Bahía Blanca | Martes, 23 de diciembre

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La autopsia reforzaría que el móvil fue personal

La autopsia confirmó que el comerciante de 73 años asesinado el miércoles a mediodía en Punta Alta, recibió una puñalada mortal en la arteria aorta, aunque también estableció que el hombre sufrió golpes muy violentos cuando ya estaba agonizando. Esa conclusión del médico de policía Mario Vignatti, llevó a los investigadores a robustecer la hipótesis del móvil personal --podría ser pasional--, en el crimen de Pablo Benito Gambadoro, cuyo cuerpo sin vida apareció el miércoles entre el polirrubros que regenteaba y su casa, en 12 de Octubre 1258, del barrio Ciudad Atlántida.

 La autopsia confirmó que el comerciante de 73 años asesinado el miércoles a mediodía en Punta Alta, recibió una puñalada mortal en la arteria aorta, aunque también estableció que el hombre sufrió golpes muy violentos cuando ya estaba agonizando.


 Esa conclusión del médico de policía Mario Vignatti, llevó a los investigadores a robustecer la hipótesis del móvil personal --podría ser pasional--, en el crimen de Pablo Benito Gambadoro, cuyo cuerpo sin vida apareció el miércoles entre el polirrubros que regenteaba y su casa, en 12 de Octubre 1258, del barrio Ciudad Atlántida.


 Los especialistas en Criminalística opinan que la saña, como en este caso, denota que la víctima y el agresor serían conocidos, circunstancia ésta que restó más fuerza a la hipótesis sobre un hecho en ocasión de robo.


 Esa situación, además, está reforzada por el hallazgo, en un bolsillo del pantalón de Gambadoro, de 400 pesos, así como por la ausencia de signos de desorden en el lugar.


 "Es raro que si se hubiese tratado de un robo, no se hayan llevado dinero ni otras pertenencias", dijo, el día del hecho, una fuente judicial.


 El hombre, de acuerdo con la necropsia que ya llegó a manos del fiscal Christian Long, titular de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio Nº 5, sufrió al menos cuatro cortes con un arma blanca (en el pecho y abdomen), incluido el que le interesó una de las paredes de la principal arteria, que nace en el corazón.


 Además, se demostró la existencia de un ataque a golpes, con un elemento contundente --no pudo ser secuestrado-- y que le provocó a la víctima, ya moribunda, una fractura de maxilar y de la calota craneana (hueso superior de la cabeza), entre otras lesiones.


 "Quiere decir que los golpes los recibió después de la herida mortal y cuando ya se encontraba en estado de indefensión. Fue con una mucha saña y odio", explicó ayer un informante.

Barrio conmocionado.




 Vecinos de Gambadoro, en Ciudad Atlántida, aún ayer permanecían conmocionados por el hecho de sangre que tuvo por víctima al comerciante.


 El hombre regenteaba el polirrubros denominado Nor Pa y, además, realizaba tareas de albañilería.


 Peritos de la Policía Científica no advirtieron desorden ni signos de violencia en el inmueble --contiguo al comercio-- y tampoco encontraron el arma utilizada, aunque sí se secuestró un rifle de aire comprimido que fue sometido a estudios, porque presentaba manchas de sangre en su culata y podría haber sido utilizado para golpear a la víctima.


 Una versión no confirmada daba cuenta que Gambadoro tenía "una novia" con la cual no se llevaba bien, al punto que la mujer habría sufrido castigos.


 El cadáver fue descubierto minutos antes de las 13.30, aunque el deceso se habría registrado poco después de mediodía.


 La policía de Coronel Rosales, con pocas pistas firmes hasta el momento, estaría abocada a la búsqueda de un adolescente, de unos 15 o 16 años de edad, que podría ser testigo de importancia o bien sospechoso del hecho.


 Se trataría, según dichos de un vecino, de una persona que habría ingresado en el negocio entre el último cliente que vio a Gambadoro en condiciones normales y el que lo encontró tendido, boca arriba, en un gran charco de sangre.