Preso por un caso de "gatillo fácil"
BUENOS AIRES (DyN) -- Un tercer policía fue detenido bajo la sospecha de haber sido quien efectuó el disparo fatal que terminó con la vida de Gabriel Arévalo, el joven que hace dos semanas fue asesinado en un caso de presunto "gatillo fácil", a metros de un boliche bailable en Ingeniero Budge, sur del conurbano.
Así lo revelaron ayer fuentes judiciales, que precisaron que se trata del oficial Ramón Rosaura Giménez, quien presta servicios en la DDI de Lomas de Zamora, quien hasta ahora no figuraba como presente en el momento del crimen, ni tampoco había sido instalado en la escena por sus colegas también detenidos.
Según los voceros, las pruebas para imputar a este policía surgieron de los resultados de las pericias balísticas que hizo personal de la Gendarmería Nacional sobre las armas utilizadas.
El fiscal de Lomas de Zamora, Juan José Vaello, a cargo de la investigación, había dispuesto secuestrar las armas de los dos agentes sospechados en un primer momento: el teniente Claudio Daniel Pereyra y el subteniente Ricardo Félix Luciani, que prestaban servicios en la seccional de Villa Centenario y fueron arrestados --uno de ellos presuntamente alcoholizado-- la noche del homicidio.
No obstante, Vaello dispuso también que se incautaran y peritaran las pistolas de otros tres efectivos que llegaron al lugar de los hechos incluso cuando, se suponía, ya se había producido la muerte.
Fue por eso que las pericias revelaron que uno de esos agentes había disparado sobre Arévalo y por ello se ordenó la detención de Giménez, quien tiene el grado de teniente.
De acuerdo con los informantes, el policía se negó a prestar declaración indagatoria.
Su situación, confiaron los voceros, es muy delicada: "Fue un sólo disparo fatal sobre el cuerpo de Arévalo y, al parecer, habría sido efectuado por el arma de este efectivo".
"Ahora la tarea es saber qué hizo cada uno", dijo una fuente de la investigación, quien señaló que esa falta de claridad llevó al fiscal Vaello a pedir prórroga para pedir la prisión preventiva de los sospechosos.
El hecho
Todo ocurrió en la madrugada del sábado 22 de julio, cuando Arévalo, de 20 años, y un grupo de amigos, salieron del boliche Petrus, en Budge (Lomas de Zamora), en medio de una pelea con patovicas.
Pereyra y Luciani prestaban servicios en la seccional de Villa Centenario, pero esa noche salieron por unas cuadras de la jurisdicción y aparecieron en Budge. Según dijeron, tuvieron que alejarse porque se les desinfló un neumático del patrullero y fueron a una gomería.
Al llegar a Petrus, en Olimpo y Pasaje Tucumán, del barrio Juan Manuel de Rosas, de Villa Centenario, advirtieron que los custodios del local protagonizaban un incidente con jóvenes que, según los dichos de dos empleados del boliche, habrían estado "consumiendo estupefacientes".
Y agregaron que al pasar por el lugar fueron apedreados, por lo que efectuaron disparos al aire para dispersarlos. Uno de esos disparos habría dado en el pecho de Arévalo.
Al momento de la detención, dijeron las propias autoridades policiales, uno de los imputados supuestamente había ingerido alcohol de una petaca que portaba.