Se cayó una pared de una obra en un patio lindero
Probablemente quede en una anécdota más, lo que en realidad podría haber sido otra tragedia. Pero como no es la primera vez y la memoria colectiva no registra demasiadas víctimas fatales, la situación se repite y la construcción de más peligro pareciera pasar a ser un juego que muchos observan sin intervenir.
En esta ocasión, el damnificado resultó ser Alberto Recchi, quien habita la vivienda ubicada en Hipólito Yrigoyen 520 y ayer a la mañana vio como el patio de su casa cambió abruptamente su escenografía.
Es que una importante cantidad de ladrillos cayó estrepitosamente, presumiblemente desde el tercer piso, de la obra en construcción lindera y rompió la estructura de protección hecha con madera y chapas que estaba colocado a la altura del techo de la planta baja y arrastró en la caída.
Según comentó el propio damnificado, por fortuna en el sector no estaba estacionado su vehículo y milagrosamente Recchi no se hallaba en el lugar, que es sector de tránsito obligado para el acceso-egreso de la vivienda.
La obra en cuestión en la denominada Edificio Yrigoyen Plaza, proyectada, calculada y dirigida por Emiliano y Maximiliano Magi y Martín Rojo y cuyos semipisos son puestos a la venta por Gerespo Inmobiliaria, ubicada en Zapiola 496.
"Yo estaba por salir. Esto fue, más o menos, a las nueve de la mañana y me hubiera matado si pasaba cinco minutos después", comentó Alberto Recchi.
Varias horas después, y a pesar de la calma con que se expresó, el hombre no escondía su indignación.
"No sé de qué piso cayó. Calculo que del tercero... De la obra no me dijeron prácticamente nada. Vinieron cuando ya estaba claro que no había muerto nadie, y que no había sangre. Además, vinieron como para decir que iban a limpiar", manifestó Recchi.
De todos modos, la iniciativa fue abortada por Recchi.
"Como vamos a hacer un acta con escribano y esas cositas, quise dejarlo así. Aparentemente la casa no sufrió daños, más allá de estropear la pintura; de todos modos no subí al techo", consideró.
Comentó que la construcción ya acumula doce meses de tareas y no es la primera vez que caen elementos.
"Ya han caído herramientas y piedras. Incluso tengo fotos de material que han caído sobre las sillas (de plástico ubicadas en el exterior)", aseguró Recchi.
Incluso aseguró que la colocación de la protección ubicada sobre parte de su patio fue solicitada por el mismo.
Reflexión.
"Esta protección la pusieron cuando ya iban un piso arriba y yo la pedí. Vino gente de la Municipalidad, pero evidentemente no sirvió de nada; al contrario, mejor no hubiese estado porque me caían sólo ladrillos", ironizó.
Agregó que "deben haber caído cien ladrillos (huecos), que conformarían toda una pared. No fue que cayó un ladrillo y la rompió. El peso total tal vez totalizaría trescientos kilos".
El hombre, con serenidad pero firmeza, hace su reflexión, "el grave problema es la desconsideración total por parte de la obra de no prever estas cosas. Hay que tener en cuenta que para estos tipos es un negocio, y en él pueden matar a un vecino".
Y no disimuló su disgusto, "lo peor de todo es que llamé a la policía, vino y no hizo nada; vino Defensa Civil y tampoco pudo hacer nada. Y la Municipalidad no existe, si no trabajan los días de semana no lo van a hacer en el fin de semana... En conclusión, tengo que esperar al lunes, marcando la indefensión que tenemos todos los vecinos. Si cada vez que salía al patio, tenía que hacerlo mirando hacia arriba", asegura.
Recchi puso el acento en la calidad de los controles, "el intendente no ataja nada. A construcciones de este tipo hay controlarlas permanentemente, y no para hacerme un favor a mí sino para que hagan las cosas en condiciones", completó.