Generar óxido nítrico mediante la alimentación prevendría enfermedades vasculares
El plan para decirle "sí al NO"
El óxido nítrico --que por sus siglas en inglés se conoce como NO-- es una sustancia que el propio cuerpo produce de manera natural. Un científico estadounidense, ganador del Nobel en 1998, aseguró que el NO puede prevenir e, incluso, curar enfermedades del corazón y elaboró recientemente un plan que lleva el sugestivo título "Dígale sí al NO".
El Comité del Instituto Nobel de Karolinska decidió, en 1998, otorgar el Premio Nobel de Medicina a los científicos norteamericanos Robert Furgott, Louis Ignarro y Ferid Murad por sus descubrimientos relativos al óxido nítrico "en su rol de molécula señaladora del sistema cardiovascular".
El doctor Ignarro elaboró, recientemente, el plan "Dígale sí al No" --Say YES to NO--, tendiente a incrementar la producción de óxido nítrico en el organismo, mediante una alimentación adecuada y una actividad física moderada.
El propósito del plan sería potenciar los niveles de óxido nítrico que el propio organismo fabrica y, de este modo, prevenir ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares e, incluso, curar las enfermedades de base, según asegura su creador.
"Descubrimos que el óxido nítrico influye en el funcionamiento y el bienestar de todo el cuerpo", remarcaba el especialista estadounidense.
A su entender, sólo es cuestión de incrementar sus niveles con una alimentación saludable y la actividad física diaria.
El médico asegura que ponerle freno a la enfermedad cardiovascular con el propio óxido nítrico que el cuerpo fabrica es una terapia económica y no provoca efectos secundarios.
De esto "NO" has de comer.
No hace falta privarse de un gusto ni de someterse a una dieta rígida ni restrictiva para lograr una alimentación saludable, rica en óxido nítrico.
Sí es necesario tener en cuenta ciertos "alimentos funcionales" a la hora de sentarse a comer.
Las frutas secas, tales como los porotos de soja, las avellanas, las nueces, las almendras y el maní, además de mejorar la relajación vascular, contienen un poderoso conjunto de proteínas, indica el doctor Ignarro en su libro No más infartos.
Desde hace cinco mil años se viene utilizando el ajo, en la India, para limpiar heridas, combatir resfríos y eliminar bacterias.
Hace poco tiempo se descubrió su función antioxidante.
"El té verde hace magia en el sistema cardiovascular", afirma el Nobel de Medicina.
Los chinos descubrieron su poder curativo hace, al menos, cuatro mil años.
Con el tiempo, algunos científicos observaron cómo esta infusión puede resultar efectiva contra el cáncer, la artritis reumatoidea, el alto nivel de colesterol malo (LDL), arterosclerosis, coágulos de sangre y algunas enfermedades coronarias.
El médico advierte, de todos modos, que está contraindicado para quienes padecen úlceras o hipertensión, dado que contiene cafeína.
Ahora bien, ¿por qué no son frecuentes los ataques cardíacos entre los japoneses?
La respuesta --explica Ignarro-- estaría dada en la soja, que está colmada de fitonutrientes que funcionan como antioxidantes y combaten todo tipo de afecciones, desde enfermedades cardiovasculares hasta el cáncer de mama y de próstata.
Por su parte, el huevo de gallina constituye una buena fuente de proteína potenciadora del óxido nítrico.
Sin embargo, la yema contiene altos niveles de colesterol malo.
Para el doctor Ignarro, la solución es simple: "Coma sólo la clara, que es rica en proteínas", sin ser dañina.
Los buenos y los malos.
Como es sabido, algunas grasas son necesarias para el organismo, pero no todas.
Por lo tanto, es conveniente reducir las comidas que contienen grasas saturadas, como la carne de vaca y de cerdo y los productos lácteos, en especial la leche entera, el queso y el helado.
En contrapartida, resulta favorable incrementar la ingesta de verduras, frutas, panes integrales y arroz integral, ricos en fibras.
"Recuerde que las grasas saturadas son la causa de la mayor parte de los problemas cardiovasculares", sostiene.
Las grasas trans, en tanto, elevan el LDL a niveles peligrosos, alerta el doctor Ignarro.
Recomienda evitar los panificados de fabricación no artesanal, las galletitas dulces y saladas, el pan, la manteca, la margarina, los productos de copetín (sobre todo, las papas fritas) y los aderezos comerciales para ensalada.
Pero no los aceites vegetales crudos.
Entre las grasas saludables, la Asociación Estadounidense del Corazón menciona al aceite de canola y de maíz y al aceite vegetal. En último lugar, aunque también de importancia, al aceite de oliva puro y virgen.
Además, se aconseja incorporar más pescado en la dieta cotidiana, ya que este contiene ácidos grasos Omega-3, que ayudan a reducir las grasas totales en sangre, reducen el colesterol malo (LDL) y elevan el bueno (HDL).
"El chocolate amargo es bueno para la salud cardiovascular, porque es rico en antioxidante y destruye los radicales libres, protegiendo, así, la producción de óxido nítrico", enfatiza el médico..
También ayuda a descender la presión sanguínea, elevar el HDL y proteger al paciente de un ataque cardíaco o accidente cerebrovascular.
Como contrapartida, debido a que contiene muchas calorías, debe ser consumido con moderación.
El vino tinto puede actuar como protector del corazón.
Ignarro aconseja no más de un vaso o dos por día, aunque no es apto para todas las personas.
El jugo de uvas, más inocuo, sería --para estos casos-- un buen sustituto.
Dónde informarse
Más información se puede conseguir en la web: www.ignarro.com.
(destacar)
"Coma sólo la clara, que es rica en proteínas, sin ser dañina", recomienda el doctor Ignarro, al advertir sobre las bondades que tiene el huevo en materia de óxido nítrico, aunque lo negativo que representa la yema por sus altos contenidos de colesterol malo.
Se aconseja incorporar más pescado en la dieta cotidiana, ya que este contiene ácidos grasos Omega-3, que ayudan a reducir las grasas totales en sangre, reducen el colesterol malo (LDL) y elevan el bueno (HDL).