Bahía Blanca | Lunes, 11 de agosto

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Villa Rosario Sur, después de la erradicación

Verdaderas montañas de basura y escombros, roedores y obstrucción de varios desagües pluviales son sólo algunas de las consecuencias negativas que la erradicación de 168 viviendas dejó en Villa Rosario Sur, pese a la millonaria inversión realizada. Incluso, varias familias que no fueron erradicadas no dudan en señalar que las condiciones de vida en ese lugar resultan peores que las que imperaban antes de la demolición de las precarias viviendas asentadas sobre las márgenes del arroyo Napostá.
Villa Rosario Sur, después de la erradicación. La región. La Nueva. Bahía Blanca


 Verdaderas montañas de basura y escombros, roedores y obstrucción de varios desagües pluviales son sólo algunas de las consecuencias negativas que la erradicación de 168 viviendas dejó en Villa Rosario Sur, pese a la millonaria inversión realizada.


 Incluso, varias familias que no fueron erradicadas no dudan en señalar que las condiciones de vida en ese lugar resultan peores que las que imperaban antes de la demolición de las precarias viviendas asentadas sobre las márgenes del arroyo Napostá.


 Hoy, donde, según el proyecto aprobado por el Banco Interamericano de Desarrollo para desembolsar los fondos necesarios, debería haber un parque público, no sólo no existe un mísero espacio verde, sino que los residuos y roedores parecen haberse afincado para siempre.


 Fuentes consultadas en Alsina 65 anticiparon que la administración interina viene analizando la posibilidad de contratar maquinarias para solucionar el problema, al tiempo que se estudia la posibilidad de revisar a fondo el destino de los recursos aportados por el BID y el gobierno provincial, por cuanto, luego de la erradicación de la totalidad de las viviendas, estaba contemplada la realización de dicho espacio verde.

Las quejas.
Sandra Torres quien transcurrió sus 38 años de vida en avenida Independencia al 2.000, muy cerca de la terminal de ómnibus, afirma que el lugar atraviesa uno de sus peores momentos.





 "Esto no va más, está lleno de ratas. En la comuna, dicen que no tienen máquinas, pero, ¿hasta cuándo vamos a seguir conviviendo con la tierra, la mugre y las ratas?", interrogó.


 Tras oírla decir que la titular de la Sociedad de Fomento, Stella Cruz, ha realizado varias gestiones sin resultado alguno, se le preguntó sobre la posibilidad de convertir el lugar en un paseo público.


 "¿Qué parque vamos a tener? Si no sacan esta mugre, ¿van a hacer un parque? Ahora, estamos peor que antes; ni siquiera tenemos un solo foco de alumbrado. De noche, a las 20, cierro la puerta y me encierro en casa", expresó.


 Otra vecina denunció que el tamaño y la cantidad de roedores alcanza niveles preocupantes.


 "Antes, no había ratas; ahora, se las puede ver, a la tardecita, arriba de los árboles", puntualizó.


 El pastor Domingo Zúñiga también sumó sus críticas, exigiendo que los niños del barrio deben dejar de convivir con las alimañas.


 "La contaminación es una vergüenza y espero que el intendente interino venga con buenas intenciones y arregle esto. Acá, a pocos metros, está la sala médica. ¿Puede ser que las enfermeras tengan que andar en medio de la mugre? Es una vergüenza", señaló.


 Las quejas también apuntaron al desagüe pluvial ubicado en la intersección de la calle Venezuela y la avenida Independencia, sobre la costa del arroyo, donde, precisamente, está emplazada la unidad sanitaria del sector.


 "Cuando llueve, se forma una laguna, porque la montaña de residuos obstruye el flujo del agua hacia el Napostá", expresaron los vecinos.

Enfoque

¿Camino de Cintura II?












 Tras un período de inauguraciones, de cortes de cintas y actos oficiales augurando un futuro mejor para Villa Rosario Sur, la realidad parece evocar, al menos hasta ahora, uno de los mayores desaciertos urbanísticos de la historia local.


 Corría la década del 60 cuando Vialidad Nacional, buscando plasmar en hechos concretos un ambicioso proyecto de 1937, comenzaba a expropiar y demoler numerosas viviendas, en el cuadrante sur de la ciudad


 El Camino de Cintura, tal como se lo denominó, respondía a una concepción futurista para la época y apuntaba a ser una vía de comunicación ágil y efectiva entre distintos sectores de la periferia, mediante un anillo de 120 metros de ancho que envolviera la ciudad.


 Sin embargo, poco y nada se hizo en tal sentido, determinando que las tierras liberadas, a costa de una significativa inversión pública, fuesen ocupadas por familias de bajos recursos.


 De esta manera, surgieron o se afianzaron barrios como Villa Nocito, Bajo Rondeau y Villa Parodi.


 En cambio, dicho camino pudo realizarse en otros sectores; por caso, calles Cuyo e Indiada, potenciando y revitalizando áreas suburbanas.


 Dentro de ese escenario, las tierras liberadas en Villa Rosario Sur se debaten en una peligrosa indefinición, por cuanto, si no se avanza rápidamente en la concreción de un paseo público, es seguro que, tarde o temprano, serán objetivo de alguna nueva ocupación.