Bahía Blanca | Lunes, 06 de mayo

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"Que sea rock" es todo un testimonio

La película Que sea rock constituye un testimonio valioso y contundente sobre la realidad reinante en el rock local y apunta a quedar como un documento imperdible a la hora de contar la historia de este género, que ya cumplió 40 años en la Argentina. De la mano de Sebastián Schindel, siempre bajo la supervisión de Héctor Olivera, el espectador puede averiguar como son en el backstage Andrés Calamaro, Bersuit, Las Pelotas, Los Piojos, Arbol, Babasónicos, Attaque 77, Catupecu Machu, Gustavo Cerati y La Vela Puerca, entre otros.


 La película Que sea rock constituye un testimonio valioso y contundente sobre la realidad reinante en el rock local y apunta a quedar como un documento imperdible a la hora de contar la historia de este género, que ya cumplió 40 años en la Argentina.


 De la mano de Sebastián Schindel, siempre bajo la supervisión de Héctor Olivera, el espectador puede averiguar como son en el backstage Andrés Calamaro, Bersuit, Las Pelotas, Los Piojos, Arbol, Babasónicos, Attaque 77, Catupecu Machu, Gustavo Cerati y La Vela Puerca, entre otros.


 Schindel, junto a los periodistas Claudio Kleiman y Marcelo Fernández Bittar, obtuvo certeras confesiones de Adrián Dárgelos, Gustavo Cordera y Gustavo Cerati, sobre los costos de la fama.


 "La fama, las giras, la exposición constante te quema la cabeza", dice Cordera en pantalla.


 "Vivir de gira todo el tiempo siempre con los mismos tipos, realmente destruye una banda", agrega Cerati, dando una explicación sobre el final de Soda Stereo.


 La película no es condescendiente, por el contrario músicos como Pity y Cordera muestran o hablan sobre su decadencia, tanto artística como personal.


 Las escenas grabadas por el líder de Intoxicados resultan imperdibles ya que lo muestran en su ámbito, y en plena naturaleza, sin ningún tipo de prurito ante excesos químicos.


 La Bersuit, en cambio, cuenta como los años previos a Hijos del Culo junto a las drogas la dejó al borde de la disolución personal y musical.


 Es un valor periodístico impresionante escuchar a Santaolalla confesar como fue empujado por Daniel Kohn, ex manager de la banda, a producir a Bersuit.


 ¿Un momento emotivo? Juanse sentado frente a un televisor a ver imágenes privadas de encuentros con Pappo, suerte de homenaje sincero y valioso al guitarrista fallecido, una de cuyas canciones le da título al filme.


 En definitiva, la película es la historia de los solistas y las bandas que reinan en el rock de 2006, sin esquivar cómo llegaron hasta la cima, cómo cayeron y de qué modo sobreviven a esa vorágine que mueve multitudes y dinero.