opciones.
Desde la visita a un criadero de cerdos modelo (El Alamo) y la vivencia del ambiente rural, hasta la degustación de los excelentes vinos de AlEste Bodegas y Viñedos, la experiencia propone conocer la gastronomía típica de Estancia "Los Manantiales", en el kilómetro 753 de la ruta 22; los cultivos orgánicos de "Aromáticas Patagónicas"; las artesanías en telar y pinturas de seda de CTTI; la apreciable calidad en talabartería y artesanías típicas de "Rancho Viejo", en el kilómetro 723, donde además se podrá disfrutar de su excelente cocina; hasta terminar en el Complejo Turístico Termas de Médanos, en el kilómetro 737, que ofrece terapias de relajación, Spa, sauna y servicio de restaurante.