Bahía Blanca | Sabado, 18 de mayo

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Dulce presente para un arquero de selección

El pibe ingresó por la puerta grande. De su Coronel Pringles natal arribó a Olimpo para probar suerte y en menos de dos años recibió reconocimientos al por mayor. Sus condiciones lo proyectaron a viajar, este año, a la pretemporada del plantel profesional y el ojo clínico de Enzo Farías, entrenador de arqueros aurinegro, sirvió para que su carrera empezara a cobrar protagonismo.
Dulce presente para un arquero de selección. Deportes. La Nueva. Bahía Blanca

 El pibe ingresó por la puerta grande. De su Coronel Pringles natal arribó a Olimpo para probar suerte y en menos de dos años recibió reconocimientos al por mayor.


 Sus condiciones lo proyectaron a viajar, este año, a la pretemporada del plantel profesional y el ojo clínico de Enzo Farías, entrenador de arqueros aurinegro, sirvió para que su carrera empezara a cobrar protagonismo.


 El "Goma" se lo recomendó a Walter Perazzo (ayudante del "Checho" Batista) y éste lo convocó para darle una chance en la preselección Sub 20.


 --¿Cómo surgió el contacto para integrar la preselección argentina sub 20?


 --El vínculo fue por intermedio de Enzo Farías (entrenador de arqueros de Olimpo) y Walter Perazzo (ex ayudante de campo de Leonardo Madelón y actual integrante del cuerpo técnico argentino).


 "Cuando llegó la citación me sorprendí enormemente. El lunes 25 de febrero llegué al Centro Deportivo e inmediatamente nos trasladamos al predio de Ezeiza para comenzar con los primeros trabajos".


 --¿Qué cosas te sorprendieron?


 --Las canchas son impecables. Eso sí, todos fueron muy amables empezando desde el cocinero hasta llegar a la cabeza de grupo (Sergio Batista). Realmente es otro mundo. Me mantuve cauto y no sentí presiones porque estaba seguro de lo que hacía.


 --¿Qué análisis hiciste de esta convocatoria?


 --Fue una experiencia espectacular. Estar en consideración del cuerpo técnico de un seleccionado argentino fue un honor que lo voy a disfrutar por el resto de mi vida. También lo tomé como una vidriera de cara al futuro. Enzo (Farías) es mi creador, me formó como arquero y me aconsejó para mantener una línea en mi vida.


 --¿Todo pasó demasiado rápido?


 --Puede ser. Pero tengo que ir paso a paso. No quiero quemar etapas; tampoco debo apresurarme porque el fútbol siempre se guarda alguna sorpresa. Quiero tener los pies sobre la tierra porque al mínimo error quedas relegado. Ojalá pueda atajar en Primera con la camiseta de Olimpo.


 --Pero fueron muy pocos los arqueros del club que ocuparon ese arco.


 --Seguro. Es difícil por la situación en la cuál convive Olimpo permanentemente. Todos los años se pelea por mantener la categoría y, lógicamente, el club tiene que utilizar jugadores de relevancia para llegar al final con algo de oxígeno. Sólo tengo 18 años y en este tiempo aprendí que con trabajo siempre se cumplen los objetivos. Voy a esperar mi oportunidad; en algún momento se va a concretar.


 --¿Cómo fueron las tandas de trabajo?


 --En la primera práctica hicimos una serie de trabajos en espacios reducidos, una a un toque y la restante fue libre. Después hicimos tareas físicas, sumando movimientos livianos realizados en el predio de Ezeiza. Lo mejor fue el amistoso con El Porvenir, sumé minutos y atajé más de 50 minutos. Empatamos 0-0. El balance fue sumamente positivo.


 --La temporada pasada cumpliste el sueño de debutar en la primera de la Liga del Sur.


 --Eso fue lo mejor de 2007. Sinceramente quería jugar para darme confianza a mi mismo y comprobar que podía ocupar el arco de Olimpo. Por suerte, respondí en los tres partidos y me gané la confianza de Hernández (Sergio). Quizá, me mató la ansiedad en el primer partido.


 "Lógicamente, tengo que mejorar muchísimo porque los errores son moneda corriente en el arranque de una carrera. Si algo caracteriza a mis compañeros es apoyarme en las buenas y en las malas".


 --¿Y comenzaste el 2008 viajando a la pretemporada con el plantel profesional?


 --Ese fue un regalito de reyes (risas). Puedo asegurar que me llegó de sorpresa. No lo esperaba para nada. Estuve trabajando duro con Enzo (Farías) y pasamos una semana inolvidable. Estaba en la pensión del club y, de repente, me llamó Sergio Hernández para comunicarme que estaba en la lista de convocados a la pretemporada en Mar del Plata.


 "Pese a que venía trabajando con el plantel profesional, fue una experiencia increíble porque aprendí y mejoré muchas cosas en la parte física. Trabajamos en varias tandas, no paramos durante una semana y llegamos a Bahía con un trajín importante".


 --¿Y como fue el trato?


 --Magnífico. Estábamos separados a la hora de entrenar pero después compartimos un montón de cosas en el hotel. Me hicieron sentir muy cómodo desde el primer día y me sorprendió el trato que recibí por parte de los más experimentados.


 --No zafaste de la `rapada'.


 --No, es una consigna que siempre se cumple. Es más, me hicieron un corte bastante extraño. Al otro día tenía vergüenza de salir a la calle (risas). Pero no me quedaba otra alternativa... ¿Cómo fue? Llegó Federico Mancinelli y Rogelio Martínez, me llevaron a una de las habitaciones y sufrí el peor corte de mi vida. Al menos, se respetó la teoría del bautismo.


 --¿Cómo es vivir en la pensión del club?


 --Depende de la calidad de los compañeros. Los chicos de la pensión son estupendos, nunca tuvimos problemas y siempre nos respetamos mutuamente. Lógicamente, siempre me acuerdo de mi familia, aunque trato de no pensar en ellos porque me perjudicaría a mi mismo. Trato de salir al centro, jugar al fútbol con mis compañeros y salir a comer en los ratos libres.