Esteban Pérez: "Joaquín sigue siendo mi guía en este mundo"
En la calidez de la casa de su hermano Germán y rodeado de los afectos, Esteban Pérez se vino unos días a nuestra ciudad. En el medio hubo jornada de caza en el campo y cenas con amigos.
Nada diferente a lo que este basquetbolista de 43 años realizaba cuando era profesional.
Sólo que Joaquín ya no está.
Su hijo murió atropellado el 20 de octubre del año pasado y desde entonces, la vida tomó otro matiz para este recordado jugador de Olimpo.
A pesar del duro escollo que le planteó la vida, "El Gallo" encontró en el club Alba, de la localidad de Maciel, Santa Fe, un motivo más para seguir adelante.
"Yo nací en Rosario pero en Maciel me crié. En 2000 ayudé a los dos clubes de allá regalándoles los tableros de vidrio, tanto Maciel como a Alba. Después quedó una buena relación con los dos equipos. Pero los que me llamaron para jugar fueron los de Alba, en la Liga Cañadense B. Muy buen torneo el de ahí y hace tres años que estoy. No lo hago por la plata, sólo les doy una mano. El club cumplió cien años y bueno, ahí estamos", cuenta.
--¿Qué te mueve a seguir?
--Qué sé yo, con 43 años lo que me mueve... Es mejor que estar en un gimnasio. Sé que es medio arriesgado por la lesiones, más cuando uno está pasado de edad. Pero bueno, me dieron la oportunidad y corro a la par de los chicos.
--¿Los más jóvenes te conocen?
--Sí, claro. Hay muchos. Creo que están contentos por mi presencia. Pero a los otros clubes no les gusta mucho porque gracias a Dios la mano la conservo. Juego por eso, sino no podría. Y estoy contento porque hace dos fines de semana fueron los cien años del club y jugamos un partido con Marcelo Milanesio, `Chuni' (Raúl) Merlo, Luis Villar, Ariel Rodríguez... Compartimos una noche increíble. Jugamos un partido de 40 minutos picante, picante. Pasamos un fin de semana muy bueno. Los llevé al río y comimos pescados tradicionales. Pasamos muy buenos momentos. De algún modo me abrió la mente después de la desgracia que viví.
--Y venir a Bahía y rodearte de tus hermanos, sobrinos, ir a cazar también ayuda.
--Esto me hace bien. Me está faltando Joaquín en todo esto pero tanto mis hermanos como mis sobrinos me ayudan mucho, lo mismo que su esposa y demás. Por su puesto también mi mamá. Yo estoy bien en el sentido de que opté por la postura de estar en paz, porque para seguir en este mundo hay que estar bien. No es que no me importa más nada. Mi guía es él.
--¿En su momento tuviste que pedir asistencia?
--Fui una semana, dos o tres veces. Me abrieron la cabeza pero le pedí disculpas a la psicóloga y le dije que iba a tratar de salir adelante solo, como siempre lo hice. Nunca me había tocado vivir algo tan grave. Cuando pasó lo de mi padre, bueno, uno como que lo asimila, se prepara. En mi caso la asistencia me la brindó el cariño de mi gente. Mis hermanos, mi novia Fernanda, mamá, mis primos de allá y mucha gente que se acercó y me llamó. Mucha gente que no me dejó estar sólo.
--¿Tuviste miedo?
--Miedo no. Sí sentí mucha tristeza y vacío porque uno piensa en todo lo que podía haber vivido la persona que uno más quería en este mundo. Y eso te lleva... Nunca estuve depresivo pero muchas vences tuve bajones y me iba al río. Necesitaba estar solo. Me iba en la lancha a lugares donde había estado con él. Y así me cargaba de energía. Pero no le tengo miedo a la muerte ni nada porque creo que estoy esperando el momento de irme. No es que quiero que sea mañana, pero estoy preparado pensando en que existe un más allá en donde encontrarse con la persona que uno quiere.
--¿Es lo que esperás?
--Sí, pero no deliro. No me salí de las reglas, no hice ninguna barbaridad ni quiero que la gente me tenga lástima. La gente siguió igual conmigo. Por ahí me dio un poco más de cariño.
--¿El básquet te dio herramientas para superar el trance?
--Sí, muchísimas. Por ejemplo todos esos jugadores de equipos que hacía años que no veía y que se acercaron de uno u otro modo. Todo ayudó: que me hayan invitado al Juego de las Leyendas, los correos, los llamados o ir a mi casa por más que en la cancha nos matábamos a trompadas. Como con Ariel Rodríguez. Eramos superrivales, segundo goleador, tercer goleador... Siempre tuvimos esa rivalidad. Ver a quién llamaban a Selección, mismo puesto... Cuando nos iban a contratar en los clubes nos miraban a los dos. Pero cuando él se enteró, vino a verme. Ya teníamos relación de antes.
--¿Con tu novia piensan tener un hijo?
--Estoy con Fernanda hace nueve meses. Y fijate como son las cosas: en parte la eligió Joaquín. Ocurrió que la madre de mi novia se enfermó y luego falleció. Yo las conocía de antes, pero mientras estuvo en el sanatorio íbamos mucho a ver a la mamá a la habitación. Y Joaquín tuvo un apego muy grande y se arrimó mucho. Y nosotros con Fernanda nos empezamos a mirar con otros ojos. El en parte nos unió. Ahora estoy con ella y estamos bien. Fue y es un apoyo importante. Tenemos pensado mirar para adelante pero creo que todavía es muy pronto para todos. Yo tengo 43 y ella 36, pero hay que ir despacio.
Trayectoria
Esteban Daniel Pérez nació en Rosario el 26 de marzo de 1966. Mide 2m00 y juega como alero. En la Liga Nacional debutó en 1985 con Olimpo, donde jugó cuatro temporadas. En el medio, una la pasó en Estudiantes (totalizó dos ediciones). También militó en GEPU de San Luis (dos), Peñarol de Mar del Plata (tres), Quilmes (una), Olimpia (una) y Libertad de Sunchales (cuatro). Dilatada trayectoria en Selección: jugó Sudamericanos (campeón '87), Panamericanos (oro en el '95), Preolímpicos, un Premundial, un Mundial y un Juego Olímpico.
Lleno de proyectos y con muchas ganas de ser DT
Como el básquetbol por ahora dejó de ser un trabajo, Esteban ocupa el resto de su tiempo en el manejo de una clínica en Rosario y en la concreción de un proyecto para construir un sanatorio.
"Tengo un compromiso con gente de Sunchales y Rafaela, con la que se encaró un proyecto que va encaminado. Es con el hermano de mi ex mujer y gente conocida de ellos. Más allá de todo lo que ha pasado, ellos me consideran uno más de la familia", afirma.
Volviendo al básquet, en el horizonte también asoma el coach Pérez.
"Está la intención de hacer el curso de técnico. Sé que el de los entrenadores es un círculo difícil pero hay trabajo para todos. El básquet amplió mucho sus fronteras en el interior del país. Y bueno, puede haber un lugar para todos, más para nosotros que estuvimos en Selección. No digo que la sabemos todas, pero creo que tenemos conocimiento y la experiencia como para encarar un equipo de Liga o de cualquier categoría", concluye.
Ricardo Sbrana/"La Nueva Provincia"