COPA MUNDIAL DE LA FIFA 2006
EL DUENDE FUTBOLERO YA ESTA EN ALEMANIA
El duende mundialista ya está en las doce ciudades de Alemania donde se disputará la 18 Copa Mundial de la FIFA 2006, bajo el lema "El mundo entre amigos". El viernes venidero este campeonato comenzará por primera vez en una ciudad, Munich, que no es la capital del país anfitrión. ¿Qué ofrecen Hamburgo, Munich y Nuremberg para esta fiesta de cuatro semanas en las que llegarán al país 5,5 millones de visitantes que usarán hoteles y otro millón que vendrá sólo por el día? ¿Y cómo se dirimió la "guerra de la cerveza" que enfrentó a empresas locales con el sponsor mayor de la copa, la estadounidense Budweisser?
Los alemanes, se sabe, no manifiestan su euforia como los latinos, pero no hay dudas de que están muy comprometidos con esta fiesta del fútbol, deporte al que ya se considera "el idioma mundial por excelencia".
Lo cierto, lo que se puede asegurar, es que nadie se quedará sin ver los 64 partidos que jugarán 32 equipos, porque habrá una suerte de campeonato paralelo, el FanFest "la fiesta de los hinchas", donde se instalarán pantallas gigantes en espacios gratuitos para los que no tengan entrada a los estadios.
Mientras tanto, los alemanes siguen viviendo como siempre.
Se mueven en bicicleta y la mayoría usa pequeños cascos de colores.
Una sugerencia: evitar las bicisendas de las veredas, una franja ancha de color ladrillo, porque ellos no se detienen.
A los turistas les conviene decidirse por los pases que permiten viajar sin límite en las redes de ómnibus y del metro y también en algunos ferrocarriles y barcos.
Lo curioso es ver a los usuarios que compran tickets en las máquinas expendedoras, cuando podrían pasar sin ellos, una idea que no se les cruza por la cabeza.
Un buen ejercicio para saber que en Alemania se puede usar todo tipo de ropa, es sentarse a tomar un café y mirar a la gente.
Uno llega a la conclusión de que la moda sólo está en las vidrieras, porque es evidente que las mujeres privilegian la comodidad y que encontrar un hombre con corbata tal vez sea posible buscando con una lupa.
El pelo largo o corto, los borceguíes duros o las leves sandalias franciscas, todo ayuda a crear una perfecta imagen de lo imperfecto.
En suma, los atuendos hablan de libertad y es curioso pero en los cuerpos no abundan ni piercing ni tatuajes.
En estas sociedades nadie mira a nadie pero no dejan de ser atentos, especialmente cuando advierten que se trata de extranjeros.
Lo bueno es comprobar que el amor es igual en todas partes y que los jóvenes de la globalización se besan, como si tal cosa, a la luz del día.
A diferencia de otros países, los alemanes usan celulares moderadamente, como si hubieran encontrado el perfecto equilibrio entre hombre y máquina.
Tampoco se ven muchas laptop personales, cuyo uso parece reservado al ámbito doméstico y a los locutorios.
Sin ruidos ni suciedad.
Los ruidos, inexistentes, es otra batalla que los alemanes ya ganaron.
Nadie usa bocinas.
Para los extraños comprender que la falta de ruidos es lo que aturde, es una experiencia que se incorpora y se disfruta rápidamente.
La limpieza en las ciudades es un capítulo aparte, pero hay que decir, "en defensa de las malas costumbres de quienes habitamos estas latitudes", que los respectivos gobiernos se preocuparon por instalar, a cada paso, cuatro cestos metálicos, de diferentes colores, para desechar, papeles, vidrios, telas y otras cosas.
La prohibición de fumar no rige en las calles y tampoco en muchos restaurantes y, en general, es menos rigurosa que en otros sitios del planeta.
Para los adictos al tabaco los aeropuertos tienen espacios reservados, donde los fumadores, entre pitada y pitada, tienen que soportar la mirada acusadora de otros viajeros. Y donde no se puede hacerlo está el cartel colorado que reza "Rauchen Verboten", que significa no fumar.
Convengamos que las terminales de transporte son sitios propicios para la nostalgia, y que hasta su nombre "terminal" alude a finales.
Por eso, para paliar tanto desasosiego, la moda son los masajes públicos relajantes que cuestan un euro por minuto de placer, una moda que en el aeropuerto brasileño de San Pablo se cobra 15 dólares por quince minutos.
La envidia son los perros, que van con sus dueños casi a todas partes.
Cifras estadísticas arrojan que el índice de natalidad en Alemania es apenas de 1,5 --es decir, un poco más de un hijo por pareja-- con pronóstico de que la baja se está profundizando.
En Europa el perro no sólo es el mejor amigo del hombre sino que, a veces, es su único y gran afecto.
HAMBURGO
La puerta al mundo
En Hamburgo, la ciudad a orillas del río Elba, se trabaja desde hace cuatro años para esta fiesta del fútbol, siguiendo su slogan tradicional: "La puerta al mundo".
Cuando comience el campeonato habrá 280 arcos de luces color lila instalados en sus puntos más altos, que se unirán al estallar el espectáculos de rayos láser que están preparando.
Hamburgo, ciudad industrial, potente y elegante, es el lugar que eligió como su sede permanente el equipo de los Estados Unidos que, sin embargo, no jugará en su estadio, calificado por la FIFA como cinco estrellas, informó Ruth Henn, coordinadora la copa.
La única sede marítima del campeonato tiene 23 canales y 2.500 puentes y una población de 1,8 millones de habitantes, que en estos días está celebrando los 817 años de su puerto, el más importante de Alemania y el segundo de Europa, después de Rotterdam.
Hamburgo es también el centro de distribución de alfombras persas más grande del mundo, y la ciudad alemana con más oficinas consulares --hay 99-- que, a nivel planetario, ocupa el tercer lugar, detrás de Hong Kong y Nueva York.
Un dato que la convierte en una urbe cosmopolita, donde actualmente la comunidad turca es la más importante.
En Hamburgo está la planta alemana de Airbus, el Consorcio Europeo de Aviones, donde se fabrican las cabinas de las aeronaves. Un consorcio que se completa con otras plantas en Francia, Inglaterra y España.
Allí se están dando los últimos toque al gigantesco Airbus A380 --550 pasajeros y 560 toneladas de peso, incluida gente, combustible y carga-- para el que ya hay 187 órdenes de compra.
Tore Prang, agente de comunicación del consorcio, dice que "el primero lo entregaremos a fin de año a la Singapur Airline", lo que indica el avance del turismo en el sudeste asiático, región interesada en estas máquinas que tienen 16 horas de autonomía de vuelo.
Un juego fascinante
La ciudad también posee un Museo de Antropología donde se está exhibiendo, por primera vez, una muestra dedicada al fútbol que estará abierta hasta noviembre.
Para su director, el antropólogo Wulf Kopke, un alemán que aprendió un perfecto español en Murcia, España, fue todo un desafió reunir en once meses 300.000 piezas.
"No queríamos exponer la historia del fútbol, sino mostrar la fascinación que este deporte despierta en la gente", afirmó.
Para él fue todo un logro conseguir que Uruguay le cediera, a préstamo, la copa mundial que ganó en 1930. Pero le sirvió para visitar ese país y también llegar hasta la Argentina, de donde se llevó el gauchito del campeonato de 1978.
Para demostrar el interés que los hamburgueses sienten por el fútbol, dice que en la ciudad hay 226 clubes de este deporte y sólo 160 iglesias y que en todo el mundo hay 88.000 clubes futboleros.
Y proporciona datos que indican que el arco es invento de los chinos, que la marcación del campo y la figura del árbitro la introdujeron los italianos, y que el primer juego intercontinental data de 1573, cuando se enfrentaron... ¡ingleses y esquimales!
Un buen paseo es visitar los domingos el Mercado del Pescado, junto al Elba, donde en un viejo galpón reciclado se sirven desayunos suculentos, suenan bandas musicales y se baila.
En esta ciudad que vive y disfruta del río, y donde el puerto es un derroche de esclusas que se abren y se cierran al paso de los barcos, lo único que empaña la máxima fiesta del fútbol es la prohibición de vender la cerveza local en el estadio Arena, condición excluyente del sponsor oficial de la copa, la cervecera estadounidense Budweisser.
MUNICH
Entre tulipanes y cerezos
A Munich le fue mejor con el tema de la cerveza.
Logró que sus cinco marcas locales se vendan en su fabuloso estadio, el Alianza Arena, que para esta copa se llamará sólo Arena.
"Fue una larga negociación", dijo Henriette Wagerle, coordinadora de la copa en esta ciudad.
Este estadio, inaugurado en el 2005, tiene 66.000 asientos en tres niveles techados --la FIFA no permite para los campeonatos tribunas de hinchas parados-- y su moderno diseño, obra de los arquitecto suizos Herzog y de Meuron, se completa con un estacionamiento para 9.800 autos, el más grande de Alemania y de Europa, y otro para 1.200 vehículos, reservado a los invitados especiales, además de un sector para 350 ómnibus.
Los tulipanes rojos y blancos y el rosado intenso de los cerezos están floreciendo en la primavera de esta ciudad más pequeña --tiene 1,3 millones de habitantes-- donde la noblezas ha dejado su impronta.
En Munich está el Palacio de las Ninfas, precedido por un canal cuyas aguas se congerlan en invierno y se convierten en pista de patinaje y cancha de bochas y por la Plaza Real, donde están las estatuas griegas que trajo el Rey Luis I de Bavaria.
Conviene preguntarle al guía sobre la historia de otro rey, Luis II, soberano progresista y enamoradizo, que tuvo que abdicar en 1848 por una irlandesa con ficticio nombre español, Lola Montez, bailadora de flamenco, que así como lo deslumbró lo abandonó.
Una vida escondida.
También está en esta ciudad la BMW, Fábrica de Motores Bávaros, en un edificio que semeja la forma de los cilindros de un auto y de la que salen 800 vehículos por día.
En ella trabajan 10 mil operarios, de los cuales sólo el 11 por ciento son mujeres.
Este es el mundo de la robótica, con brazos mecánicos color naranja que se mueven sin cesar y que alertan con una luz roja cuando detectan una pieza defectuosa.
Se explica que los hombres ocupan ahora otras funciones, que no se ha perdido la mano de obra humana.
Es interesante conocer que se necesitan 17 horas para completar un auto --ocho se utilizan en la pintura-- y ver cómo se realiza el testeo de los motores, a los que se somete a diferentes condiciones climáticas y geográficas.
Frente a esta planta está el Parque Olímpico, que se construyó para los Juegos Olímpicos de Verano 1972, en el que se destaca la torre de 290 metros de alto.
Su construcción, hace ya más de 30 años, costó un billón de marcos alemanes.
"Aquí ya no habrá más fútbol", afirma Arno Hartung, quién desde 1975 está a cargo de las relaciones públicas del parque, un predio de 2 millones de metros cuadrados que guarda la historia del club de fútbol más poderoso de Alemania: el Bayern Munich.
El fútbol ya le cedió su lugar al atletismo, y a otros deportes, en este parque que tiene un lago sobre el que se instalará la pantalla del Fan Fest, la fiesta gratuita de los hinchas.
Munich es también la enorme ciudad subterránea, que enlaza las principales estaciones del metro, y donde hay comercios, restaurantes y locales de entretenimientos.
La gente la transita a diario pero la aprecia más en invierno, cuando llega la nieve y la temperatura promedio es de 2 grados bajo cero.
NUREMBERG
Como ayer, pero nuevo
Nuremberg es la ciudad del medioevo, la ciudad de la muralla de cinco kilómetros con cuatro puertas, entradas en las que se destacan "las torres gordas".
Su casco histórico, destruido tras la segunda guerra mundial, fue minuciosamente reconstruido.
Sus casas son réplicas perfectas de las originales y sus calles, adoquinadas, están tal cuál eran.
En el casco histórico campea el espíritu del pintor Alberto Durero, cuya casa natal de fachada entramada es un referente para los turistas.
Una de sus obras más famosa, "Hierbas", le sirvió a la gente de Nuremberg para crear una metáfora entre ese nombre y el césped de las canchas.
Si la gente que vive dentro de la muralla es más parca y reservada que los demás habitantes de esta ciudad nunca se sabrá.
Tal vez, sólo se trate de un enraizado mito popular, pero lo cierto es que todos son devotos de San Sebaldo, un casi desconocido santo católico.
El estadio de Nuremberg es de 1928 y en él se invirtieron 56 millones de euros el año pasado, cuando se disputó la Copa Confederación. Si bien pertenece al ayuntamiento, su manejo está a cargo de un grupo privado.
El segundo alcalde la ciudad, Horst Forther, dice que "Hitler utilizó estas instalaciones para las reuniones de su partido, entre 1933 y 1945", y agrega que "desde hace 20 años trabajamos y reflexionamos sobre esta etapa de nuestro pasado. Es una revisión histórica positiva, que de ninguna manera queremos esconder".
Después de la guerra.
La seguridad es un tema que llevó a Forther a viajar a Londres para tratar el tema de los hinchas violentos, los "hooligans".
Volvió muy contento porque le aseguraron que unos 3 mil hinchas no podrán viajar porque se les retiró el pasaporte, y que sí viajarán para ayudarlos con el control unos 50 Bobbys.
El Palacio de Justicia es uno de los sitios más visitados. Allí están las tres ventanas de la Sala del Tribunal de Jurados 600, tras las cuales se desarrolló el juicio a los criminales de guerra.
La elección de Nuremberg para este proceso se explica en estos tres argumentos.
Su estratégica ubicación; el túnel que une el Palacio de Justicia con la cárcel en la que estaban alojados los líderes nazis y que la ciudad había quedado dentro de la zona que controlaba los Estados Unidos.
Esta siniestra historia se revive en el Centro de Documentación, donde funcionaba el antiguo Recinto de Congresos del Partido Nacionalsocialista, el predio en el que Hitler reunía a un millón de seguidores.
En ese lugar, ahora dedicado a deportes y esparcimientos, están los restos de la tribuna Zeppelinfeld, parte de la gigantesca obra que el Tercer Reich no concluyó.
Inaugurado en noviembre de 2001, ya fue visitado por 800.000 personas.
Un sistema de información individual, a través de teléfonos inalámbricos, permite conocer total o parcialmente esta historia en el idioma que se solicite.
Pero Nuremberg es también El Museo de los Juguetes, que reune muñecas que reproducen en versión diminuta los vestidos y los peinados del siglo XVIII al siglo XX. La más antigua es una bellísima muñeca de Perú.
Y es la cervecería Altstadthof, que elabora cien mil litros por año, en seis variedades, y donde se hace el agua ardiente de cerveza.
Los túneles donde se guardan las botellas ocupan 20 mil metros cuadrados y se construyeron con ese propósito en el siglo XIII.
Esos corredores subterráneos se usaron como refugio durante los bombardeos aéreos de la guerra.
En realidad, en toda Alemania están los bunkers donde la gente escapaba del horror, y donde ahora funcionan cervecerías y discotecas.
En Hamburgo el centro de prensa funcionará en una de estas viejas construcciones.
La mayor fiesta futbolera del mundo ya está llegando.
Alemania, país anfitrión, espera que la Copa Mundial de la FIFA 2006 le permita superar el rédito económico de 32 mil millones de dólares, que fue la cifra que le dejó la industria del turismo durante el 2005.
CORINA CANALE
Rápidos y modernos
Los trenes de la Deutsche Bahn son excelentes para ir de una ciudad a la otra, porque son rapidísimos y modernos y sus cabinas se cierran con puertas transparentes de acrílico.
Por el medio ambiente
Los cisnes de los lagos de Hamburgo, unos 180, están protegidos por una ley y otra norma legal establece que se deben plantar 2 mil árboles por año para mantener los bosques. La comunidad nipona también planta un cerezo por cada Japonés que se establece en la ciudad.
La zona roja
El barrio hamburgués de St. Pauli, la zona roja de la calle Reeperbahn, se originó en 1428 con la instalación de ocho burdeles. Es uno de los barrios del "pecado" más famosos de Europa, donde hay 500 bares, discos, casinos y siete teatros. Tiene una zona para hombres, vedada a las mujeres. Una inexplicable mojigatería. En el Indra de este barrio tocaron Los Beatles al comienzo de su carrera.
Un barrio con sabor
Las excursiones por el río Elba pasan por la Ciudad de las Bodegas, depósitos que se construyeron tras la guerra para almacenar mercancías. De a poco los edificios se van transformando en viviendas y el barrio se parece al porteño Puerto Madero.
Dónde alojarse
En Hamburgo se puede optar por el hotel Mercure, de la cadena Accor (www.mercure.com); en Munich, por el Eden Wolf, de la World Hoteles (www.ehw.de) y en Nuremberg por el Atrium Hotel (www.atrium-neuremberg.de) . La tarifa de una habitación doble oscila entre 188 y 247 euros por día.
Sin límites
Las autopista de Alemania no tienen restricción de
velocidad, salvo en tramos expresamente señalados. Muchos europeos vienen a probar sus autos.
Dónde informarse
Más informes se pueden conseguir en la Oficina Nacional Alemana de Turismo, con sede en San Pablo, Brasil, e-mail: [email protected] o en las agencias de turismo.
COMO LO VIVI
Un asombroso vaivén
DAVID ROLDAN
"La Nueva Provincia"
Francfort no sólo es la puerta principal de Alemania, sino una de las principales de toda Europa, según el destino que usted elija.
El último vuelo que tomé por Lufthansa --ahora embajadora del fútbol mundial, con una pelota de fútbol dibujada en la trompa de todos sus aviones-- hizo una pequeña escala en Madrid.
Después dejó a nuestros pies una parte de Francia y apuntó a Francfort.
Abandonado el 747, ingresamos en una estructura inmensa dentro de la cual es más fácil manejarse si uno tiene, al menos, los conocimientos básicos del idioma inglés.
Amplias zonas de circulación se ven unidas por una gran cantidad de escaleras mecánicas articuladas que conducen a los destinos perseguidos, en medio de una verdadera marea humana que llega, se va o, simplemente, hace escala en busca de otra parte de este mundo.
Una amplia autopista nos trasladó al centro urbano que, desde lo lejos, nos anticipaba el ingreso a una moderna ciudad.
La silueta se nos vino encima tan rápido como nos llevó un taxi... ¡Mercedes Benz, último modelo!, por momentos a 160 kilómetros por hora.
Nos enteramos, luego, que Francfort es la ciudad en la que más extranjeros conviven en forma diaria u ocasional.
Es bien cierto que cuando hay feria, llegan decenas de miles de visitantes de todo el planeta.
También, que la Bolsa y el Banco Central Europeo son centros de coordinación de los mercados financieros de nivel internacional.
Un domingo de mayo, a la espera de nuestro próximo destino, Francia, consumimos toda una mañana caminando.
Pudimos internarnos en el corazón de la ciudad y nos sentimos una hormiga, en medio de una multitud de rascacielos de acero y cristal, en esta aldea que no sólo es la más alta del estado de Hesse, sino de toda Alemania.
No había hombres trajeados portando maletines con papeles pretenciosos de buenos negocios. Tampoco, elegantes secretarias digitando una cargada agenda de encuentros.
Nadie buscaba el destino de su febril trabajo cotidiano.
Sentimos en la piel la soledad y silencio de un centro decididamente abandonado, al menos, por unas horas.
Por la tarde buscamos otro objetivo.
Fue la otra Francfort, con casas de pares entramadas y cantinas donde probamos un vaso de cerveza negra y otro de "Apelwol", una sidra amarga. Y donde saboreamos unas costillitas de cerdo con chucrut al sushi.
Fue un momento de verdadero placer, acodados en un lustroso mostrador de roble y rodeados de gente tan desconocida como sus diálogos.
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Nos fuimos de Francfort, camino a París, sin poder entender cómo una ciudad destruida casi en su totalidad por las guerras, hoy estaba en pie, activa, pujante, vigorosa y decididamente moderna.
Sí comprendimos, por supuesto, por qué era lo que es: una magnífica puerta que se abre con cada avión que llega y se cierra, con cada avión que se va.
Asombroso el vaivén.
Asombroso como toda Alemania...
(ventana superior)
60.000
puestos de trabajo se crearán en Alemania con motivo del Mundial. Se calcula que los visitantes extranjeros gastarán en el país alrededor de mil millones de euros. Se invirtieron más de cuatro mil millones de euros en infraestructura de transporte. La construcciíon y renovación de los estadios demandó otros 1.500 millones de euros. En definitiva, el Mundial será un motor económico, sobre todo en sectores como el turismo y la gastronomía, pero también en materia de información, comunicación y electrónica de consumo.