Bahía Blanca | Lunes, 11 de agosto

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BRASILIA

LA CAPITAL DEL TERCER MILENIO No hay en el mundo una ciudad que haya sido tan pensada como Brasilia, ni tampoco ninguna urbe que haya surgido de una promesa electoral, que fue la que Juscelino Kubitschek le hizo a los brasileños. Construir una nueva capital fue el eje de la campaña que lo catapultó en 1955 a la presidencia del país. Situada a 1.000 metros de altura, Brasilia fue la primera ciudad del planeta concebida para acceder a ella desde el aire.

LA CAPITAL DEL TERCER MILENIO


No hay en el mundo una ciudad que haya sido tan pensada como Brasilia, ni tampoco ninguna urbe que haya surgido de una promesa electoral, que fue la que Juscelino Kubitschek le hizo a los brasileños. Construir una nueva capital fue el eje de la campaña que lo catapultó en 1955 a la presidencia del país. Situada a 1.000 metros de altura, Brasilia fue la primera ciudad del planeta concebida para acceder a ella desde el aire.











 Brasilia nació en Goias, un lugar privilegiado de la extensa geografía brasileña del centro-oeste del país, donde confluyen tres ríos poderosos: el Paraná, el Amazonas y el San Francisco.


 Completan la región otros dos Estados, Mato Grosso y Mato Grosso del Sur, con sus enormes haciendas y su famoso pantanal, la tierra de los "caballeros del agua".


 El antiguo Imperio de Brasil tenía la capital sobre la costa atlántica y la intención de trasladarla hacia el interior selvático.


 Pero fue el primer gobierno republicano, en 1891, cuando una misión científica evalúo la desierta comarca de Goias, en el corazón del país, y cuando promediaba el siglo pasado se realizó un relevamiento aéreo.


 Fiel a su promesa, un año después de asumir la presidencia Kubitschek inició las obras de la ciudad con una carretera de 800 kilómetros para que pudieran llegar materiales y maquinarias.


 La construcción duró mil días y la ciudad se inauguró en 1960.


 Para concretar semejante emprendimiento, el presidente acudió al arquitecto urbanista Lucio Costa y éste a Oscar Niemeyer, un maestro de la arquitectura y estudioso de la obra de Le Corbusier, quien se apoyó en las curvas libres, de las que dijo son "las que encontramos en las montañas y las mujeres".


 Niemeyer diseño los principales edificios públicos, priorizo la construcción de una presa que formó el lago Paranoá, y le imprimió a Brasilia la visión de futuro de los años '50.


 La pensó para ser transitada por vehículos y la cruzó con tantas carreteras que no es fácil caminar por ella.




 Como en un planeta diferente.


 Cuando se llega en avión se divisa la meseta central, muy poco poblada, y enseguida los altos y blancos edificios de la ciudad que emergen a orillas del lago.


 Por carretera la entrada más espectacular es la que viene del nordeste y pasa por la antigua ciudad de Planaltina.


 A la Torre de la Televisión, uno de los emblemáticos edificios de la ciudad, se puede subir en ascensor para mirar desde lo más alto los dos arcos que Lucio Costa presentó en el Plan Maestro de Brasilia, que un jurado internacional eligió por su simplicidad.


 El resultado fue una obra de arte a gran escala, de la que el cosmonauta Yuri Gagarin dijo "me parece estar llegando a un planeta diferente", aludiendo a las formas plásticas y a la exacta combinación de materiales y paisajismo surgida de la imaginación de sus creadores.


 El primer edificio que se inauguró fue el Palacio de la Alvorada, residencia oficial del presidente, que se destaca por sus valiosas obras de arte y sus bellísimos jardines.


 El edificio del Congreso Nacional tiene la forma de un plato, en cuyo lado convexo está la sede de la Cámara de Representantes, en tanto que en el cóncavo están las oficinas del Senado.


 Enfrente está el famoso edificio en forma de "H", que tiene 28 pisos y donde están los despachos de la administración pública.


 El Palacio de Itamaraty, desde donde se manejan las relaciones exteriores, está aislado en medio de un estanque, y el Palacio de Justicia emerge entre seis cortinas de agua que semejan cascadas. Ambos se visitan en el city tour "Explanada de los Ministerios".


 Las muchas ciudades satélite que se formaron cerca como ciudades-dormitorio para los trabajadores, se convirtieron luego en centros poblacionales permanentes.


 Una escultura del artista plástico Bruno Giorgi, "Los Guerreros", situada frente al Palacio del Planalto, recuerda a los hombres que levantaron esta ciudad, al mismo tiempo monumental y ágil, que es el primer bien arquitectónico contemporáneo que la UNESCO declaró Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1987, cuando Brasilia cumplió 27 años.




 Las manos en oración.


 Otros edificios de diseños singulares son el Teatro Nacional, obra de Athos Bulcao, una composición de cubos y rectángulos, y la Catedral Metropolitana Nuestra Señora Aparecida, cuya forma semeja las manos en oración.


 Este templo de 40 metros de altura, asentado sobre 16 columnas, puede cobijar hasta 4 mil personas y está cubierto de vitrales; asombra por su diseño interior, muy alejado de las formas tradicionales, y por su cruz metálica que fue bendecida por el Papa Paulo VI .


 Sin embargo, los nativos de Brasilia profesan el culto a Don Bosco, un sacerdote italiano que en 1883 dijo: "surgirá una nueva civilización en una tierra de leche y miel".


 Una pequeña pirámide en honor a Don Bosco está a orillas del lago Paranoá, y también lleva su nombre La Ermita de Don Bosco, de muros vidriados azules y violeta.


 Kubitschek se imaginó el ejecutor de aquella profesía.


 Pero también 400 cultos florecieron en la que surgió como "ciudad del futuro", con iconografías indígenas y ritos de bendición, influidos por la "macumba" africana.


 Brasilia se cubre de diferentes colores en cada estación del año.


 Durante el tiempo de sequía, de mayo a septiembre, la puesta del sol es un espectáculo majestuoso y en las noches de luna llena una luz plateada desciende sobre la ciudad que late en el corazón de Brasil.


CORINA CANALE


Hacia Goiania

200 kilómetros separan a Brasilia de Goiania, capital del Estado de Goias.

Desde 1960














 Como capital de Brasil, Brasilia nació el 21 de abril de 1960. Ocupa un área de 5.814 kilómetros cuadrados y está a 1.000 metros sobre el nivel del mar.

El primer monumento






 Los restos de Juscelino Kubitschek descansan en un monumento construido en 1981, que fue el primero que los militares le permitieron levantar a Niemeyer desde que tomaron el poder en 1964.

Otros testimonios






 En la plaza principal está el palomar de Niemeyer, El Pombal y, también, el Panteón de Tancredo Neves, donde se guarda un mural de Joao Cámara, que representa el levantamiento, en el siglo XVIII, de Joaquim José da Silva Xavier, más conocido como Tiradentes. El mural tiene siete paneles pintados de blanco y negro, que tiene cierto parecido con el Guernica de Picasso.

Algunos souvenires






 En la Torre de la Televisión está el Museo Nacional de Gemas, donde se pueden comprar piedras semipreciosas y cristales, que abundan en las cercanías.

Paseos recomendados






 Uno puede ser en barco, por al Lago Paranoá; otro, bañarse en la cascada del Salto de Itiquira, un complejo turístico que está a una hora de Brasilia, y visitar Pirenópolis, ciudad histórica de Goias, a la que se llega en una hora y media y tiene unas 20 cascadas. También hay numerosos hoteles rurales.

Dónde informarse

Más información se puede conseguir en la Embajada de Brasil en Buenos Aires, con teléfono (011) 4515-2403 y en la web: www.embratur.gov.br


(en numeros grandes)

950

kilómetros al noroeste de Río de Janeiro se encuentra la ciudad de Brasilia.