Matadero municipal
Hace 93 años, en enero de 1918, se inauguró el matadero municipal de Bahía Blanca.
Casi diez años habían transcurrido entre la decisión del intendente Jorge Moore de construir, en 1909, un matadero municipal y su apertura.
Ubicado en Vieytes al 2.800, el lugar fue equipado con maquinaria moderna y organizado de acuerdo con los últimos preceptos en la materia. A pesar de su importancia, su inauguración fue casi intrascendente.
"La concurrencia fue muy reducida, lo que no dejó de ser sensible, pues, tratándose de una obra de la importancia de un matadero, habría sido de desear mayor entusiasmo por parte del vecindario para conocer una obra costosa y de indudable progreso local", señaló este diario.
Sus primeros años de funcionamiento fueron dificultosos. Mejoró su situación en 1926, al habilitarse el camino adoquinado hasta el lugar y un puente sobre el arroyo Maldonado.
El matadero no escapó a los vaivenes propios de la industria de la carne en el país y sufrió varios períodos de recesión. Uno de ellos fue en 1951, cuando fue clausurado por el intendente municipal, ingeniero Norberto Arecco.
En 1957, el comisionado Carlos Poncio de la Sota dispuso su reapertura. De inmediato, bajó el precio de los productos cárnicos en la ciudad. Por caso, el hueso sin carne pasó de $ 1,20 a $ 0,80 y el azotillo de 5 a 3,90 pesos. Diez años después, en 1967, el establecimiento pasó a manos de la Cooperativa Bahiense de Matarifes, hasta su cierre definitivo, ocurrido en la década del 80. El edificio alberga, desde 1995, un centro deportivo, social y cultural.