Bahía Blanca | Jueves, 04 de septiembre

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A los 84 años murió Sai Baba

NUEVA DELHI (EFE) -- Millones de personas en la India y en el extranjero lloraron la muerte de Sathya Sai Baba, un popular y controvertido líder que levantó un emporio económico y conquistó al movimiento hippie con su estética y sus supuestos milagros. Sai Baba, de 84 años y autoproclamado dios, sufrió una falla cardiorrespiratoria en el hospital que él mismo levantó en su ciudad natal, la sureña Puttaparthi, y en el que estaba desde fines de marzo.




 NUEVA DELHI (EFE) -- Millones de personas en la India y en el extranjero lloraron la muerte de Sathya Sai Baba, un popular y controvertido líder que levantó un emporio económico y conquistó al movimiento hippie con su estética y sus supuestos milagros.


 Sai Baba, de 84 años y autoproclamado dios, sufrió una falla cardiorrespiratoria en el hospital que él mismo levantó en su ciudad natal, la sureña Puttaparthi, y en el que estaba desde fines de marzo.


 "Sathya Sai Baba ya no está con nosotros. Ha muerto como cualquier otro paciente humano", dijo el médico que lo cuidaba, A. N. Safaya.


 Sai Baba, cuyo verdadero nombre es Sathyanarayana Raju, cuenta con millones de seguidores, entre ellos influyentes políticos y actores de cine, que lo consideraban una encarnación de la trinidad hindú formada por Brahma, Vishnú y Shiva.


 Nacido en 1926 en el seno de una familia pobre, a los 14 años Raju dijo tener naturaleza divina y predicó durante 3 días bajo un árbol de Puttaparthi, donde luego levantó su centro religioso, el "Prashanti Nilayam" o "Morada de la Paz".


 Se hizo famoso tiempo más tarde por sus supuestos milagros, habilidades místicas con las que producía ceniza o comida de la nada, o se sacaba de la boca joyas, bolas de oro y relojes, unas prácticas denunciadas como supercherías por diversas asociaciones.


 También había sido acusado en el pasado de haber cometido abusos sexuales por varios de sus discípulos, aunque la policía nunca lo acusó formalmente, y un ex primer ministro indio, Atal Bihari Vajpayee, llegó a defenderlo en público.


 "Llevábamos décadas intentando desenmascararlo. Él mismo dijo que moriría a los 96 años, y mire. Su influencia fue negativa para la India. Hoy hay unas 7.000 personas que dicen ser avatares de dios", dijo el presidente de la Asociación de Racionalistas Indios, Sanal Edamaruku.

Icono de lo 70.




 Sai Baba, conocido por su melena estilo "afro" y su larga túnica naranja, adquirió popularidad en Occidente en la década de los 70, en gran medida gracias al movimiento "hippie", y en la actualidad cuenta con seguidores en más de 100 países del mundo.


 Su centro religioso es lugar de peregrinación para muchas personalidades indias, hasta el punto de que tanto la presidenta, Pratibha Patil, como el primer ministro, Manmohan Singh, acudieron a su último cumpleaños.


 "Sathya Sai Baba era un líder espiritual que inspiró a millones de personas, sin renunciar a su propia religión, llevar una vida moral, siguiendo las ideas de verdad, conducta adecuada, paz, amor y no violencia", se lamentó el propio Singh en un comunicado.


 El Consejo decidió exponer su cuerpo durante 2 días, para que sus fieles puedan verlo y rendirle pleitesía antes de iniciar las ceremonias funerarias.


 En los últimos días, las autoridades del distrito de Anantapur, donde está la ciudad, habían ordenado un despliegue masivo de la Policía en previsión de posibles actos de violencia entre los seguidores, que rezan desde hace días ante el hospital.



Sucesor.
Sai Baba ya predijo que 8 años después de su muerte ("a los 96 años") nacería un nuevo avatar, Prema Sai Baba, pero los medios indios especulan ahora con qué sucederá con su complejo, en el temor de que sus gestores se enzarcen en luchas por el control.

Dólares y milagros.
En los últimos años, y tras las acusaciones de fraude, Raju había abandonado sus milagros, y se había centrado en las ayudas sociales y la caridad, apoyado en un Consejo que gestiona, según la Hacienda india, más de 9.000 millones de dólares en donaciones. En Puttaparthi hay hoy en día decenas de escuelas, hoteles, una universidad, un aeropuerto y un hospital en el que doctores fieles a Sai Baba proporcionan tratamientos y realizan operaciones a precios simbólicos para los más pobres.