La música celta y el sentir de una noche mágica
El 31 de octubre es la fecha en la que se festeja el Año Nuevo Celta.
La leyenda en Gran Bretaña y en el norte de Francia y España contaba que durante esa noche se abrían las puertas que comunicaban dos mundos, el real y el del más allá.
Por un par de horas, todos tenían la posibilidad de estar en contacto con sus antepasados quienes llegaban en barcos. Para guiarlos había que dejarles una señal: una calabaza con una vela encendida en su interior, un poco de sidra y algo de comer. Para que se sientan como en casa.
De allí surgió el All wens eve (Halloween para los norteamericanos) que luego se trasladó a Estados Unidos y Canadá mediante los inmigrantes.
Es por esa razón que la productora local Fisterre Los Sonidos del Mundo organizó para esta noche un festival celta. Incluirá la presentación de los grupos bahienses Meiga Do Mar (música de Galicia y Asturias) y Cantiga Nova (de Irlanda, Escocia, Gales y Bretaña Francesa).
Será el quinto festival del género en nuestra ciudad y tendrá lugar en la Alianza Francesa (Fitz Roy 49), desde las 21.30.
"Si uno quería aprender a tocar la gaita rápidamente, debía tener el valor suficiente como para quedarse a pasar la noche al lado de una higuera, de la que, se suponía, salía el diablo y actuaba como profesor", explicó Pablo Cáceres Silva, director e integrante de ambas agrupaciones.
Todas las leyendas celtas sobre el Halloween complementarán la presentación. Intentarán recrear una noche mágica. Para no perdérselo.
Asterix y Obelix.
La música Celta es el folklore de Irlanda, Escocia, norte de España, sur de Inglaterra, Gales, Galicia, Asturias y Bretaña Francesa. Es el sonido de la edad de bronce, quizás la más antigua que tiene registro en Europa.
Pablo Cáceres Silva fue muy ocurrente a la hora de dar ejemplos sobre este tipo de expresión.
"Nosotros ejecutamos la música que hace el bardo Asuranseturix, de la tira cómica Asterix y Obelix. Aunque ese sonaba tan feo que todos le tiraban con algo en la Aldea Gala", bromeó.
Se fue transmitiendo de generación en generación, hasta que llegó a Latinoamérica.
"Aquí comenzó a difundirse durante los últimos 20 años, con el furor de las gaitas, o gracias a las películas El Señor de los Anillos o Corazón valiente", agregó Cáceres Silva.
Está emparentada con los cuentos de hadas, con los elfos, la capa y la espada, las cortes de amor y la música medieval. Es mágica.
"Se asocia con las grandes guerras o las cruzadas porque los luchadores utilizaban a las gaitas para intimidar al enemigo. Ponían varios gaiteros y generalmente los enemigos salían disparando", dijo.
Claro que era diferente la música que se tocaba en las guerras a la que se tocaba en los salones. También existe la que es un tanto más tranquila, como la de las canciones de cuna o de amor.
En Bahía Blanca, la productora Fisterre es en el único lugar donde se puede escuchar. No obstante resulta poco comercial, siempre es interesante tener nuevas influencias.