El agua de mar también ofrece su poder curativo
Siempre se creyó en el poder curativo del agua de mar aunque sólo fuera por su efecto relajante, pero experiencias en Colombia o Nicaragua demuestran su eficacia en la lucha contra varias enfermedades si se ingieren tres vasos diarios.
El uso terapéutico del consumo de agua de mar contra la desnutrición y otras enfermedades será una de las más de 1.300 ponencias del IV Foro Mundial del Agua, que se inaugura hoy en la capital mejicana y al que asistirán 13.000 personas de más de 120 naciones.
En esta reunión, que pretende extender acciones locales para un adecuado manejo del agua, la directora de la Clínica Santo Domingo de Managua, María Teresa Ilari, presentará su proyecto de dispensarios marinos, desde donde hace dos años se trata con agua de mar a más de 5.000 pacientes.
Según los estudios promovidos por la fundaciones Aquamaris de España y Prodimar de Colombia, el agua de mar, que tiene una composición común al plasma sanguíneo, cuenta con todos los elementos de la tabla periódica por lo que es capaz de restituir todos los compuestos.
"El consumo diario de 500 mililitros de agua de mar, equivalente a tres vasos, demostró su poder analgésico, antiinflamatorio, antibiótico y nutritivo", explicó la doctora Ilari, licenciada en Medicina Interna por la Universidad Autónoma de Barcelona y especializada en medicina naturista.
Esta médica comprobó entre los 5.000 pacientes que son tratados en más de 50 dispensarios de Nicaragua el poder curativo del agua de mar en enfermedades cardíacas.
Acto de conciencia
"Es injusto que se siga anunciando, con bombos y platillos, que, cada año, se mueren seis millones de personas de desnutrición. Por eso sugiero una cultura que introduzca el agua de mar a la mesa cotidiana de ricos y pobres", sostuvo el investigador colombiano Laureano Domínguez Ruiz en septiembre de 2003, durante un breve paso por Bahía Blanca.
Claro que no es el agua marina directa la que propicia los resultados que pregona. Advirtió por entonces que es necesaria una perfecta filtración, a través de la arena y por medio de pozos, los cuales son creados para separar los organismos nocivos sin que se alteren los nutrientes; eso permite que pueda ser tomada sin problemas.
"Extendemos los tratamientos, y con buenos resultados, a toxicodependientes. El agua marina también puede ser un paliativo de enfermedades cerebrocardiovasculares que se originan por falta de aporte de oligoelementos durante la primera y segunda infancias", indicó.
Domínguez Ruiz afirmó que el plasma marino es agua de mar isotonizada y esterilizada al frío, lo cual la asemeja en condiciones fisicoquímicas al plasma sanguíneo. Las primeras tareas corroboratorias del método marino se realizaron en Cobeñas, en el primer centro de talasoterapia colombiano, y, luego, en Cartagena.
Recordó que, de los primeros 93 chicos tratados, 70 de ellos, que, además de tres vasos de agua marina al día recibían unas tartitas de soja, para suplementar las proteínas animales, se recuperaron en un plazo de tres a tres meses y medio. Quienes no ingirieron el cereal también mejoraron, pero semanas después.
Domínguez Ruiz presidió el Proyecto de Dispensarios Marinos para Latinoamérica, Asia y Africa, y fue vicepresidente de la Fundación Aquamaris, con sede legal en Cataluña (España).
Advirtió que el dispensario marino no es una estructura médica ni un edificio más ni una forma de curar, sino un acto de conciencia del individuo frente al mar.