Bahía Blanca | Domingo, 10 de agosto

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La carnicería también es cosa de mujeres

Si a los hombres les resulta intimidante una mujer con el palo de amasar en la mano, ¿qué sentirán si ese elemento de cocina es reemplazado por una filosa cuchilla de 30 centímetros? Y si quieren vivirlo en carne propia, pueden acercarse a los puestos 9 y 10 del Mercado Municipal (Donado al 100), donde Vanesa Peralta, de 21 años, y Verónica Michiels, de 27, se han hecho cargo de una carnicería.


 Si a los hombres les resulta intimidante una mujer con el palo de amasar en la mano, ¿qué sentirán si ese elemento de cocina es reemplazado por una filosa cuchilla de 30 centímetros?


 Y si quieren vivirlo en carne propia, pueden acercarse a los puestos 9 y 10 del Mercado Municipal (Donado al 100), donde Vanesa Peralta, de 21 años, y Verónica Michiels, de 27, se han hecho cargo de una carnicería.


 Una vive en Villa Rosario Sur (Vanesa), y la otra, en el sector céntrico (Verónica). Están al frente del comercio con sonrisas y, lejos de vivir ese compromiso como una carga, aseguran que disfrutan del oficio.


 Este es sólo un ejemplo de que en los últimos años fue incrementándose la cantidad de mujeres que trabajan, más allá de los límites de su hogar.


 Las cosas cambiaron.


 ¿Qué pensará aquel desprevenido caballero que enfiló para la carnicería, esperando ser atendido por "Cacho" o "El Bocha", tarareando un varonil tango de Julio Sosa, y, en su lugar, aparecen dos veinteañeras con los temas bailables de Miranda! en una FM de moda...?

La primera impresión.




 --¿Qué reacciones notan?


  --Al principio, algunos clientes pensaban que no sabíamos nada; ahora, la mayoría pide un corte y listo (Vanesa).


 --Las expresiones, ¿son similares entre hombres y mujeres?


  --No. Los hombres nos miran un poco extrañados (Verónica).


 --¿Ustedes le dan un toque femenino al trabajo o el oficio les quita feminidad?


 --Somos mujeres haciendo un trabajo de hombres, pero eso ya es común. Llegamos a las 7.30, cumplimos el horario de una empleada de comercio y cuando salimos de la carnicería, somos chicas normales (Vanesa).


 --Yo, que soy bastante fina, cuando empecé y miré las muchas menudencias que había que lavar, pensé: "con esto no me voy a llevar". Comencé con guantes, que eran incómodos, y que ya no uso (Verónica).


 --¿Creen que hay algo que hacen los hombres que no puedan hacer ustedes?


  --Salvo levantar una media, todo (Vanesa).


 --¿Una media?


  --Significa hombrear una res (Verónica).


 --¿Hay otras chicas en la ciudad que están a cargo de carnicerías?


 --Sólo atienden al público, pero tienen todo cortado (Vanesa).


 --Reciben la media res ¿y luego qué?


 --La descuartizamos. Disponemos los pedazos en el mostrador y ... vendemos (Vanesa).

Ayudas mutuas.




 --¿Cómo llegaron a este oficio?.


 --Es mi primer trabajo. Empecé como cajera, hace tres años, y me gustaba ver cómo se trabajaba la carne. Me enseñaron, aprendí y le empecé a agarrar la mano. Hace un año que estoy de carnicera (Vanesa).


 --Soy la cajera y voy aprendiendo un poco de ella, pero no a cortar, porque todavía no me animo. El oficio me gusta (Verónica).
--¿Saben qué características necesitan cada corte, según la comida que se pretenda? Eso sirve para muchos hombres que son retados por comprar cortes o muy gruesos o muy finos.



 --Por supuesto (Verónica).


 --De todas maneras, el cliente pide: "cortame finito, ancho o mediano" (Vanesa).


 --Los hombres del ramo, ¿se acercan con ínfulas de sabelotodo?


 --Hay carniceros que te dicen "esto se hace así", pero bien, con voluntad de enseñar. Día a día, se va conociendo algo más. Ahora estamos al mismo nivel (Vanesa).


 --Nos dicen "las nenas" y hay confianza (Verónica).


 --¿Qué piensan sus...? Mejor dicho, ¿Tienen novio?. Piensen que van a salir en el diario...


 --No tenemos (a coro y con risas).


 --¿Y qué opinan sus familias?.


 --La mía no se sorprendió mucho por haber vivido todo el proceso con nosotras (Verónica).


 --¿Y los hombres con los que comparten la actividad?


 --Nos tienen remimadas. Llegan con la carne, la bajan, la cuelgan, ponen todo en su lugar (Vanesa).


Maquillaje.





 --¿Cómo es una carnicería de mujeres? En la de hombres hay tangos, información, pero nunca Franco de Vita.


 --Es verdad. Los otros carniceros siempre escuchan LU2. Acá, cumbia (Vanesa).


 --La cumbia no me gusta, pero coincidimos en dejar la radio todo el día en FM 2 (Verónica).


 --¿Cómo se llevan con los demás puesteros?


  --Bien. Son "re compañeros" (Vanesa).


  --El mercado es como una gran familia (Verónica).


 --¿Cuál es la clave para atender una carnicería?


 --La paciencia (Verónica).


 --Una sonrisa, "¿qué va a llevar?" y "¿quién sigue?" (Vanesa, entre risas).


 --¿Cómo saber si la carne es buena?


 --Debe tener la grasa blanca, no ser tan grande y tiene que ser entregada sólo por mujeres... ¿o no? (Vanesa).
Douglas Javier León