Capturaron a cuatro sujetos que integrarían una banda
CORONEL PRINGLES (De nuestra agencia) -- Cuatro sujetos que están sospechados de formar una banda mixta, integrada en por sospechosos del Gran Buenos Aires y de Punta Alta --entre ellos un ex policía con antecedentes--, fueron atrapados en esta ciudad cuando, al parecer, pretendían asaltar a una familia en su céntrica vivienda.
En poder de los sujetos, que se movilizaban en un automóvil, se secuestraron armas de fuego, teléfonos celulares, precintos plásticos, un handy con la frecuencia policial, esposas y hasta una picana eléctrica, entre otros elementos.
El operativo --la fuerza contó con la colaboración de los vecinos-- se registró anteanoche y permitió las capturas de Manuel Alberto Segovia, de 59 años, de Punta Alta, quien cuenta con prontuario y fuera exonerado de la policía bonaerense; Oscar Alberto Montes (50), comerciante, oriundo de la misma ciudad; José Luis Fernández (25), afincado en González Catán, y Carlos Alberto Isasi Arzamendia (26), de origen paraguayo y domiciliado en Carlos Tejedor.
Las detenciones, poco antes de las 21 del domingo, permitieron evitar un robo en el inmueble de Rivadavia 960.
"Felizmente tenemos la oportunidad de brindar un hecho esclarecido, que iba a ser producido por una banda. Este es un delito grave, en virtud de que hubo escalamiento y el hecho se registró a las 20.50, cuando el ciudadano Marcelo Rubén Alvarez, oriundo de nuestro medio, llamó a la estación policial diciendo que había escuchado ruidos en el patio y que había personas en ese lugar", afirmó el capitán Julio Ducid, jefe de Policía Comunal de este medio.
"Por ese motivo, concurrió un móvil policial que estaba en las cercanías y, efectivamente, pudo constatar que había dos individuos con evidentes intenciones de asalto, en virtud de que estaban armados con una pistola calibre 9mm., además de teléfonos celulares, sogas, precintos, cintas adhesivas, ganzúas, destornilladores, un handy con nuestra frecuencia, candado, alambre de fardo, capucha, una picana eléctrica y esposas, así como indumentaria policial", relató.
Según Ducid, este es un hecho de trascendencia para Pringles, que abre las puertas para otras investigaciones, como el saqueo a Fabián Soto, cometido hace mes, cuando dos personas vestidas de policías le robaron al nombrado 7.000 pesos.
"También tenemos alguna expectativa de que estén vinculados al robo del estudio contable perteneciente a la firma Valentini-Vals, ocurrido hace un año", agregó la autoridad policial.
"Ellos pretendían seguir todos nuestros movimientos con el handy, pero afortunadamente pudimos prevenir eso, debido a que nosotros nos manejamos vía telefónica y no mediante la radio, lo que llevó a un operativo exitoso. Además, tengo que destacar el profesionalismo de los efectivos", afirmó Ducid.
La gavilla podría haber delinquido en otros puntos del territorio bonaerense.
"Informamos de inmediato a la provincia sobre este hecho, porque esta banda seguramente no sólo ha actuado en Coronel Pringles, sino que ya debe haber perpetrado delitos en otras ciudades. Aguardamos que nos llamen de distintos lugares, para ver si podemos esclarecer más hechos", detalló.
"Estoy conforme con lo que han hecho los efectivos y, más allá de eso, quiero destacar la acción de los vecinos y de la víctima, quienes nos alertaron de lo sucedido, haciendo que nuestro operativo obtenga resultado exitoso", afirmó Ducid.
El informante confirmó anoche que los sospechosos fueron trasladados por la tarde a otras seccionales de la región, por una cuestión de seguridad.
"Considero que hay que separarlos, porque, al tratarse de una banda, puede traer riesgos, incluso, a la propia comisaría", concluyó.
Cómo los atraparon
El teniente primero Gustavo Ceballos confirmó que, al correcto proceder de sus pares, se sumó el aporte de los vecinos, quienes dieron aviso de la existencia de dos individuos en actitud sospechosa en el interior de un automóvil desconocido en el sector.
Se estima que los sospechosos pretendían ingresar en la vivienda por la calle San Martín, donde existe un depósito en desuso que guarda chatarra.
"En lo que respecta a la captura de los individuos que habían entrado en el patio de Alvarez, lo habían hecho escalando una pared, con la ayuda de un elemento que se usa en una antena y eso fue divisado por el propietario, quien alertó a la policía", señaló.
El teniente primero Ceballos confirmó que ninguno de los acusados --uno de ellos portaba un arma cargada-- opuso resistencia al procedimiento.
"Simultáneamente, sobre la calle San Martín, se logró la identificación de otros dos sujetos, que estaban a bordo de un Peugeot 306 azul, dominio AVM 733", amplió.
El encargado de reducir a los otros dos sospechosos fue el teniente primero Germán Streitemberger, quien explicó que el rodado se encontraba a la altura del comercio Fabrizio Hogar y la Joyería Forniz.
"Hicimos bajar del automóvil a los individuos y pedimos identificación y resultaron ser de Punta Alta. Tenían relación directa con los que estaban dentro de la casa, porque después se fueron comprobando algunas conexiones mediante los celulares", agregó.
Según Streitemberger, los vecinos ya habían visto el rodado sospechoso días atrás, tomando nota de la patente.
"Si bien no nos habían alertado de esto, porque simplemente lo habían visto en una actitud sospechosa, cuando volvieron a verlo anoche (por el domingo), nos avisaron", concluyó el policía.
Robo a un banco de Oriente
En marzo de 1998, Manuel Héctor Segovia, según el archivo de este diario, fue condenado por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal como uno de los autores materiales del intento de robo a la sucursal Oriente del Banco de la Nación Argentina, consumado tres años antes de esa fecha.
El y otro ex policía, Alejandro Emilio Prado, recibieron dos años de prisión en suspenso, mientras que Héctor Hugo Bambaci, a quien acusaron de facilitar un vehículo para consumar el frustrado golpe, sufrió la pena de un año y ocho meses.
El fallo correspondió a los jueces Juan Leopoldo Velázquez, Gustavo Arturo Duprat y Raúl Hilario Fernández Orozco.
La tentativa se registró la madrugada del 22 de julio de 1995, en el edificio ubicado en Santamarina y Alberdi, de la vecina localidad.
Aprovechando la ausencia del gerente del banco y su familia --que viven en una casa lindera--, los malogrados ladrones trabajaron con herramientas y amoladoras para agujerear paredes y llegar al tesoro de la entidad.
Sin embargo, la llegada de Carlos Nahuel Acosta, el hijo del gerente, evitó el delito.
El hombre advirtió ruidos y movimientos sospechosos y alertó a la policía, observando posteriormente la fuga de un Volkswagen Gol gris, ocupado por más de una persona.
Se lanzó un operativo "cerrojo" que dio resultados en el acceso a Punta Alta, donde la fuerza interceptó al vehículo, propiedad de Bambaci, con Prado y Segovia en su interior.
Segovia también estuvo detenido por el robo de un cargamento de sábanas, cometido en la ruta 33, hasta fines de 1997, cuando recuperó su libertad por falta de pruebas suficientes como para que permaneciera entre rejas.
La Cámara de Apelación hizo lugar a un recurso de habeas corpus presentado por el abogado del sospechoso y revocó la prisión preventiva dictada en su contra por el entonces juez de primera instancia Ariel Armando Soto.
El atraco se consumó en junio de 1996, en perjuicio del camionero Benigno Mercedes Peña (36) y entre los sospechosos figuraban el ex oficial de la policía bonaerense Miguel Pontecorvo y Eugenio Arruebo.
Oscar Montes, en tanto, fue condenado en octubre de 1997, a tres años de prisión, por exhibir una cédula verde adulterada al ser interceptado por la policía, cuando conducía un vehículo de ilícita procedencia.
Los mismos magistrados que sentenciaron a Segovia le aplicaron la pena a Montes, quien ya registraba un antecedente por hurto.
El hecho del documento se concretó el 13 de junio de 1995, en Punta Alta, donde Montes fue sorprendido por agentes de la ex Brigada de Investigaciones V, a bordo de un Fiat Weekend.
En aquella oportunidad --según se dejó constancia en la resolución--, se comprobó que la cédula de identificación del vehículo exhibida por Montes, había sido adulterada mediante maniobras de lavado y sobreescritura.