Bahía Blanca | Jueves, 11 de septiembre

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"Es un proyecto aplicable a muchas empresas"

El complejo comercial Bahía Blanca Plaza Shopping (BBPS) puso en funcionamiento, a principios de año, una planta potabilizadora que le permite atender su demanda de agua, recurriendo a una perforación realizada en el predio de avenida Cabrera al 2100. De esta manera, el BBPS dejó de captar de la red un volumen de agua equivalente al consumo diario de 180 familias.

 El complejo comercial Bahía Blanca Plaza Shopping (BBPS) puso en funcionamiento, a principios de año, una planta potabilizadora que le permite atender su demanda de agua, recurriendo a una perforación realizada en el predio de avenida Cabrera al 2100.


 De esta manera, el BBPS dejó de captar de la red un volumen de agua equivalente al consumo diario de 180 familias.


 "Lo interesante de este proyecto puesto en marcha a principios de año es que se puede aplicar a muchas empresas. No se requiere de gran cantidad de personal para el mantenimiento una vez que la planta entró en régimen; prácticamente funciona sola. Los cuidados son controlar los parámetros del agua que se extraen", afirmó el ingeniero Gustavo Martínez, quien desde hace doce años ejerce la gerencia de operaciones en el Bahía Blanca Plaza Shopping.


 La planta, que posee tres tanques de almacenamiento, demandó una inversión de 300 mil pesos. Funciona mediante un sistema de ósmosis inversa (mediante membranas) y tiene capacidad para producir cuatro metros cúbicos de agua potable por cada seis que ingresan, mientras que los dos restantes se almacenan en un tanque para darle otro destino.


 La planta genera unos 30m3 diarios de agua proveniente de una perforación realizada a 70 metros de profundidad y que inicialmente fuera destinada al riego del predio que ocupa el complejo comercial.


 A mediados del año pasado la gerencia de operaciones del BBPS planteó la posibilidad de ampliar el uso del pozo, que tiene un rendimiento de 10 metros cúbicos por hora, para atender la demanda de las instalaciones.


 "Tenemos un consumo importante porque abastecemos el patio de comidas, los baños y el sistema de refrigeración. Cuando surgió la crisis del agua empezamos a hacer los estudios de factibilidad para instalar la planta y ver la calidad de agua existente en el pozo y así paramatizar, con el consumo, el tipo de planta a instalar", señaló Martínez, quien lleva 20 años ejerciendo la profesión tras recibirse en la UNS.


 "Se evaluó la calidad de agua del pozo y, en función de eso, se determinó la cantidad de membranas que debía contener la planta. Del pozo se abastece a un tanque de reserva de agua potable, mientras que el rechazo se almacena en otro tanque utilizado por los camiones regadores de la municipalidad. El aprovechamiento es integral", contó.


 "El agua extraída contenía un alto grado de flúor, por lo que se redimensionó la planta para adecuarla a los parámetros exigidos por el código alimentario. El líquido va sorteando las membranas y allí se eliminan los minerales. Al final del sistema el agua sale desmineralizada y después se hace una mezcla, se clorifica y se obtiene la calidad del agua potable", señaló Martínez, quien agregó que los análisis se hacen en forma mensual.


 "Está en estudio hacer un pozo paralelo para abastecer la planta y evitar así la depresión de la mapa. El tanque de reserva tiene una capacidad de 60 mil litros y con eso va abasteciendo a todo el complejo. A medida que se va consumiendo el agua la planta, automáticamente, se pone en marcha y procesa lo que necesita", reveló.
--¿El mantenimiento requiere de sumo cuidado?
--El mantenimiento es simple, ya que dos veces al año se hace un lavado químico de la membrana, que tiene una vida útil en función del rendimiento . Estamos trabajando en un 65 por ciento de agua potabilizada y otro 35 de rechazo.




 "La experiencia es nueva. ya habíamos estudiado esto en algún momento, pero la tecnología, hace ocho años atrás, era muy costosa".