Bahía Blanca | Domingo, 10 de agosto

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Esa mirada que lastima

El rubor quema las mejillas, las manos sudan en frío y el corazón parece querer saltar del pecho... ¿La situación? Todas y cualquiera. Un examen oral, un encuentro con el otro sexo en el ascensor, una invitación a bailar o algo tan sencillo cómo preguntar por "tal" calle. Define el diccionario a la timidez como una sensación de inseguridad o vergüenza de uno mismo, que se siente ante situaciones sociales nuevas y que impide o dificulta entablar conversaciones y relacionarse con los demás.
Esa mirada que lastima. La región. La Nueva. Bahía Blanca




 El rubor quema las mejillas, las manos sudan en frío y el corazón parece querer saltar del pecho...


 ¿La situación? Todas y cualquiera. Un examen oral, un encuentro con el otro sexo en el ascensor, una invitación a bailar o algo tan sencillo cómo preguntar por "tal" calle.


 Define el diccionario a la timidez como una sensación de inseguridad o vergüenza de uno mismo, que se siente ante situaciones sociales nuevas y que impide o dificulta entablar conversaciones y relacionarse con los demás.


 Pero... tímido ¿se hace o se nace?


 Si bien es un dilema que se encuentra en permanente estudio, para ciertos especialistas conlleva una clara relación con la carga genética de cada uno.


 Romina Casalla, licenciada en Psicopedagogía, y Sergio Gasparini, psicólogo social, impulsores del Taller de Creatividad y Desinhibición apuestan a que "tímido se hace".


 "Nosotros creemos que se va gestando a partir de las relaciones sociales y de los vínculos primarios que el niño entabla con los padres", destacó Sergio Gasparini.


 "Una persona que en su niñez fue acostumbrada a formar parte de grupos de deportes o que sus padres eran habituales participantes de reuniones sociales seguro va a desarrollarse de manera muy diferente a alguien que fue criado con mucho miedo y en constante represión", agregó Romina Casalla.


 Estas experiencias infantiles serían decisivas en la aparición de la timidez: niños que no han sido valorados lo suficiente, ignorados o que han sufrido malos tratos resultan más propensos a pensar que todo lo de afuera es muy agresivo para ellos.


 Todos estos son sentimientos que en el futuro comenzarán a "jugar" en contra en las diversas representaciones de la vida.


 Casalla aclaró que en el taller buscan referirse a la timidez como una "característica normal de la personalidad", pero que en algunos la carga resulta tan pesada y notoria que llega a obstaculizar la vida.


 "Nosotros pretendemos demostrar que la timidez no siempre es sinónimo de algo negativo, sobre todo porque estas personas son más reflexivas y de pensar mucho antes de actuar o de hablar".


 En contraposición, suelen perder mucho tiempo y energía en buscar la perfección en todo lo que hacen y tratando de controlar a full sus ideas.


 La mirada "inquisidora" de los demás, que molesta e inquieta al tímido, comienza a gestarse en el ámbito familiar y luego se va ampliando al medio social.


 "Sienten que todos están pendientes de sus logros (o fracasos) y que tienen la obligación de hacer todo bien. Pero esta perfección, que en realidad no existe, empieza a afectar a la persona y a jugarle en contra a su autoestima", destacó Sergio.


 Pero... ¿el tímido también es negativo?


 Según Gasparini, la expectativa que tienen de todo es de absoluta negación, no ellos.


 "No creen en la posibilidad de que algo les vaya a salir bien. No son ellos los negativos, son sus pensamientos. Rendir un examen oral puede convertirse en una catástrofe: tiemblan, se ponen colorados, sufren palpitaciones y, si por casualidad, el profesor tiene sueño y bosteza, están convencidos que la culpa es de ellos, porque lo que están diciendo es aburrido".


 El tímido es, normalmente, una persona muy emotiva que tiene excesivo miedo a actuar mal y por eso evita el contacto con los demás. No se fía de sí mismo y menos de los demás.


 Pero cuando la timidez comienza a rozar el sufrimiento, a afectar y desestabilizar las relaciones laborales, personales y familiares, llega el momento de buscar ayuda profesional.

***






 --¿De qué manera influye en los tímidos una sociedad que tiende a aislar a los más débiles?


 Casalla: Hoy por hoy hay que recordar que el otro es mi rival en todo, se compite por un puesto laboral, por el mejor promedio y otras tantas cosas. Las exigencias sociales hacen que las personas con estas características se vean amenazadas.


 Gasparini: Por esa razón, en el transcurso del taller, donde trabajamos con muchos elementos de psicodrama, teatro y juegos, aprenden a ver y valorar todo su potencial, a desarrollar la espontaneidad y la improvisación.


 --¿Internet favorece o perjudica?


 G: La persona tímida se encuentra cómoda con esa herramienta llamada Internet, porque no se muestra cuando chatea y habla a través de un teclado. Hay mucha mentira en la web ya que casi nunca se llega a conocer realmente al que está del otro lado.


 C: Cualquier recurso es negativo siempre y cuando te facilite armas para no enfrentar la situación. Recuerdo una persona que pasó por el grupo que contó que el servicio de cadetería le `había solucionado la vida', ya que de esta manera evitaba salir de su casa y enfrentarse con la gente y los trámites. Esa actitud de eludir el problema luego termina perjudicándolos.


 --Los hombres y mujeres ¿son tímidos por igual?


 G: La timidez no entiende de sexos. En el taller los varones siempre son menos. Se anotan, sí, pero muchos luego llegan sólo hasta la puerta.


 C: Y en estos casos nada tiene que ver el aspecto físico. Han pasado por el taller chicos y chicas muy atractivos, con lindas sonrisas, bien vestidos pero con la autoestima muy baja, con conductas excesivamente rígidas y cero confianza en ellos mismos.


LAURA GREGORIETTI



Creatividad y desinhibición.
El taller destinado a personas con problemas para expresarse, rendir exámenes orales, enfrentarse a entrevistas laborales, integrarse a nuevos grupos y sentirse seguros de sí mismos, es coordinado por la licenciada en psicopedagogía Romina Casalla y el psicólogo social Sergio Gasparini en Saavedra 750. Mayores informes en el teléfono 453-9265 o en el e-mail [email protected].