Bahía Blanca | Viernes, 12 de septiembre

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Cambalache, el tango de las mil caras

Mario Minervino/"La Nueva Provincia" En 1935, el cine Grand Splendid de Alsina 129 estrenó el film "Alma de Bandoneón", protagonizado por Libertad Lamarque. Un condimento trascendente de aquella película fue la inclusión del nuevo tango de Enrique Santos Discépolo: Cambalache. Quienes ocuparon la sala pudieron escuchar, en la voz de Ernesto Famá, los versos del llamado a ser un himno de todos los tiempos: "Siglo XX, cambalache, problemático y febril, el que no llora no mama y el que no afana es un gil...".


Mario Minervino/"La Nueva Provincia"





 En 1935, el cine Grand Splendid de Alsina 129 estrenó el film "Alma de Bandoneón", protagonizado por Libertad Lamarque. Un condimento trascendente de aquella película fue la inclusión del nuevo tango de Enrique Santos Discépolo: Cambalache.


 Quienes ocuparon la sala pudieron escuchar, en la voz de Ernesto Famá, los versos del llamado a ser un himno de todos los tiempos: "Siglo XX, cambalache, problemático y febril, el que no llora no mama y el que no afana es un gil...".


 Una parte significativa de su letra menciona a varios personajes, contraponiéndolos en una fenomenal "vidriera irrespetuosa". Curiosamente, muchos intérpretes se tomaron la libertad de trocar a esos protagonistas, jugando con una letra que no resigna un ápice de actualidad.

Los primeros, los originales.




 "Que falta de respeto, que atropello a la razón, cualquiera es un señor, cualquiera es un ladrón. Mezclao con Stavisky, van Don Bosco y la Mignon, don Chicho y Napoleón, Carnera y San Martín...". Así lo escribió Discépolo, así lo estrenó Famá.


 Esa elección no fue caprichosa: Stavisnky fue un famoso estafador, Don Bosco el fundador de la orden Salesiana. Don Chicho era el mote del rosarino Juan Galiffi, jefe de la mafia nacional. Napoleón, mítico militar francés, y San Martín, el Padre de la Patria. Todos conviviendo con Primo Carnera, un italiano campeón mundial de todos los pesos, y la Mignon, expresión francesa que refiere una mujer "mantenida".

Yatasto, Bonafini, Videla y Ringo Starr.




 La lista de modificaciones que ha tenido en el tiempo esta estrofa es más extensa de lo que pueda esperarse. Extensa y variada. Variada y discutible. Discutible y encantadora.


 La versión que Julio Sosa grabó en 1955 fue la primera en conmover a los oyentes con esa decisión. El uruguayo mantuvo a Napoleón y a San Martín, pero incorporó a (Arturo) Toscanini --italiano, el más grande director musical de su época--, Yatasto --un "pingo" pura sangre ganador de la cuádruple corona de la hípica argentina--, Scarface --apodo del mafioso Al Capone--, (Onofre) Marimón, discípulo de Juan Manuel Fangio, fallecido en una carrera-- y Gatica, "el Mono", popular boxeador.


 Pero ya existían antecedentes para estos juegos con la letra del tango. En los 40, Libertad Lamarque había cambiado a Stavisnky y Don Chicho por "San Felipe y Al Capone".


 En los 80, Luca Prodan y su grupo Sumo respetó el aporte de Julio Sosa, y en una rítmica versión del tango incorporó a (Hebe) Bonafini, fundadora de las Madres de la Plaza de Mayo, y (Diego) Maradona. El brasileño Caetano Veloso grabó el tema en 1969, recurriendo a tintes beatlemaníacos: "mezclao con Toscanini van Ringo Starr y Napoleón; Don Bosco y la Mignon, John Lennon y San Martín", cantó. Su coterráneo, Raúl Seixas, sumó a Beethoven, Ringo Starr y Lennon.


 El polaco Goyeneche reemplazó a don Chicho por la Thatcher (Margaret) --la mujer que mandaba en Gran Bretaña durante el conflicto de Malvinas--, y el grupo uruguayo Los Estómagos hizo una versión rockera del tango incorporando al médico Ravena, en lugar de Carnera.


 Andrés Calamaro respetó la versión de Julio Sosa y Alan González metió mano a lo pavote: "Mezclao con Mussolini van Don Bosco y la Mignon, Aznar --ex presidente del gobierno español--, Urtado y Britney Spear".


 El español Ismael Serrano colocó a Aznar en lugar de don Chicho y el grupo Hermética reemplazó a Carnera por Videla (Jorge Rafael), ex presidente argentino.


 Muchos otros respetaron a Discépolo. Tania, su mujer, Adriana Varela, Juan Carlos Baglietto, Javier Calamaro, Susana Rinaldi, Marikena Monti, Joan Manuel Serrat, Los Navarros con Rubén Juárez, Pasión Vega y Julio Iglesias, se apegaron a la letra original, en un interesante pout pourri de intérpretes.


 Lo cierto es que Cambalache sigue vivo, latiendo. Es un mito, un clásico de la música ciudadana. Un tema que se renueva cada día, para gratificación y (des) consuelo de muchos.