Bahía Blanca | Lunes, 06 de mayo

Bahía Blanca | Lunes, 06 de mayo

Bahía Blanca | Lunes, 06 de mayo

Fueron condenados por un violento robo

Dos sujetos acusados de haber tomado parte de un violento asalto contra un agricultor de Mayor Buratovich, quien salvó su vida de milagro tras ser rozado por una bala en la cabeza durante el hecho, ocurrido hace algo más de dos años, fueron condenados ayer por la justicia local. José Luis Aburto recibió 14 años de cárcel, al ser hallado culpable de los delitos de tentativa de homicidio calificado, tentativa de robo calificado y portación ilegítima de arma de guerra y Damián Oscar Silva deberá purgar 13 años y 4 meses de prisión, al ser responsable de tentativa de homicidio calificado y tentativa de robo calificado.


 Dos sujetos acusados de haber tomado parte de un violento asalto contra un agricultor de Mayor Buratovich, quien salvó su vida de milagro tras ser rozado por una bala en la cabeza durante el hecho, ocurrido hace algo más de dos años, fueron condenados ayer por la justicia local.


 José Luis Aburto recibió 14 años de cárcel, al ser hallado culpable de los delitos de tentativa de homicidio calificado, tentativa de robo calificado y portación ilegítima de arma de guerra y Damián Oscar Silva deberá purgar 13 años y 4 meses de prisión, al ser responsable de tentativa de homicidio calificado y tentativa de robo calificado.


 El fallo estuvo a cargo del Tribunal en lo Criminal Nº 3, integrado por los jueces Pablo Hernán Soumoulou, Daniela Fabiana Castaño y Raúl Guillermo López Camelo, quienes votaron en ese orden las cuestiones planteadas.


 De acuerdo a lo referenciado por el fiscal Guillermo Petersen y los elementos recolectados durante el debate, quedó probado que el 20 de noviembre de 2004, siendo aproximadamente las 2.40, en la calle Luis María Galli 1455, de Buratovich, se intentó dar muerte a Mario Genaro Escalante, mediante el disparo de un arma de fuego.


 El proyectil partió de una pistola semiautomática calibre 11.25 milímetros, marca Ballester Molina, que contenía al momento de su secuestro cinco cartuchos intactos en su interior, ocasionándole a la víctima una herida leve en el cuero cabelludo con orificio de entrada y salida.


 Petersen sostuvo que el ataque se produjo con la intención de procurarse la impunidad, puesto que el damnificado pudo lograr reconocer a uno de los dos sujetos que previamente intentaron sustraerle dinero.


 Por otra parte, contrarios a la imputación de la fiscalía, se pronunciaron la doctora Claudia Fortunatti, defensora oficial de Aburto, y el doctor Luis María De Mira, representante legal de Silva.

Estremecedor relato




 En el juicio se escuchó el relato de la víctima, quien dijo que la noche del hecho había compartido un asado con amigos.


 Señaló que al llegar a su casa descendió de su camioneta para avisarle a su hija que le abriera el portón, situación en la que fue abordado por dos sujetos, quienes esgrimiendo un arma le exigieron que les entregara el dinero que tenía encima.


 Explicó que ambos tenían colocadas sendas capuchas y que se trabó en lucha con uno de ellos, al que le corrió el pasamontañas con el que cubría su rostro, cayendo en la cuenta que el mismo resultaba ser Silva.


 Agregó que, ante esto, el imputado le ordenó al otro individuo: "me conoció, tirále, me conoció, tirále".


 Más adelante comentó que el ladrón le apoyó el arma en la cabeza, aunque, en una hábil maniobra, Escalante logró sujetarle la mano y evitar su segura muerte, ya que el disparo efectuado no le provocó lesiones de gravedad. Siguió diciendo que al ver la sangre que emanaba de la herida, Silva y su cómplice se dieron a la fuga, mientras que él se trasladó hasta la dependencia policial para advertir de lo sucedido.


 En este sentido, respecto de la conducta dolosa de los acusados, Soumoulou manifestó que no tiene duda alguna sobre la intención homicida de Silva y Aburto.


 "La víctima relató en forma clara y precisa las circunstancias de tiempo, lugar y modo en que se desarrolló el hecho", sostuvo.


 Seguidamente, el juez sostuvo que uno de los ejes centrales de la causa radicaba en determinar si existió la intención de matar por parte de los encartados.


 "Resulta ineludible, insoslayable, el determinar a ciencia cierta el ánimo de matar en el caso de que éste haya existido. Y como ya lo adelantara en su oportunidad, estimo que ese propósito, surgido durante la ejecución del hecho delictuoso, ha quedado acreditado en los procesados, respecto de su accionar en el injusto".

Capturas y descargos




 Más adelante los jueces se refirieron a los dichos del oficial Gabriel Avalos, quien en ese momento se encontraba al frente de la repartición policial de Mayor Buratovich.


 El preventor mencionó que a partir de los datos vertidos por Escalante comenzaron la búsqueda de Silva, determinándose luego que éste y su cómplice habían abordado en Hilario Ascasubi un colectivo de la empresa Río Paraná, con destino a nuestra ciudad.


 El micro fue detenido por la policía en Buratovich, oportunidad en la que se detuvo a Silva.


 Este, al ser llevado a la seccional, habría referido que el otro sujeto también estaba en la unidad, por lo que la misma fue nuevamente demorada en General Daniel Cerri, donde se encontró a Aburto entre el pasaje.


 Silva, durante el juicio, argumentó que esos dichos no fueron vertidos espontáneamente, sino, por el contrario, fruto de los apremios ilegales sufridos en la seccional policial, situación que llevó a su abogada a plantear la exclusión probatoria de los mismos.


 "No advierto la mentada afectación de garantías constitucionales, amén de que, en mi entender, existía ya para esa oportunidad otra vía independiente de investigación. Y ello es así, por cuanto los preventores policiales conocían de antemano que ambos sujetos habían ascendido al micro de la empresa Río Paraná en la localidad de Hilario Ascasubi", señaló Soumoulou.


 De la misma forma, se puso de relieve el testimonio de otro policía y de un par de pasajeros, quienes relataron las circunstancias en que se secuestró el arma dentro del colectivo y de la que Aburto habría pretendido descartarse.


 "De la portación antes reseñada, surge a su vez, un indicio de la autoría de Aburto en el injusto contra las personas que se le enrostra", se señaló en el fallo, elemento reforzado a partir de la declaración de la víctima, quien dijo que el sujeto que portaba el arma no resultaba ser Silva.


 Por otra parte, Soumoulou marcó ciertas contradicciones en las que incurrieron los imputados.


 Como ejemplo basta reflejar que Silva afirmó haber tomado el colectivo en la localidad de Hilario Ascasubi junto al otro imputado, mientras que éste dijo que ascendió en Carmen de Patagones y que se encontraron arriba del vehículo.


 Estos últimos dichos se encuentran desvirtuados a partir de la declaración de una testigo y el secuestro del boleto que ostentaba el imputado.


 En la parte resolutiva del fallo, los jueces no hallaron circunstancias eximentes, aunque valoraron como atenuantes la carencia de antecedentes penales computables por parte de ambos imputados.


 Finalmente, tomaron como agravantes la nocturnidad con la que se cometió el hecho, desde que la misma fue aprovechada para tratar de lograr la impunidad, facilitando la realización del mismo.

"Estado de inseguridad ciudadana"




 El doctor Soumoulou, al referirse a los dichos de la defensa de Silva, la que apuntó a restarle credibilidad al testimonio de Escalante, encontró explicación a la reacción de la víctima en la inseguridad latente.


 "Las crónicas policiales a diario nos informan de hechos similares al que nos ocupa y no siempre con la fortuna que tuvo Escalante, dado que sólo sufrió lesiones leves. Por ello, el obrar de la víctima de marras, no constituye un hecho extraordinario del cual puede pretender inferirse su mendacidad".


 "Creo --agregó--, muy por el contrario y a mi pesar, que constituyen conductas que serán cada vez más reiteradas en tanto se siga viviendo en este estado de inseguridad ciudadana".