Covelia ya forma parte del pasado
El domingo último, a las 22, los camiones recolectores de basura que salieron a cubrir las rutas nocturnas de la ciudad ya no respondían a la firma Covelia sino a una sociedad anónima cuyo accionista mayoritario es el municipio. Fue el punto final para una relación contractual de cinco años y el regreso a manos comunales de su contrato más oneroso, con un canon anual cercano a los 60 millones de pesos.
El propio jefe de Gabinete, Gustavo Mena, se apersonó anteayer en las instalaciones de la empresa, ubicadas en la avenida Parchappe 782, para presentarle al personal de servicio al nuevo gerente operacional, Marcelo Junca, así como a los flamantes empleados administrativos. El funcionario los impuso de la situación, los arengó a trabajar con responsabilidad y remarcó la necesidad de cuidar el equipamiento existente como propiedad que es, según remarcó, "propiedad de todos los vecinos".
También les hizo entrega de ropa de trabajo con el logo de Bahía Ambiental, nombre con el que operará la Sapem y les anticipó que durante el transcurso de la semana se irían reponiendo los elementos retirados del pañol por Covelia la semana última, a pesar de su compromiso de mantenerlos en la ciudad, como bolsas, cepillos y cubiertas.
El presidente de la nueva Sapem, con totalidad de acciones a manos de la comuna, es el propio jefe de Gabinete. En principio le cobrará al municipio entre 4,7 y 5 millones de pesos mensuales por el servicio.
"Es el valor del contrato que teníamos con Covelia más un ajuste del 6% debido al aumento de sueldos del último mes. Ese valor lo mantendremos los primeros meses hasta evaluar el funcionamiento integral del servicio", explicó Mena.
Indicó además que el monto podría aumentar en la medida que la Sapem vaya implementando su plan integral de tratamiento de residuos, el cual incluye, entre otras cuestiones, la separación de materiales orgánicos e inorgánicos en origen y la ampliación de la ecoplanta de General Daniel Cerri.
Con todos los empleados
Mena se esperanzó en que manejar la recolección desde una sociedad local brindará la posibilidad de ejercer un mejor control y aspirar a una mayor eficiencia.
"Si bien Covelia tenía un encargado local, los controles administrativos los realizaba desde la Capital Federal, lo cual no resultaba muy conveniente. De hecho alquilaban varios locales que nosotros no usaremos y tenían un alto grado de ausentismo", apuntó Mena.
La Sapem absorbió la totalidad del personal de Covelia --unos 260 empleados--, respetando sus condiciones laborales y puso en la calle 15 camiones: dos propiedad del municipio, 8 alquilados a una empresa cordobesa y 5 pertenecientes a la empresa saliente.
La central operativa seguirá funcionando en Parchappe, a pesar de que el intendente municipal, Gustavo Bevilacqua, había sugerido la posibilidad de conseguir otro sitio, al considerarlo inconveniente por el gran movimiento de camiones, perjudicial para el renovado asfalto de esa arteria.
"Tendremos una reunión con el dueño de la propiedad para renegociar el contrato. La idea primera era usar nuestros talleres de la calle Brickman, pero eso no fue viable. Por eso nos parece apropiado continuar en este sitio, donde además tenemos un desagote para líquidos industriales que nos permite el lavado de los camiones", indicó Mena.
Para llegar a un acuerdo el municipio exigirá al titular un conjunto de mejoras consideradas imprescindibles, por caso la mejora de la playa de camiones, la provisión de agua caliente en los vestuarios y el arreglo de los techos, entre otros.
"Lo veo bien"
De manera positiva definió el doctor Gustavo Mena el funcionamiento de las primeras horas del servicio en manos de la Sapem Bahía Ambiental, respetando los horarios y las rutas habituales.
Sin embargo anticipó que en los próximos días podría haber modificaciones en base a cuestiones que, a su criterio, "pueden mejorarse".
Estimó, por último, que en febrero de 2013 la Sapem podría disponer del equipamiento que comprará a partir de un préstamo del banco de la Nación Argentina.
Se trata de 18 camiones compactadores, varias barredoras-aspiradoras, equipos lavadores y unos 200 contenedores de un metro cúbico.
Tres décadas. La idea de privatizar la recolección de residuos y el barrido de las calles data de 1982, en un primer contrato que se puso en vigencia un año después, a cargo de la firma Luthdurn. Le siguieron luego Venturino Eshiur (1984), Aseo (1985), Bahía Ingeniería Ambiental-Cliba (1991-2008) y Covelia (2008-2012).