Bahía Blanca | Martes, 08 de julio

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Los actores de Hollywood copan el teatro londinense

Los teatros del West End londinense están siendo copados por estrellas de Hollywood, lo que ha contribuido a un espectacular aumento del número de espectadores. Así, el sitio de Internet www.lastminute.com informó que en lo que va del año ha vendido un 200 por ciento más de entradas que en el mismo período del año anterior.


 LONDRES (EFE) -- Los teatros del West End londinense están siendo copados por estrellas de Hollywood, lo que ha contribuido a un espectacular aumento del número de espectadores.


 Así, el sitio de Internet www.lastminute.com informó que en lo que va del año ha vendido un 200 por ciento más de entradas que en el mismo período del año anterior.


 "Este aumento revela cómo el interés por las celebridades sigue siendo tan alto como siempre", declaró Mark Bower, director de la división de teatro de la compañía.


 Una de las estrellas de Hollywood que triunfan en la capital británica es Sienna Miller, quien hace el papel de Celia en la adaptación de la obra de Shakespeare Como gustes.


 Miller, quien saltó a la fama después de que se conociera la relación de su prometido, el también actor Jude Law, con la niñera de sus hijos, "ha supuesto un verdadero impacto este año", explicó Bower, "sobre todo desde su ruptura con Jude Law" el pasado julio.


 Otros actores "importados" son Val Kilmer, quien protagoniza la versión teatral de El cartero siempre llama dos veces, o David Schwimmer --famoso por la serie de televisión Friends--, que triunfa en el musical Some Girl(s).


 Rob Lowe, con su papel en la versión teatral de A few good men, se sumó la semana pasada a esta tendencia que comenzó a finales de los '90 con actores como Nicole Kidman, Kathleen Turner o Kevin Spacey, quien en la actualidad dirige el teatro Old Vic de la capital británica.

Críticas nunca faltan




 La proliferación de actores famosos del cine y la televisión ha atraído, según Bower, al público joven, pero también suscita críticas.


 El pasado fin de semana, el director teatral británico Peter Hall, cofundador de la Royal Shakespeare Company, se quejaba en el diario "The Independent" de que los productores busquen nombres conocidos del cine y la televisión, a expensas de valores meramente artísticos.


 "Antes un productor me preguntaba qué quería hacer", comenta Hall al periódico. "Ahora me preguntan a quién puedo conseguir".


 Los productores, por su parte, se defienden alegando que las estrellas atraen a la audiencia, y aseguran que la elección de la obra siempre va antes que la del actor.


 "El público siempre ha querido ver estrellas", declara Nica Burns, que en los últimos doce meses ha traído a la escena londinense a Christian Slater y a Schwimmer.


 "Es un beneficio mutuo --continúa--. El público consigue un gran espectáculo, con alguien a quien quieren ver, el dueño del teatro logra más espectadores y el reparto, un buen actor con el que trabajar".


 Bill Kenwright, productor de A few..., asegura que "en los últimos veinte años, lo principal es todo el `paquete': la obra, el reparto, el teatro, el director...".


 "La verdad es que no creo que con una gran estrella pudieran venderse todas las entradas, si no se trata al mismo tiempo de una buena obra, además de bien presentada", añade.