Bahía Blanca | Viernes, 04 de julio

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La JOCA y el Trío Ilex, en una cálida apertura de temporada

La Joven Orquesta del Club Argentino abrió su temporada 2008 con un concierto a sala llena. Aún poco antes de las 20.30 del domingo --hora prevista para el encuentro--, continuaba una extensa hilera de gente en la puerta, sobre Vicente López 2, aunque las butacas ya estaban completas en el Salón Blanco de la institución que lleva su nombre. Subyacía un clima expectante.
La JOCA y el Trío Ilex, en una cálida apertura de temporada. La ciudad. La Nueva. Bahía Blanca

 La Joven Orquesta del Club Argentino abrió su temporada 2008 con un concierto a sala llena.


 Aún poco antes de las 20.30 del domingo --hora prevista para el encuentro--, continuaba una extensa hilera de gente en la puerta, sobre Vicente López 2, aunque las butacas ya estaban completas en el Salón Blanco de la institución que lleva su nombre. Subyacía un clima expectante.


 El repertorio fue variado, dinámico y festivo, apropiado para una cálida bienvenida.


 Bajo la batuta de su director Gustavo Gallo lo abrió la familia de vientos y percusión con un alegre fragmento del cuarto acto de la ópera La novia vendida de Bedrich Smetana: La danza de los comediantes, estrenada en 1892.


 El contexto de esta pieza, una comedia creada por este compositor de origen checo que incorpora elementos folklóricos de su país, contribuye a comprender y apreciar su sentido.


 Desde las raíces checas, el programa se trasladó hacia el período de la restauración inglesa, en el siglo XVII. Fue por eso que la obra que continuó fue Suite para cuerdas de la ópera King Arthur, de Henry Purcell.


 Esta forma musical, propia del período barroco, está formada por un conjunto de piezas breves y también danzables, seis en este caso. Se destacó aquí la riqueza melódica y la cohesión que desembocaron en una adecuada musicalidad.


 Esta misma cualidad confluyó posteriormente en Pavana Op. 50, del francés Gabriel Fauré. Tras unos breves pizzicatos, la solista de flauta traversa dibujo una bella línea melódica a la que se fueron sumando el oboe y el clarinete y luego también las cuerdas.


 Pavana, además de ser el nombre propio de esta pieza, alude a una forma musical específica, una danza muy común en Europa durante el siglo XVI. Aunque la composición de Fauré data de 1886 trasgrediendo toda línea temporal.
Proviene del italiano, "padovano" --de la ciudad de Padua-- y del sánscrito, que significa "viento".



 La actuación de la JOCA culminó con tres Danzas alemanas de Wolfang Amadeus Mozart: las Nº 11, 12 y 13. Las dos últimas formaron parte del colorido bis.

Quienes se sumaron. Los jóvenes músicos no estuvieron solos. Contaron con la destacada presentación del trío Ilex en la primera parte del espectáculo.




 Adriana Fernández en flauta traversa, Andrés Vigil Mendoza en oboe y Gustavo Kamerbeek en clarinete se sumaron a la propuesta y sentaron las bases características del concierto con tres obras.


 Comenzaron con dos divertimentos. Uno de Sir Malcom Arnold --compuesto de seis movimientos breves y dinámicos-- y el Nº 2 de Luis Gianneo. Tal como alude esta palabra, estas piezas no poseen una estructura formal ni predeterminada sino que se relacionan con el libre espíritu creativo de su respectivo compositor, donde intervienen el juego y la complicidad.


 Finalizaron con un tango del bandoneonísta, compositor y director, Raúl Garello, arreglado por el oboísta de la Orquesta Sinfónica de Bahía Blanca, Carlos Visnivetski. Así, Margarita de Agosto se oyó con una dulce textura y cadencia melódica.

María Sol Oliver/Especial para "La Nueva Provincia"