Bahía Blanca | Jueves, 02 de mayo

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Asalto y tiroteo frente a un banco

Con un lamentable saldo sangriento terminó un asalto que sufrieron ayer a la mañana, en las puertas de la sucursal del Banco Credicoop de Brasil 119, a metros de Vieytes, el empresario Rafael Fortunato Ballesteros (69) y su hijo Rafael Juan (40), quienes resultaron heridos al tratar de evitar el robo, a manos de dos delincuentes, de una importante suma que iban a depositar.
La motocicleta que los ladrones abandonaron en Vicente López al 1500. (Rodrigo García-LNP)


 Con un lamentable saldo sangriento terminó un asalto que sufrieron ayer a la mañana, en las puertas de la sucursal del Banco Credicoop de Brasil 119, a metros de Vieytes, el empresario Rafael Fortunato Ballesteros (69) y su hijo Rafael Juan (40), quienes resultaron heridos al tratar de evitar el robo, a manos de dos delincuentes, de una importante suma que iban a depositar.


 El menor de los damnificados, que habría intentado repeler a tiros la acción de los ladrones, fue herido de bala en la zona abdominal y era asistido anoche en el sector de Terapia Intensiva del Hospital Municipal de Agudos Doctor Leónidas Lucero, mientras que su padre, dueño de la firma avícola El Peregrino, padeció una fractura de cadera, producto de una caída, cuando intentó escapar del lugar hacia la vereda de enfrente.


 Con el botín en su poder --que podría superar los 50 mil pesos, según las primeras estimaciones--, los malvivientes huyeron por Vieytes, en sentido ascendente de la numeración, a bordo de una motocicleta, que luego abandonaron frente al domicilio de Vicente López 1583, aunque en ese sector nadie los observó. Una fuente de la investigación dijo que, al parecer, los maleantes abordaron en ese punto otro vehículo con el cual se dieron a la fuga.


 Trascendió posteriormente que la moto, de marca Honda, había sido sustraída el domingo, mediante un robo calificado, en jurisdicción de la comisaría Cuarta, aunque de ese caso no se brindaron otros detalles.


 El primer patrullero que llegó rápidamente al lugar, trasladó al hombre baleado al nosocomio comunal, debido a la urgencia de la situación, ya que había perdido mucha sangre.


 Minutos después, cuando otros cinco móviles de la fuerza y vehículos particulares con personal de la DDI arribaban al sitio, en medio de la conmoción del vecindario --el sector es netamente comercial--, una ambulancia trasladó a Ballesteros padre hacia el Hospital Privado del Sur, donde se constató la quebradura y quedó internado.


 Sólo un milagro impidió que el enfrentamiento no causara un saldo más grave.


 Es que uno de los disparos ejecutados --varios testigos refirieron haber escuchado al menos cinco-- atravesó la vidriera del polirrubro ubicado en Vieytes y Brasil, y otro proyectil cruzó uno de los cristales del comercio El Palacio del Soldador, que se encuentra en la esquina situado en diagonal al otro local.

Disparos de tres armas




 La esquina del banco, en tanto, fue cercada con cinta, ya que en el lugar, donde estaba estacionada la camioneta Ford Ranger roja, patente FNY 700, de la cual habrían descendido las víctimas antes del delito --su puerta trasera derecha presentaba un hundimiento, posiblemente provocado por el rebote de uno de los proyectiles--, se encontraron una pistola de calibre chico, al menos seis vainas servidas y un proyectil intacto.


 Sobre Vieytes, además, quedó en la vereda un casco de motociclista negro, que aparentemente portaba el ladrón que tomó la intervención más activa en el atraco.


 Los peritos pudieron establecer que se produjeron tiros de tres armas distintas, ya que las cápsulas encontradas eran de calibres 45, 9 y al menos una de 6.35 (poco más grande que el 22), que habría sido disparada por la pistola incautada.


 En principio se pensó que esa arma era portada por uno de los Ballesteros, aunque allegados a la firma avícola dijeron luego que el arma que habitualmente portaba el empresario era grande y con cachas de color marrón, cuando ésta se encontraba recubierta con un material de tono más claro, similar al marfil. No obstante, una fuente policial consultada por "La Nueva Provincia" a última hora de la tarde, dijo que la pistola figuraría a nombre de los damnificados.


 La secuencia del robo comenzó cuando los damnificados se dirigían hacia el banco (maniobra que supuestamente repetían cada lunes), tras bajar del rodado, y se encontraron con un sujeto joven --el otro, como "campana", posiblemente se encontraba en la esquina-- que cubría su rostro con una bufanda o una prenda similar.


 El malhechor se habría abalanzado sobre Ballesteros padre, quien presuntamente trasladaba la bolsa con el efectivo --sería, mayoritariamente, dinero de la recaudación del fin de semana largo-- y su hijo salió en su defensa, produciéndose el tiroteo con el desenlace ya conocido.


 "Según las primeras referencias que tengo del personal, la persona que los esperaba, presuntamente, estaba realizando un llamado telefónico con un celular en la puerta del banco", relató el inspector Adrián Otero, jefe de la Policía Distrital y una de las primeras autoridades en arribar al sitio.


 "Fueron abordados, hubo una resistencia, el padre intentó huir y quedó un herido de arma de fuego, que es el hijo de la víctima y fue trasladado en un patrullero al hospital", confirmó Otero a "La Nueva Provincia".


 En ese momento el vocero reconoció que "aún no tenemos referencia sobre la suma en efectivo; sí que habrían alcanzado a robar una bolsa con dinero, en la modalidad tipo salidera, es decir que se produjo fuera del banco".

"No se puede vivir así"




 Gracias al consejo de Silvia Bretz, dueña del polirrubro Frami, ubicado enfrente del banco, una cliente de ese local puede decir que volvió a nacer.


 Relató la comerciante, aún con la conmoción lógica del caso, que instantes antes del tiroteo, esta mujer --a la cual no identificó-- ingresó en su quiosco con intenciones de usar una de las tres cabinas telefónicas, para realizar una llamada a España, a fin de comunicarse con familiares.


 "Yo le dije que no usara las cabinas, que era mejor que hablara con una tarjeta, y se salvó de casualidad, porque la bala entró por la cabina 2 y salió por la 3; es más, quedó la bala en el piso", relató Bretz.


 Aclaró, además, que al momento del tiroteo había "como diez personas" en su negocio.


 "Escuché como cinco o seis detonaciones, te dabas cuenta que eran tiros, y después el vidrio (roto); yo estaría a un metro más o menos. Aparte estaba toda la gente, que se tiró al piso y cerramos la puerta. Había no menos de diez personas", amplió.


 La mujer comentó que un camión de El Peregrino se encontraba detenido frente a su local, aunque esa versión no pudo ser confirmada por la policía, estimándose que esa secuencia fue posterior al atraco.


 "Esta gente viene a depositar siempre, periódicamente, pero no se puede vivir así. Seguramente es alguien que los siguió", sostuvo la testigo, al tiempo que un efectivo custodiaba la bala en su negocio, a la espera del personal de la Policía Científica.


 Un cliente, en tanto, amplió el concepto del trámite bancario, en cuanto a que el empresario afectado casi nunca adoptaba medidas para ocultar el trasladado del efectivo, exhibiendo en ocasiones fajos con billetes en el salón de la entidad crediticia, "a la vista de todos".


 Volviendo al hecho, Bretz expresó: "Lo único que vi fue a un señor enfrente, tirado, que no sé quién era, pero era una persona joven", sostuvo, en referencia a Ballesteros hijo.


 Bretz, víctima de doce robos en su comercio, aseguró que convivir con esta inseguridad es "terrible".


 "Estamos todos los días pensando que nos van a asaltar", reconoció.

"Vimos que dos salieron corriendo"




 Diana Montero, empleada de El Palacio del Soldador, otro de los comercios ubicado a metros del foco del asalto, confesó haber sentido pánico.


 "Lo único que escuchamos fueron los tiros; no sé la cantidad, porque teníamos mucho susto y sentimos el ruido a vidrio (de un ventiluz ubicado en la parte superior de la puerta de acceso, alcanzado por un disparo). Vimos que un tiro entró acá y ahí nos tiramos todos al suelo", narró.


 En cuanto a la fuga de los malhechores, teniendo en cuenta que desde uno de los ventanales del comercio se observa la calle Vieytes, en sentido ascendente, reconoció que "vimos que dos salieron corriendo para arriba, pero nada más. Los chicos de acá al lado, que estaban bajando harina, vieron que se subieron a una moto".


 "Nosotros nos quedamos acá (en el salón comercial) y, cuando vimos que se tranquilizó todo, salimos a mirar y vimos al señor (por Ballesteros hijo) tirado en el suelo, delante de la camioneta (Ford Ranger) y que se lo llevó el patrullero".


 Respecto de la otra víctima, Montero manifestó que "la vimos después, cuando llegó la ambulancia, porque estaba caída más atrás; hasta ahí, no sabíamos que estaba".


 Por otra parte, un hombre que se identificó como Juan, de la panadería Richat (situada frente a El Palacio del Soldador), informó que se encontraba en una oficina de la parte alta del edificio, cuando "escuché los tiros, deben haber sido cinco o seis. Me asomé porque primero escuché un grito y después los tiros y justo se caía un muchacho adelante de la camioneta", en alusión a Ballesteros hijo.


 El hombre se mostró sorprendido por la celeridad de la respuesta policial.


 "Me llamó la atención que llegaron tan rápido, estaban 'pa, pa, pa' (por los tiros) y llegó un patrullero de acá (Vieytes) y otro de allá (Brasil)", relató Juan, quien escuchó comentarios acerca de que una de las víctimas "también tiró".

Hace una semana. El domingo 20, de madrugada, desconocidos robaron una camioneta Peugeot 504, perteneciente a la firma El Peregrino, del depósito ubicado en Mitre y De Angelis. También se llevaron equipos de radio de otros vehículos. El rodado apareció abandonado, poco más tarde, en Terrada al 3000, frente al barrio Fonavi. La empresa avícola, en su local de Zelarrayán y Mallea fue, además, blanco de múltiples delitos.