Bahía Blanca | Lunes, 11 de agosto

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Sustrajeron agroquímicos por más de 170.000 pesos

"¿Cómo se sigue?", se preguntó el ingeniero agrónomo Leandro Marcolini (33), tras sufrir el domingo a la mañana en su empresa, la sustracción de agroquímicos y herramientas por un monto que supera los 170.000 pesos. El cuantioso despojo fue cometido por desconocidos en el depósito de la firma Agroservicios Serranos, ubicado en un predio próximo a la ruta nacional 33, en el acceso a la localidad de Tornquist.

 "¿Cómo se sigue?", se preguntó el ingeniero agrónomo Leandro Marcolini (33), tras sufrir el domingo a la mañana en su empresa, la sustracción de agroquímicos y herramientas por un monto que supera los 170.000 pesos.


 El cuantioso despojo fue cometido por desconocidos en el depósito de la firma Agroservicios Serranos, ubicado en un predio próximo a la ruta nacional 33, en el acceso a la localidad de Tornquist.


 "El total del robo sería de entre 170 y 180 mil pesos; un perjuicio importantísimo. Para mi, verdaderamente, es terrorífico", dijo ayer Marcolini al ser consultado por "La Nueva Provincia".


 El damnificado explicó que fue un empleado de la empresa quien pasó circunstancialmente por el galpón y comprobó el robo.


 "Fue el domingo a las 10. Un empleado mío pasó por el galpón, entró y vio el movimiento de bidones. Yo ahí tengo máquinas pulverizadoras y, además, depósito de agroquímicos", sostuvo Marcolini.


 Dijo que los ladrones accedieron al establecimiento después de romper un alambrado perimetral, destrozar un ventiluz y forzar un candado. De ese modo consiguieron abrir los portones ubicados en el sector opuesto al acceso y también dañaron las luces exteriores.


 "Sustrajeron --confirmó el damnificado en diálogo telefónico-- casi 4.000 litros de sulfosato (se utiliza para el control de la maleza) de la empresa Singenta. Además se llevaron llaves de mano, cajas de tubos, amoladoras, agujereadoras y (otras) herramientas por un valor de 7 mil pesos".


 El ingeniero reiteró que "la mercadería robada ronda los 170 a 180 mil pesos. Para mi, si bien no es mortal, es terrorífico".


 "¿Cómo se sigue?. Entraron con total impunidad, destrozaron, saquearon y nadie vio nada. Está claro que hay algún tipo de entregador, porque sabían muy bien qué venían a buscar", resaltó.


 Marcolini señaló que los delincuentes se movilizaban en una camioneta a la cual estaba enganchado un carro, según se pudo deducir por las huellas dejadas en el lugar.


 "Evidentemente sabían lo que buscaban y sabían dónde estaba. Es un galpón de 12 por 20 que, hasta hoy (por ayer), carecía de alarma. Ya mismo la instalo, no queda otra", indicó el vocero.

Años de inversión




 Tras señalar que "además del perjuicio, ahora debo invertir en un sistema de seguridad", sostuvo el damnificado que "hace años que vengo invirtiendo, porque hay que alejar el producto químico de la sociedad, ya que hay un montón de leyes para cumplir según el Plan de Ordenamiento Urbano".


 "No hace muchos meses que ingresamos mercadería al galpón y, evidentemente, no se puede ingresar tampoco, por lo menos por ahora", agregó.


 Sobre los agroquímicos explicó que "son costosos, ya que son en dólares y han sufrido un aumento importante que, en definitiva, son parte de la protesta del campo. Además, la mercadería en sí no es mía, yo trabajo para una agronómica grande".


 Aclaró, al respecto, que "por supuesto que a partir del robo la mercadería pasa a ser mía".


 En cuanto a la investigación policial, mencionó que "por el momento se está trabajando. Estoy continuamente yendo a la comisaría, aportando datos, pero hasta ahora no hay mayores precisiones".


 Marcolini sostuvo que los malvivientes "trabajaron, fácil, una hora y media" y señaló que "nosotros trabajamos el sábado hasta las 20. Yo cerré y al otro día se dio cuenta mi empleado. Virtualmente, lo que era agroquímicos, cargaron hasta que se les llenó el vehículo. Había más para seguir robando".


 Se manifestó aliviado, empero, porque los ladrones no se llevaron las maquinarias, como ser dos pulverizadoras que se hallaban en el depósito.


 Por último, cuando se le preguntó qué se hace ahora, respondió: "No sé cómo seguir, honestamente, esto hipoteca parte de mi vida".

No fue el primer caso. Leandro Marcolini trabajó en el campo casi toda su vida y hace ocho años que está dedicado a la actividad agronómica. No es la primera vez que le roban: en 2002, fue víctima, en dos ocasiones, con diferencia de 25 días, de saqueos similares, pero de menor perjuicio económico.