Como si fueran amigos
-- El público, finalmente, se reencontró con Carlos y Pablo, aunque quince años después. Parece un título de cine...
-- Carlos Calvo: Sí. Extraña pareja fue la excusa para volver a trabajar juntos, aunque ya no somos más "Pablito" y "Carlín".
-- Pablo Rago: Me quedé con lo del título. Parece una película de amor, 20 años después... Más viejos y más aburridos que antes...
-- ¿Te parece?
-- No, no lo creo. Es como para completar el título gracioso. No creo que seamos más aburridos, aunque sí más viejos.
-- ¿Quiénes son? ¿Cómo son?
-- Calvo: Carlos y Pablo. Dos hombres un poco más grandes con responsabilidades familiares; padres que encontraron algún que otro equilibrio en su vida, una estabilidad emocional en mi caso (no sé en el de Pablo).
-- Fue un tiempo de vivencias muy intensas para ambos.
-- Totalmente. Y yo conozco las dos sensaciones que te da esta profesión: la de la gloria y la de tocar fondo. Por eso, todo lo que me llegó después lo asumo como ganancia.
-- Rago: Te aclaro nuestra versión de volver a trabajar juntos: nosotros nos estuvimos viendo, reunidos por otros proyectos. Pero siempre nos parecieron muy similares a lo que habíamos hecho y sabíamos que no eran los indicados.
-- ¿Durante la época de "Amigos son los amigos", fueron realmente tan apegados como decían algunos títulos de entonces?
-- Calvo: No. Nunca fuimos muy amigos...
-- Rago: ... En principio porque tenemos una diferencia de edad de 20 años, lo cual no implica que él no sea joven, sino que yo voy a tener que bajar mi edad para alcanzarlo (risas).
-- Calvo: Siempre nos llevamos muy bien y eso determinó que a algunos les pareciera que teníamos un vínculo personal más cercano. Lo bueno es que esa química, antes y ahora, nos facilita el trabajo.
-- Rago: Pero incluso hoy no somos amigos. Ninguno va a comer a la casa del otro ni compartimos otros espacios que no sean el laboral. Nos tenemos el cariño y el respeto de esos socios que se bancan por trabajar juntos durante muchos años.
Recomponer la magia
-- ¿Cómo abordaron el reencuentro con el público?
-- Calvo: Sabíamos que nos querían volver a ver juntos e intentamos recomponer aquella magia sobre el escenario. Lograrlo supuso un éxito muy grande porque debimos hacerlo desde personajes muy diferentes y evitando los guiños sobre el pasado. De otra manera, hubiéramos traicionado a la gente y a nosotros mismos.
-- Rago: Por respeto al recuerdo que se tiene de esta pareja no podíamos salir a escena con un producto que no fuera sólido.
-- Fue un desafío, pero seguramente deben tener mucho más en común como Carlos y Pablo que como "Carlín" y "Pablito". ¿La brecha generacional hoy pesa menos?
-- Calvo: Es que de aquellos que vieron, el transgresor no era el chico sino el grande. Y ahora esa diferencia, aunque persiste, se reduce en la comunicación y a fuerza de maduración. Además, Pablo tiene mucho qué hacer por delante y yo tengo otros tiempos; menos tiempo. Pero en determinados objetivos coincidimos.
-- Rago: ¡Ojo! No es que cuando hacíamos Amigos... yo era un niño. Empecé con 18 años y a los 21 me casé, así que era un hombre. Pero en cuestiones de contrato yo no opinaba. Preguntaba dónde tenía que firmar y dónde íbamos a grabar. Después, cuando nos fuimos encontrando con Carlos por distintas ofertas, él descubrió a un tipo con ideas artísticas propias, incluso sobre el humor, un tema que él conoce muy bien, y alguna vez lo vi mirándome con la boca abierta.
-- Carlos. ¿eso es lo que le sorprende de Pablo?
-- Yo lo venía viendo y profesionalmente Pablo creció mucho. También le pasaron cosas importantes en lo personal y hoy me maravilla descubrirlo como un padre responsable y amoroso con su hijo. No lo conocía en ese rol.
-- Rago: Sí, lo noté. "Carlín" flasheó con mi hijo --Vito, de 4 años-- cuando lo llevé de gira con nosotros. Carlos me dice que cuando le cuento cosas sobre mi relación con mi hijo, él trata de aplicarlas como padre.
La mirada del otro
-- ¿Son conscientes de la mirada del otro?
-- Calvo: No sé. Yo entiendo que Pablo se encontró con un tipo muy diferente del que conoció. Él, que estaba acostumbrado a verme en un comportamiento más compulsivo, a veces me mira extrañado, como si esperara la explosión. Yo le recuerdo que aquel Carlos no está más. Pablo bromea y me dice: "No, no. Está bien. Ya me dí cuenta", como si yo me fuera a enojar. Y después se ríe.
-- Rago: A mí me sorprendió ver a un actor que sufre el escenario. Me lo dijo y me pidió que le hiciera disfrutarlo. Los ensayos fueron difíciles, pero yo sabía que "Carlín" fue y es un hombre muy mimado. Yo también lo contuve, aunque tuve mis exigencias porque él ya conocía la obra y sabía cómo funcionaba.
-- ¿Eran distintos los roles en el pasado?
-- Calvo: Pablo es actor desde los 4 años y cuando actuamos juntos por primera vez conocimos la gloria pero también las dificultades que conlleva. Pero él, con 18 años soportó un éxito muy grande que a mí, con 30 y pico, me costaba.
-- Rago: Yo sabía de ese respeto, pero porque cuando a Carlos le ofrecieron hacer Amigos son los amigos fue él quien me eligió para ser su coprotagonista en un programa que, además, formaba parte del lanzamiento de un canal como Telefé.
"De todas maneras, cuando me llamaron yo venía de hacer Clave de sol y él estaba en la cresta de la ola. Él miraba su horizonte profesional, el programa, el éxito, y yo, desde abajo, lo observaba. Por eso yo lo conozco más a él que él a mí".
-- Eso es muy fuerte...
-- Sí, y por ahí es esto lo que más me llamó la atención de Carlos: el riesgo que tomó con la obra. Yo arriesgué en dirigirla y que él esté a mis órdenes, aún a sabiendas de que nos iba a ir bien, porque en el teatro hay que dar prueba todos los días.
-- Calvo: Yo estoy seguro de que hoy puedo aprender de Pablo, de su evolución profesional. Por eso lo acepté como el director. Me pareció interesante la visión de un hombre joven sobre un tema tan sensible como la amistad y en un texto tan importante como el de Neil Simon.
-- ¿Medió entre ambos un ejercicio de generosidad?
-- Calvo: (risas)...Seguramente. Quizás no muy conscientemente, pero yo traté de tener una actitud por la que él no se sintiera observado y que me viera integrado a su propuesta.
-- Rago: En general, en el teatro es así, desde su forma misma. El teatro es sucio, está lleno de polvillo por las telas y las maderas y uno debe reverenciarlo y ensuciarse en los ensayos para obtener resultados. Yo tengo ese sentimiento de entrega e intenté que todos quienes aparecemos en escena tuviéramos la misma actitud, también como un modo de validar el reencuentro y de destacar a los demás actores. Debo agradecerles la paciencia, que cuando yo aparezco con mi cuadernito naranja y verde con mis apuntes de dirección y alguna idea nueva no me digan "basta; llegaste hasta acá".
-- ¿Valió la pena el esfuerzo?
-- Calvo: Hasta ahora el resultado es brillante. El mayor parámetro fue ganar el premio Estrella de Mar a la mejor comedia.
-- Rago: Cuando apareció la propuesta de Extraña pareja, yo estaba por aceptar la puesta de La muerte de un viajante, con Alfredo Alcón, acá, en Buenos Aires. Y desde ese momento tuve un ángel y un demonio posados en cada uno de mis hombros diciéndome "vení acá". Me decidí por la oferta del productor Javier Faroni, aunque sabía que iba a ser complejo, pero los muchos aplausos, elogios y las risas, lo compensaron.
-- Calvo: Yo me siento feliz por este reencuentro. El aplauso final que recibimos nos confirma que valió la pena.
Un éxito probado
Escrita por Neil Simon, autor de éxitos reconocidos mundialmente tanto por sus obras de teatro como por sus guiones y producciones cinematográficas, y con más de 10.000.000 de espectadores en todo el mundo, Extraña pareja logra posicionarse entre las obras teatrales más vistas del mundo en su género.
La versión de Fernando Masllorens y Federico González del Pino logró con dirección de Pablo Rago una exitosa temporada en Mar del Plata, en la que se alzó con el premio Estrella de Mar a la mejor comedia. Desde hace un mes, la dupla Calvo-Rago se encuentra en una gira nacional que ya recorrió una veintena de ciudades, con un elenco que completan Claudio Rissi, Gonzalo Urtizberea, Coraje Abalos, Daniel Roncoli, Mónica Antonópulos y Anabel Cherubito, con dirección de Rago y Luis Cicero.
Esta pieza cuenta la historia de Oscar Madison y Félix Ungar, dos amigos divorciados que toman la decisión de vivir juntos para paliar su soledad. La difícil convivencia, sus distintos caracteres y la dificultad para retomar su vida cotidiana después de las frustrantes historias amorosas hacen que las situaciones vividas sean extremas y cargadas de delirio.
Murria (Rissi), Vinnie (Urtizberea), Speed (Abalos) y Roy (Roncoli), los cuatro amigos de ambos no ayudan a aclarar los problemas de la relación de ambos amigos e incluso dos bellísimas vecinas Cecily y Glendolyn (Antonopulos y Cherubito) intentan por todos los medios calmar con su sensualidad las peleas de Félix y Oscar.
Funciones y entradas. Las dos funciones que ofrecerán en el Teatro Municipal de Extraña pareja serán mañana, a las 21.30, y el domingo, a las 21. Las plateas costarán 45 pesos; los palcos bajos, 40; los palcos de 1º y 2º piso, 35; y en paraíso, 25.
María Inés Di Cicco/"La Nueva Provincia"