Bahía Blanca | Viernes, 04 de julio

Bahía Blanca | Viernes, 04 de julio

Bahía Blanca | Viernes, 04 de julio

Piden ocho años y medio de cárcel para Marcelo Fraga

Tras coincidir ayer las partes en que Marcelo Alejandro Fraga (38) fue autor penalmente responsable del siniestro que hace dos años provocó el deceso de una joven pareja de novios frente a la Universidad Nacional del Sur, la justicia tendrá que definir si fue imprudente o negligente en su conducta, o si se pudo representar el resultado fatal de su accionar.

 Tras coincidir ayer las partes en que Marcelo Alejandro Fraga (38) fue autor penalmente responsable del siniestro que hace dos años provocó el deceso de una joven pareja de novios frente a la Universidad Nacional del Sur, la justicia tendrá que definir si fue imprudente o negligente en su conducta, o si se pudo representar el resultado fatal de su accionar.


 Para el fiscal Eugenio Casas y la representante de las familias de las víctimas, Gabriela Sotomayor, se trató de un doble homicidio simple con dolo eventual (en los términos del artículo 79 del Código Penal) y reclamaron una pena de ocho años y medio de prisión para el acusado por las muertes de María de los Angeles Mellado y Lucas Claudio Ramoscelli.


 Por su lado, el defensor de Fraga, Leonardo Gómez Talamoni, afirmó que el hecho debe encuadrarse como homicidio culposo (artículo 84 del Código Penal) y solicitó a los jueces Hugo Adrián De Rosa, Mario Lindor Burgos y Enrique José Montironi, que le impongan una sanción menor, en suspenso.


 Esa fue la principal conclusión de la jornada de alegatos, que se desarrolló ayer en el Palacio de Justicia, como paso previo al fallo, que se dará a conocer el próximo martes, a las 11.30.

"Librado al azar"




 El fiscal Casas, quien alegó en primer término, durante poco más de media hora, aseguró que Fraga fue autor de homicidio simple con dolo eventual, porque "sabía que, de cruzarse una víctima en su camino, el resultado era la muerte".


 "No lo deseaba, pero dejó librado al azar ese resultado", expresó, para considerar que posiblemente "se creía el dueño de la ciudad", con ese tipo de manejo.


 Señaló que, según el jurista Eugenio Zaffaroni, integrante de la Corte Suprema de la Nación, la figura de dolo eventual se puede ejemplificar con el caso de quien cruza "un semáforo en rojo con los ojos vendados".


 "Fraga no los tenía vendados, pero había otras condiciones" que lo equipararían con esa representación, dijo el fiscal.


 Citó, en ese sentido, la elevada velocidad a que se desplazaba el Ford Galaxy a cargo del procesado; su estado de "etilismo agudo"; el hecho de que se movilizaba, de manera innecesaria, por el carril izquierdo y de haber cruzado varios semáforos en rojo, entre otros aspectos.


 El fiscal hizo alusión a diferentes testigos que lo vieron circular, antes del choque, de manera temeraria.


 "Decidió no respetar ninguna norma de tránsito", afirmó.


 Sobre el estado de embriaguez del procesado, se basó en el informe del médico de policía (doctor Stefanelli), quien dio cuenta del aliento etílico, dislalia y falta de respuestas a las pruebas psicofísicas, arrojando como resultado un cuadro de etilismo agudo.


 "Tuvo falta de reacción y de atención", sostuvo Casas, al mencionar los dichos de Fraga, cuando manifestó que no vio cruzar a las víctimas, pese a que, previamente, lo habían hecho otras cuatro personas por el mismo lugar.


 Por último, entendió que fue mendaz al declarar en primera instancia --no lo hizo durante el debate--, cuando señaló que conducía a 50 kilómetros por hora, que frenó a los diez metros y que había bebido "dos o tres vasos de cerveza".


 Es que las pericias determinaron que viajaba a no menos de 71 kilómetros por hora, que el coche paró casi 30 metros después del impacto y que el informe de alcoholemia lo comprometía.


 Explicó el acusador que la diferencia entre dolo y culpa con representación es que, en este último caso, la persona se cree con posibilidades de evitar el resultado de su acción, pero Fraga "lo dejó librado a la suerte".


 Por ese motivo, reclamó al Tribunal en lo Criminal Nº 1 que le imponga ocho años y medio de prisión (el homicidio simple prevé penas de entre 8 y 25 años), teniendo en cuenta, como atenuante, su falta de antecedentes. También pidió que se lo inhabilite para conducir vehículos automotores.

"Fue un animal"




 Con un relato más emotivo, la abogada que representa a los padres de las víctimas, adhirió al planteo del fiscal y dijo que, en caso de no compartir los jueces la calificación de homicidio simple con dolo eventual, lo condenen al máximo previsto para el homicidio culposo, de cinco años de prisión.


 "Escuché a Fraga decir por los medios que tiene miedo de ir preso; qué interesante que hubiese tenido miedo antes del 16 de marzo de 2008", señaló la doctora Gabriela Sotomayor, para explicar que "si hubiera tenido miedo antes, esto no hubiera pasado".


 Sostuvo que, por su manera de conducir, tuvo una "actitud desafiante y provocadora", teniendo en cuenta los incidentes previos a los que hicieron mención al menos tres testigos, dos taxistas y el chofer de una combi.


 "Su actitud fue siempre 'paso yo'. Fraga ve, no tiene problemas de vista; eran entre 10 y 12 chicos los que cruzaban", dijo.


 Entendió que bien pudo haber accionado la bocina, reducir la marcha, pegar un volantazo, pero no lo hizo.


 "Fue un animal manejando, pero que no se entienda animal como término insultante. Fue animal porque no aplicó el raciocinio ni tuvo piedad", aseveró la letrada, en un punto de su exposición que generó el llanto de algunos allegados a la pareja fallecida.


 Pidió, en consecuencia, que vaya preso, porque, de esa manera, "el miedo que siente Fraga, otros Fraga lo van a sentir antes".


 Expresó la doctora Sotomayor que podrían haber sido sus hijos o los de los jueces y que los padres "siempre sentimos miedo cuando los hijos adolescentes salen durante los fines de semana".


 "Pongamos el miedo en ellos; entonces, no van a tomar alcohol o van a ser prudentes. ¡Cambiemos algo!", enfatizó, en tono de reclamo.

"No merece ir preso, no es un asesino"




 "Me cuesta tener que defender a una persona que segó la vida de dos jóvenes, pero no es un asesino", dijo el doctor Leonardo Gómez Talamoni.


 El defensor de Marcelo Fraga consideró que la actitud de su asistido es "muy condenable", por "negligente e imprudente", pero que se trató, "a todas luces", de un homicidio culposo.


 "Es una persona común, de trabajo. No merece ir preso, aunque no tiene que manejar más y merece una condena", sostuvo.


 Indicó Gómez Talamoni que, antes del debate, se hablaba de un borracho que, a 120 kilómetros por hora, atropelló a dos chicos y se quiso escapar, pero que, después de escuchar a los testigos, no se pudo acreditar nada de eso.


 Dijo que nadie lo notó alcoholizado y que el médico de policía, como es de rutina en estos casos, "ni miró al preso" y se mostró sorprendido porque "justo ayer (por el martes, cuando el facultativo debía declarar en la audiencia) se enfermó".


 Destacó que el procesado --que actualmente está excarcelado-- trató de colaborar, tal como dijo un testigo, que escuchó a Fraga ofrecer su auto para trasladar a las víctimas, cuando esperaban a las ambulancias.


 "De estos casos hay miles por año y jamás los hechos se han calificado como pretende el fiscal", opinó, para traer a colación el paradigmático caso de Sebastián Cabello, quien, corriendo una picada, por el barrio porteño de Núñez, a fines de agosto de 1999, atropellara y matara a una mujer y a su hijo de tres años.


 Informó que el Tribunal de Casación modificó la calificación inicial y sentenció a Cabello a tres años de prisión, por homicidio culposo.


 Sobre las medidas preventivas que, según Sotomayor, debió adoptar el automovilista, el defensor entendió que no las pudo tomar porque directamente "no vio" cruzar a los chicos.


 "No pueden pretender que imagine que a 70 kilómetros por hora podía haber matado gente y no lo quiso evitar", sostuvo.


 Gómez Talamoni pidió que se encuadre el caso en los términos del artículo 84 del Código Penal y que le impongan a Fraga una sanción de ejecución condicional.

Pidió perdón. "Quiero aprovechar para hablarle a la familia. En ningún momento tuve intención (de atropellar a los chicos) y quiero pedirles perdón. Créanme que tengo una mochila muy pesada, que la voy a llevar de por vida, pase lo que pase. Rezo todos los días para que puedan tener la paz que quizás yo no voy a tener", dijo Marcelo Fraga, dirigiendo su mirada hacia los padres de Lucas Ramoscelli, presentes en la sala.