Bahía Blanca | Jueves, 21 de agosto

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Bahía Blanca | Jueves, 21 de agosto

"Creo ser un técnico a la altura de una moto; es lo que merezco"

"Lo que ves es lo que tengo. La casa la construí en 1986, aunque en ese momento el dinero no me alcanzó para hacer una entrada para el auto. Igualmente hoy no la necesito, la moto pasa perfectamente por la puerta del frente". Daniel Florit es tan simple como se lo ve y antepone la palabra felicidad cuando nombra a sus hijos ("Edu", Nicolás, Natalia y Leonardo) o al momento de recordar aquellos equipos de Olimpo multicampeones de la década del '80.

 "Lo que ves es lo que tengo. La casa la construí en 1986, aunque en ese momento el dinero no me alcanzó para hacer una entrada para el auto. Igualmente hoy no la necesito, la moto pasa perfectamente por la puerta del frente".


 Daniel Florit es tan simple como se lo ve y antepone la palabra felicidad cuando nombra a sus hijos ("Edu", Nicolás, Natalia y Leonardo) o al momento de recordar aquellos equipos de Olimpo multicampeones de la década del '80.


 En su vivienda recibió a "La Nueva Provincia" con la ropa que luce siempre: buzo negro y pantalón a tono con el escudo aurinegro. Eso sí, el conjunto, hasta las medias, lleva la marca que viste al plantel profesional. El buzo "Diadora" gris ya quedó archivado...


 "Si me lo tengo que volver a pedir no voy a hacer un escándalo", tiró el actual DT olimpiense mientras cebaba el primer mate.


 --Empecemos por la moto que te lleva a cada entrenamiento. Es casi nueva. ¿La compraste en este último mes y medio, desde que sos el DT del elenco profesional?


 --Je, je... No es tan nueva; modelo '93. Se la compré a mi hijo Leonardo, quien se fue a vivir a Nueva Zelanda. ¿Qué día? El primero de abril. La adquirí a un precio módico...(risas). Una moto que vino con premio.


 --¿Y la bici?


 --¿La playera?


 --Sí, la última.


 --Ya no da más. Está tirada por ahí atrás, es "viejita". Este año, para ir a entrenar, muchas veces utilicé la de mi otro hijo varón ("Edu"). Agarro Tucumán derecho hasta avenida Colón, y llego rápido.


 --¿Qué sensación te produce estacionar al lado de un BMW o de un Mercedes Benz perteneciente a algún jugador?


 --No se me mueve ni un pelo. Nunca me fijo en las apariencias. No todo el que tiene un buen auto es mejor que quien va con un Citroen o bicicleta. Creo ser un técnico a la altura de una moto; es lo que merezco.


 "Si los muchachos tienen esos autos es porque nadie les regaló nada. Se lo que ganaron en este mundo tan competitivo del fútbol".


 --¿Te cargan?


 --No. Tampoco me molesta nada de lo que ellos hagan, siempre que actúen en su debido lugar y tiempo. Hay muy buena onda con el plantel.


 --Cuando no tenías la moto o la "bici", ¿andabas en colectivo?


 --No, pero si lo tenía que hacer lo hacía. Siempre viví al día, y muchas veces no llegué a fin de mes. Hoy no puedo decir que llego con plata al día treinta, pero me encuentro un poco mejor.


 --¿Qué dejaste de hacer desde el preciso momento en que asumiste como DT del equipo profesional?


 --Hago lo mismo de siempre. Voy a la misma canchita a visitar a un amigo ("Cacho" Francani, encargado de EFUBA), a la pensión a ver a los chicos, a charlar...


 --¿Con los que trajiste vos?


 --Con todos. Para algunos represento la oreja que no tienen, o el afecto que está lejos. Quiero estar cerca de ellos, como siempre. No me olvido que muchos chicos de la pensión necesitan de una palmada en la espalda, de una palabra de aliento o un abrazo. Son pibes que valen la pena.


 "Lo que me sucede es raro. Voy al estadio y no me quiero volver. Antes iba, no pasaba por los vestuarios y me quería volver rápido a mi casa. Ahora es al revés, quiero estar al tanto de todo y hablo con el que sea. Me siento parte de algo, es como que estoy más cómodo que antes. Por ahí entrenamos a las 10 y vuelvo a mi casa a las tres de la tarde. Me gusta charlar con los que trabajan en Olimpo, sea el guardia o el canchero".


 --¿Seguís yendo al supermercado con la bolsa de los mandados?


 --Sí. ¿Cuál es el problema? En realidad, hay un inconveniente: antes tardaba media hora en hacer las compras y ahora dos o tres. La gente que hace un tiempo te decía "hola que tal" ahora se para a hablar, y opina del equipo, del rival, del arbitraje. Y como no quiero quedar como un maleducado, charlo con todo el mundo.


 "Cuando tengo poco tiempo, lo mando a `Edu' con todo anotado para que compre. Me cuesta entender cómo es la gente, pero es así; a veces parece que todos saben de fútbol..."


 --En tu casa, ¿qué hacés?


 --De todo. Desde 2001 vivo sólo con mis hijos ("Edu", Nicolás y Natalia). Lavo, plancho, cocino, le paso cera a los pisos, atiendo todas las necesidades. Me hice cargo de mis hijos y trato de ayudarlos en todo.


"Muchos se
mordieron la lengua"








 --Todavía no consiguieron el objetivo de la permanencia, pero... ¿por qué se habla tanto de este sorprendente Olimpo?


 --Inexplicablemente se creó demasiada efervescencia alrededor nuestro. Sin embargo, más allá de la buena campaña que venimos haciendo, Olimpo tiene un gran equipo. Hace unos días me preguntaron cuál era el mejor equipo del campeonato. Y, sin ofender a nadie, dije Olimpo.


 --¿Pero el mejor no es el que sale campeón, en este caso River?


 --No, hoy por hoy es Olimpo. El plantel se compone de excelentes jugadores, tiene experiencia y jerarquía. Por ahí le falta más trabajo, se cometen errores; pero son porque los movimientos no están aceitados como deberían estar desde hace tiempo.


 --Vos mismo, el equipo, todo Olimpo, están rodeados de constantes elogios... ¿Qué es lo que pasa?


 --Olimpo es un gran equipo, con todas las letras, y lo demuestra dentro de la cancha. Contamos con una formación equilibrada. Lo que está atajando Ramírez es impresionante, Villavicencio y Mancinelli formaron una dupla de lujo, el `Negro' Martínez está aportando todo su repertorio y Tavio se está sacrificando el triple. Y te hablo sólo de la defensa... ¡eh!".


 --¿Y el resto?


 --En líneas generales es un equipo ordenado, sacrificado, muy ingenioso de mitad de cancha hacia adelante. Los jugadores se dieron cuenta de que podía pese a que, antes del partido con Colón (12ª fecha), estaban en la "lona". Sacaron la cabeza del agua y empezaron a demostrar que no eran el peor equipo del torneo.


 "Y muchos de los que decían que Olimpo se iba al descenso se mordieron la lengua. Este Olimpo es un gran equipo, sólo que estaba dormido".


 --Seguramente te habrás preguntado: "¿por qué no me hice cargo antes?


 --Nunca lo pensé. ¿Sabés por qué? Nunca tuve acceso al plantel profesional. Siempre manejé a los alcanzapelotas y miraba los partidos desde la platea. En los entrenamientos no pasaba ni cerca del vestuario de Primera y no tenía diálogo con los cuerpos técnicos. Ni con el de Saporiti (Roberto) ni con el de Echaniz (Gustavo).


 "Debido a eso, nunca me imaginé que podía llegar a donde estoy ahora. Es más, todavía no caí, no me doy cuenta del lugar importante que ocupo. Es como un sueño, y sé que no me voy a despertar llorando".


 --¿A qué te referís?


 --A que a los jugadores les pedí que no hablen de descenso; no nos vamos a ir. A vos te pido lo mismo, poné en la nota que vamos a seguir en Primera, te lo aseguro yo.


 --El día que asumiste le ganaron 2-1 a Colón. Esa noche, ¿pudiste dormir?


 --Sí. Por ahora no hay nada que me quite el sueño, y mucho menos un resultado deportivo. Desde la platea me imaginaba quién podía jugar y quién no, pero no me quedaba otra que guardármelo para mí porque yo dirigía a las divisiones menores y estaba a años luz del cuerpo técnico profesional.