Bahía Blanca | Viernes, 17 de mayo

Bahía Blanca | Viernes, 17 de mayo

Bahía Blanca | Viernes, 17 de mayo

"El jefe", un éxito de público en su época, vuelve a ser protagonista

En la continuidad del ciclo de cine argentino organizado por la subsecretaría de Cultura de la UNS, el próximo jueves se exhibirá El jefe (1958), de Fernando Ayala, con la actuación de Alberto de Mendoza, Duilio Marzio, Leonardo Favio, Graciela Borges, Orestes Caviglia y Luis Tasca. La función se realizará a las 20, en el salón de actos del edificio del Rectorado, avenida Colón 80.




 En la continuidad del ciclo de cine argentino organizado por la subsecretaría de Cultura de la UNS, el próximo jueves se exhibirá El jefe (1958), de Fernando Ayala, con la actuación de Alberto de Mendoza, Duilio Marzio, Leonardo Favio, Graciela Borges, Orestes Caviglia y Luis Tasca.


 La función se realizará a las 20, en el salón de actos del edificio del Rectorado, avenida Colón 80.


 La película se estrenó en Buenos Aires el 23 de octubre de 1958 y se constituyó en un éxito de público. Fue la primera producción del sello Aries, creado en 1956 por Ayala y Héctor Olivera. Con el correr de los años, El jefe se convirtió en un clásico del cine político-testimonial, un género que la cinematografía nacional sólo pudo transitar esporádicamente, entre los recovecos de las censuras y las autocensuras.

Los personajes.




 El punto de partida fue un cuento de David Viñas, incluido en el libro Paso a los héroes y otros cuentos de la década absurda y tenía sólo dos personajes: un jefe y su seguidor, a quien el primero traiciona. Pero Ayala consideró que la historia podía contarse a través de un jefe y un grupo de integrantes de una barra.


 Y así surgieron los personajes: el intelectual fracasado, el hijo de un abogado aristócrata venido a menos, el típico porteño tipo "Gardelito", los dos hermanos de familia pudiente y el infantil y obsecuente Cirulli. El cuento y el filme desarrollan la historia de la subordinación a un jefe llamado Berger y la traición de éste a los hombres de su banda.


 La idea de Ayala y Viñas fue convertir a Berger y a su grupo en una alegoría sobre Perón y sus seguidores, las "masas disponibles", según la definición de Gino Germani. Los autores procuraron trazar intencionadamente paralelos históricos con la realidad y la mitología peronista.


 Por este carril, caracterizaron a Berger como un hombre propenso a hacer castigar a traidores y rivales en forma humillante, pero a su vez también como un ser cobarde, que huye cuando las circunstancias lo apremian y comprometen y, para salvarse, delata al más fanático de sus seguidores.


 El aspecto hedónico del filme y su protagonista --muy bien interpretado por Alberto de Mendoza y subrayado por el tema musical de Sciammarella entonces en boga (Por cuatro días locos que vamos a vivir, por cuatro días locos te tenés que divertir)-- se perfila ya en las dos primeras estafas que organiza Berger: el remate de lotes de terreno inexistentes y la venta fraguada de departamentos.

El líder.




 Para el escritor Alberto Ciria, la primera de esas estafas es una "obvia metáfora del líder político que promete lo que ya sabe que no va a cumplir".


 El final de la historia trata de combinar dos temas caros a Viñas, como quedó demostrado en sus obras posteriores Los dueños de la tierra (1958), Jauría (1974) y Cuerpo a cuerpo (1979). Uno, las razones que mueven a ciertos hombres a subordinarse a un líder; y el otro, la necesidad de asumir la responsabilidad de los actos propios y sus consecuencias.


 Para algunos historiadores, El jefe fue el discurso de la Revolución Libertadora; para otros, la oposición entre cultura y barbarie, donde el peronismo ocuparía el lugar de la barbarie. O la manera como el peronismo fue percibido por ciertos sectores sociales: como una suerte de "banalidad del mal" o "el hecho maldito del país burgués", como lo denominaría algunos años después John William Cooke.

El director.




 Fernando Ayala nació en Gualeguay, Entre Ríos, en 1920, y falleció en 1997. A los 20 años llegó a Buenos Aires para estudiar Abogacía, pero pronto cambió las leyes por el cine.


 Trabajó como asistente de Francisco Mugica y Tulio Demicheli, y en 1955 debutó en el largometraje con Ayer fue primavera. Al año siguiente dirigió Los tallos amargos; y en 1957, Una viuda difícil.


 Fue uno de los directores más prolíficos del cine argentino. Entre sus títulos más recordados se pueden mencionar El jefe (1958), El candidato (1959), Sábado a la noche, cine (1960), Paula cautiva (1963), Hotel alojamiento (1965), La fiaca (1968), Argentino hasta la muerte (1971), Triángulo de cuatro (1974), Desde el abismo (1979), Plata dulce (1982), El arreglo (1983), Pasajeros de una pesadilla (1984) y Dios los cría (1991), su última película.


 También produjo muchos de los filmes dirigidos por Héctor Olivera, y junto a Leopoldo Torre Nilsson fue uno de los propulsores de la generación del sesenta o "nuevo cine argentino".