¿Desarrollo o conservación del frente costero local?
Pablo F. Petracci (*)
Especial para "La Nueva Provincia"
El sábado 30 de abril se dio a conocer en "La Nueva Provincia" el denominado "megaproyecto" de YPF y el Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca. Este contempla tres componentes principales: a) El dragado de apertura y profundización del Canal Principal (14 metros) entre Galván y Cuatreros, una dársena de giro y deposición del material en humedales cercanos, b) La construcción del muelle de atraque, instalaciones de descarga (en unas 30 ha) y operatoria de los buques y c) La construcción del gasoducto.
Este emprendimiento se localizará en el extremo noroeste del estuario de Bahía Blanca conocido como Embudo Interno, sobre la ribera norte del canal y a tan solo 2.000 m de la población de General Cerri.
La zona ha sido identificada por varios investigadores locales como un área donde aún quedan humedales costeros en buen estado de conservación, de gran valor y altamente sensibles al impacto humano. En su localización actual, esta obra traerá aparejado diversas modificaciones sobre los ya degradados humedales costeros y un impacto irreversible sobre sus funciones ecosistémicas.
Los estuarios, como el de Bahía Blanca, son escasos a lo largo de la costa Atlántica. Al ser sitios de interfase entre el agua y la tierra son muy frágiles y susceptibles al impacto humano. Los humedales de Puerto Cuatreros brindan numerosos bienes y servicios fundamentales, a veces poco conocidos por el común de la población, como producción de alimento, regulación del régimen hídrico, fuentes de biodiversidad, fijación de contaminantes, etc.
Son un recurso de gran valor cultural, turístico, científico y recreativo para la comunidad. Durante las últimas décadas fue, y es, uno de los pocos sitios costeros relictuales, donde los habitantes de la zona, pueden acceder libremente a desarrollar actividades recreativas, deportivas, observación de aves, etc. junto al mar, las cuales en el pasado se hacían en el sector ocupado hoy por puertos e industrias.
Según un estudio de percepción de la Universidad Nacional del Sur es reducido el número de personas que saben la importancia de los humedales costeros del estuario local. Un porcentaje mínimo de encuestados se identificó con la costa y el mar, aunque el total coincidió en que deben ser conservados por su carácter de paisaje único, y esto no es casual. Mucho se habló que el bahiense vive de "espaldas al mar" pero poco sobre sus causas. Este mismo estudio devela que es consecuencia del avance excesivo del puerto y las industrias.
Ambientes degradados. El desarrollo industrial deliberadamente ha flanqueado el frente marítimo, dejando poco o nada de espacio para los usos históricos, incluso el puerto de Ingeniero White, otrora un paseo típico hoy ya no lo es. Los ambientes originarios han sido degradados, fragmentados o destruidos totalmente a través de la infravaloración, la desinformación y el predominio de una racionalidad económica e industrial.
La zona de Puerto Cuatreros es el hábitat utilizado por aves migratorias y especies en peligro de extinción como la Gaviota Cangrejera, el Playero Rojizo, el Playerito Canela y el Burrito Negruzco. Es reconocida nacional e internacionalmente y fue declarada, junto al resto del estuario, como Area de Importancia para la Conservación de Aves (AICAS). Fue identificada además como una de las 20 áreas prioritarias para la conservación de aves migratorias neárticas del cono sur de Sudamérica. Estas especies están protegidas a nivel nacional por la Ley 23.918 de la Convención sobre Conservación de Especies Migratorias de Animales Silvestres (CMS) en su máxima categoría (Apéndice I). La Argentina es parte firmante y su autoridad de aplicación la Cancillería de la Nación.
La destrucción o modificación de esta zona entonces infringirá con varios de sus artículos. La Gaviota Cangrejera y las aves migratorias además fueron declaradas como especies emblemáticas de la ciudad (Ordenanza 12.671/04). El dragado afectará la dinámica del embudo interno donde miles de aves migratorias amenazadas obtienen su alimento.
Acceso al mar. El domingo 8 de mayo "La Nueva Provincia" publicó parte del "Plan de Desarrollo Costero Portuario Recreativo" del Municipio. Este prevé entre otros aspectos poner fin a un tema pendiente: brindar un acceso al mar para el público en general, propiciar actividades turísticas en el puerto y el ya mencionado dragado del Canal Principal entre Galván y Cuatreros.
De esta forma podremos "ganarle tierras al mar para la radicación de nuevas industrias" entre estos dos sectores hacia Villarino Viejo. Según el arquitecto Marcelo Lenzi "se logrará un equilibrio con la necesidad de respetar y conservar grandes espacios naturales". Esto último es una contradicción ya que los sectores a dragar y donde se pretende volcar el refulado para su posterior venta como tierras aptas para la instalación de industrias se harán sobre humedales del embudo interno de importancia internacional.
La idea de hacer el Paseo del Humedal previo saneamiento del ex basural Belisario Roldán entre Maldonado y Cerri, parece interesante. Aquí existe la Reserva Costera Municipal creada en 2006 por la Ordenanza 13.892. No obstante, actualmente incluye unas pocas hectáreas que protegen sólo al basural, ya que los humedales de valor no fueron incluidos en la declaración.
A modo de reflexión
Globalmente se advierte sobre la necesidad de usar energías renovables, como la eólica o solar, para contrarrestar los efectos cada vez más notorios del cambio climático global. El megaproyecto se orienta hacia la utilización de combustibles fósiles con el consecuente impacto sobre el medio ambiente y los seres humanos. Los buques regasificadores además son peligrosos con múltiples accidentes documentados a nivel mundial, aspecto que cobra mayor relevancia debido a la cercanía con la población de Cerri.
Estos conceptos no deben interpretarse como posturas anti desarrollo sino lo contrario ya que la demanda de energía es una necesidad cada vez mayor. El mayor desafío de YPF, el Consorcio del Puerto, las autoridades provinciales y municipales debiera ser aunar esfuerzos para encontrar sitios alternativos seleccionados bajo criterios de racionalidad ambiental, como por ejemplo Punta Ancla, y por qué no intentar dar los primeros pasos en el uso de energías renovables.
Bajo la actual crisis ambiental que atraviesa nuestro planeta, seguir destruyendo los pocos vestigios del frente costero del Estuario de Bahía Blanca, es un lujo que no podemos darnos. Aún estamos a tiempo de decidir qué tipo de desarrollo queremos. ¿Vamos a privarles a las generaciones futuras de conocer y disfrutar de humedales como los de Puerto Cuatreros? De algo si podemos estar seguros, una vez que desaparecen lo harán para siempre.
(*) Zoólogo, investigador y docente de la Universidad Nacional de La Plata, trabaja en Alaska y la Antártida sobre conservación de aves migratorias y es responsable del proyecto de conservación de la gaviota cangrejera.