Bahía Blanca | Miércoles, 24 de septiembre

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Madres-padres en la ciudad

"Me dijo que era muy chico (22 años) para hacerse cargo del hijo que íbamos a tener", dice C.D., a los 35 años. Hace 15 que le pasó lo que le pasó: quedó embarazada y su novio no quiso seguir adelante. Ella pertenece al grupo de las alrededor de 130 chicas bahienses que inscriben anualmente a sus hijos sin el padre, según los datos brindados por la oficina local del Registro Civil de las Personas de la Provincia de Buenos Aires.

 "Me dijo que era muy chico (22 años) para hacerse cargo del hijo que íbamos a tener", dice C.D., a los 35 años.


 Hace 15 que le pasó lo que le pasó: quedó embarazada y su novio no quiso seguir adelante.


 Ella pertenece al grupo de las alrededor de 130 chicas bahienses que inscriben anualmente a sus hijos sin el padre, según los datos brindados por la oficina local del Registro Civil de las Personas de la Provincia de Buenos Aires.


 El número representa el 4,3% de los 3.000 nacimientos anuales de nuestra ciudad.


 C.D. cuenta que cuando se enteró de la noticia se la comunicó a su madre, que le brindó todo su apoyo: "en lo que decidas voy a estar con vos, tanto sea tenerlo como para abortar", le dijo.


 C.D. eligió ser mamá.


 "Desde que me enteré decidí que iba a tenerlo. Al principio pensé que podía ser un arma para conseguir que el padre volviera conmigo: era mi primer amor. Hoy veo a mi hijo y me doy cuenta que lo amo, más allá de su padre", agrega.


 Dice que tener un hijo a los 20 años le significó hacerse fuerte a una edad temprana.


 "Algunas amigas dejaron de verme porque sus padres pensaron que yo no era una mala influencia. El entorno estuvo dividido, algunos recibieron muy bien al bebé y otros me rechazaron".


 Para el futuro de su hijo prefiere otro destino.


 "A la hora de las relaciones sexuales le aconsejaría que se cuide y que trate de tener hijos en otro entorno. Igualmente, como hizo mi mamá, estaré presente y dando una mano con lo que le pase".

Por elección




 S.R. tendrá un hijo dentro de poco. Y lo hará sola. No le pasó lo que le pasó a C.D., que se vio obligada a tener a su hijo sin padre. Ella lo hará sola porque así lo quiere.


 "Desde siempre tengo planes de ser madre soltera. No lo veo como algo malo, creo que el cariño y el amor que le daremos mi familia y yo será suficiente".


 S.R. tiene 31 años y convivió con dos hombres bastante más grandes que ella. Ninguno de ellos quería hijos en su vida. Ella siempre tuvo la ilusión de poder ser mamá, pero no encontraba pareja.


 Tres años después del último desengaño amoroso no revela a nadie cómo quedó embarazada hace ya seis meses. Quizás alguna amiga o una de sus tres hermanas sepan quién es el padre o por lo menos tengan una sospecha.


 "No quiero que nadie lo sepa. Algunos me dicen que hago esto por las dos frustraciones anteriores de vivir en pareja y formar una familia. Pero no es así. Simplemente no quiero tener vida de pareja, aunque sí un hijo. Quizás el tiempo me lleve a enamorarme de alguien, las puertas no están cerradas para siempre".


 --¿Que le vas a decir a tu hijo cuando pregunte por qué no tiene papá?


 --No es que no le encontré un papá a él; es que no encontré una pareja adecuada para mí. Eso le debe quedar bien claro para que no se sienta culpable de lo que de ahora en más será nuestra situación.

Testimonio

Lo que dice un hijo






 Desde el punto de vista cultural y sociológico las opiniones sobre las madres solteras han cambiado mucho en los últimos tiempos. Ahora una mujer sola sacando adelante a su hijo provoca admiración en contraposición a la vergüenza que en otras épocas acompañaba al mismo hecho.


 Es fuerte no tener una imagen paternal... Inconscientemente vas buscando un modelo en el cual reflejarte... y ahí también está la astucia de la madre, en saber suplir muy bien esta ausencia y principalmente, y cosa que agradezco hasta el día de hoy, es que de pequeño te den total autonomía para tomar decisiones, y no seas un "pollerudo".


 Se dice que los hijos hombres, sin un modelo paterno, podrían tener dificultades en la identidad psicosexual o problemas para aceptar las normas, con los consecuentes conflictos hacia las figuras de autoridad. Afortunadamente no pase por esa etapa.


 Como contraparte, en la mujer, el amor por el hombre se aprende desde la niñez con el padre (hecho descripto tiempo atrás por psicólogos y filósofos). Si esta interacción no se da, suelen presentarse dificultades en la vida adulta, como por ejemplo, una exagerada conducta de seducción buscando el amor de todo hombre con quien se relaciona, o lo contrario, un rechazo al sexo masculino.


 Finalmente debo decir, que mi experiencia personal ha sido grata: mi mamá desde chico me otorgó autonomía y cariño. Tenemos una excelente relación, fortalecida por una muy buena familia; y en relación a él, a quién no estuvo conmigo... siempre tuve la sensación de que iba a aparecer en algún momento importante de mi vida, pero nada.


 No lo rechazaría inmediatamente, pero no sería un encuentro muy agradable.


 Si me dice de ponerme su apellido, le diría de plano que no, porque mi apellido, que es el de mi madre, es mi identidad. Con él crecí y me dio una imagen que no quiero olvidar. (Testimonio publicado en el Blog de Elías, eliastorrejon.blogspot.com).