Tránsito y varitas
Hace 95 años, en enero de 1914, por primera vez en la historia local, se ubicaron policías de tránsito en las consideradas esquinas más peligrosas del microcentro.
El tráfico vehicular había crecido tanto, durante los primeros años del siglo, que las calles eran repetidos escenarios de accidentes. "La incompetencia de numerosos aurigas y la imprudencia de los chauffeurs son causales de estas anomalías", señaló "La Nueva Provincia", sugiriendo que la Municipalidad tomara cartas en el asunto, pues su tolerancia resultaba, muchas veces, "inconcebible". Fue así que la comisaría primera se hizo cargo de la situación y dispuso que algunos de sus agentes, "a más del arma reglamentaria", llevarían una varita en sus manos, a fin de ordenar el tránsito en las esquinas más peligrosas; por caso, Chiclana y O'Higgins, Alsina y San Martín, y Belgrano y San Martín.
Con ese elemento, darían indicaciones precisas, como conservar la izquierda, que los carros circulasen "a trote regular de caballo" y dar preferencia al paso del tranvía y carros cargados.
Así, los agentes comenzaron su inédito cometido, sorprendiendo a peatones y conductores con sus indicaciones. Hubo quejas, multas, detenidos y hasta alguna burla del público, "que se juntaba a mirar a los "barítonos" y reírse de sus gestos, ante el avance de un auto atropellador".
Varitas del 14, que no pudieron hacer magia; megáfonos del 09, buscando ordenar un caos que se ha mantenido en el tiempo.