Bahía Blanca | Lunes, 07 de julio

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Alegatos en el juicio al autor de un violento robo

Siete años y seis meses de prisión solicitó ayer el fiscal Emilio José Marra, para Joel Alejandro Campos (19), quien está siendo juzgado por un violento asalto cometido en febrero de este año en un ciber del barrio Noroeste. El titular de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio Nº 11 imputó al juvenil delincuente --que confesó el hecho-- por los delitos de intento de robo agravado y tentativa de homicidio agravada por el uso de armas, ya que durante el hecho fue baleado y herido el dueño del comercio.

 Siete años y seis meses de prisión solicitó ayer el fiscal Emilio José Marra, para Joel Alejandro Campos (19), quien está siendo juzgado por un violento asalto cometido en febrero de este año en un ciber del barrio Noroeste.


 El titular de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio Nº 11 imputó al juvenil delincuente --que confesó el hecho-- por los delitos de intento de robo agravado y tentativa de homicidio agravada por el uso de armas, ya que durante el hecho fue baleado y herido el dueño del comercio.


 Por su parte, el abogado Claudio Lofvall, reclamó que Campos sea condenado aunque sólo por tentativa de robo agravado (artículo 166, incisos 1º y 2º del Código Penal) y se le imponga el mínimo de pena previsto.


 Luego de las exposiciones, el Tribunal en lo Criminal Nº 1, que integran los doctores Hugo De Rosa, Enrique Montironi y Mario Burgos, dispuso un cuarto intermedio hasta el próximo miércoles, a las 12, cuando se dará a conocer el fallo.

No fue accidental




 Durante su alegato, el fiscal Marra consideró probada la intervención del imputado en el hecho y descartó que el disparo que recibió Roberto Omar Carrizo (38), haya sido accidental, como lo declaró el encausado.


 Como se informara en estas columnas, el asalto fue perpetrado por dos delincuentes, uno de ellos menor de edad, el 5 de febrero, poco después de la una, en el ciber de Don Bosco 1380.


 Los malhechores irrumpieron en lugar y uno de ellos se quedó junto a la puerta, mientras que el otro, después identificado como Joel Alejandro Campos, fue hasta el mostrador donde estaba Carrizo.


 El ladrón le pidió al comerciante que le diera la recaudación, pero éste se negó y, a raíz de ello, recibió un balazo disparado por el sujeto.


 Cuando advirtieron que el hombre había sido herido, los malvivientes huyeron sin llevarse nada.


 Carrizo fue trasladado al Hospital Municipal con un balazo que le ingresó debajo de la tetilla izquierda y le interesó algunos órganos, por lo que permaneció varios días internado en Terapia Intensiva.

No fue un accidente




 Para el fiscal, el disparo efectuado por Campos no fue accidental.


 Para ello se basó en la declaración del perito balístico Gabriel Lastra, quien examinó el arma empleada, que carecía de arco guardamonte y se hallaba en mal estado de conservación.


 Dijo el doctor Marra que era imposible que al ladrón se le haya escapado el tiro, teniendo en cuenta la forma en que había que manipular la pistola para accionarla.


 "El perito describió que había que desplazar la corredera, poner el proyectil en la recámara y accionar hacia atrás casi en su totalidad la cola del disparador. Con un poco de movimiento no se disparaba y estaba presta para hacerlo", señaló.


 También citó el testimonio brindado por Carrizo durante el juicio, cuando explicó que en el ciber ingresaron dos personas armadas, que les apuntaron a él y a los clientes.


 Dijo que le pidieron plata y como ya había sido objeto de un robo similar, dio la vuelta al mostrador y les manifestó que se fueran.


 Cuando comenzaron a retroceder, agregó, uno de ellos levantó el arma y lo baleó.

Para la defensa no hubo dolo homicida




 El defensor de Joel Alejandro Campos admitió que el sujeto participó del atraco --el mismo detenido confesó--, pero negó que haya tenido intenciones homicidas.


 Claudio Lofvall reclamó que su asistido sólo pague por lo que hizo, e interpretó el testimonio del perito Lastra, al sostener que sus dichos corroboraban la versión del encausado, en el sentido de que el arma se disparó accidentalmente.


 Señaló que la ausencia del arco guardamontes resultó fundamental para ese resultado.


 También destacó que la pistola podía disparar una sola bala y que si hubiera querido hacer otro disparo, habría tenido que valerse de un destornillador, un alambre de acero o una pinza.


 "Esto habla de que no hubo dolo homicida. Nadie pretende matar a una persona y lleva un arma que puede disparar un solo tiro", consideró el abogado.


 Al aludir nuevamente al relato del perito, recordó que éste "indicó que sin intervención humana no se podía disparar, pero manipulándola, se podía accionar".


 Entendió, en consecuencia, que la conducta de Campos debe ser encuadrada en el artículo 166, incisos 1º y 2º del Código Penal (robo agravado por el uso de arma) y reclamó se le imponga el mínimo de pena, que es de cinco años de cárcel, teniendo en cuenta su confesión, su corta edad y carencia de antecedentes.