Bahía Blanca | Viernes, 05 de septiembre

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Un preso escapó de un calabozo de la Fiscalía

Un episodio de asombrosa negligencia policial permitió que ayer a la tarde un detenido se fugara esposado de un calabozo ubicado en la sede de la Fiscalía, en Estomba 127, sin que mediara ningún tipo de violencia. Se trata de Juan Manuel Vega (20 años), domiciliado en Chancay 2166, quien había sido trasladado a las 10.30 hasta la sede judicial desde la comisaría Primera, para cumplir con el acto de indagatoria.


 Un episodio de asombrosa negligencia policial permitió que ayer a la tarde un detenido se fugara esposado de un calabozo ubicado en la sede de la Fiscalía, en Estomba 127, sin que mediara ningún tipo de violencia.


 Se trata de Juan Manuel Vega (20 años), domiciliado en Chancay 2166, quien había sido trasladado a las 10.30 hasta la sede judicial desde la comisaría Primera, para cumplir con el acto de indagatoria.


 En la antevíspera, Vega había sido perseguido y retenido hasta la llegada de personal policial por el propietario de una vivienda, a la cual había ingresado con fines de robo.


 Como se informara en la anterior edición, siendo las 12 del lunes, al regresar a su casa, el médico Luis Alberto Zapico (49) advirtió que una de las ventanas del frente estaba forzada y mayor fue su sorpresa al momento de observar que un sujeto salía del inmueble, portando una bolsa de nylon y una riñonera que reconoció como propia.


 Zapico persiguió al sujeto y lo retuvo hasta el arribo de la comisión policial que, al requisarlo, comprobó que la bolsa contenía con dinero en efectivo, varias prendas de vestir, un reloj pulsera y un walkman, elementos que el médico reconoció como de su propiedad.

Versión oficial




 "Todavía no pudimos determinar bien algunas cosas, porque la jefatura de Distrito está tomando declaraciones", explicó anoche el capitán Adrián Otero, titular de la seccional Primera, cuando fue consultado sobre la evasión.


 De todos modos, algunas sorpresivas circunstancias ya pudieron ser determinadas.


 "Cuando el custodio fue a buscar a Vega, vio que el calabozo estaba sin llave. Es que anteriormente dos efectivos de la (seccional) Segunda habían ido a retirar a dos presos para retornarlos a la comisaría, sin comprobar si quedaba alguien dentro del calabozo", indicó el funcionario.


 Es decir que Vega bien pudo haberse quedado detrás de la puerta mientras retiraban a sus circunstanciales compañeros de celda y aprovechar después que el calabozo quedó sin llave.


 Normalmente, todos los custodios tienen acceso a la llave del calabozo, que ayer compartieron presos que fueron trasladados desde las comisaría Primera, Segunda y Cuarta, y que es retirada de la mesa de entradas de la Fiscalía.


 Otra de las circunstancias a determinar está dada en saber cómo Vega logró acceder a la calle, teniendo en cuenta que a esa hora no existe mucho movimiento en la planta baja del edificio y ambas salidas sobre el frente, son fácilmente controladas desde la mesa de entrada ubicada sobre la puerta de vidrio aledaña al inmueble que ocupara Rentas, y por donde la mayoría de las veces hay que pasar para llegar a cualquiera de esos accesos.


 Vega había sido trasladado desde la seccional Primera, quedando bajo la custodia de un uniformado, en virtud de que era el único recluso proveniente desde esa dependencia.


 "Normalmente, desde la propia comisaría se designa la cantidad de custodios en función del número de presos que trasladan y es común que, numéricamente, haya más detenidos que custodios. Para la UFI 4 había varios presos, pero uno solo vino desde la Primera, por lo que tuvo un custodio para él", expresó una fuente judicial.


 Oficialmente, desde la fiscalía actuante, a cargo de la doctora Claudia Inés Lorenzo, se hizo un comentario escueto.


 "Pedí el preso y no estaba", dijo la titular de la Unidad Funcional de Instrucción Nº 4.


 Debido a la falta de algunos trámites procesales, como por ejemplo el informe sobre la existencia o no de antecedentes --que Vega tendría, según nuestro archivo--, se había considerado la posibilidad de postergar la indagatoria para hoy, debido a que recién a mediodía se cumplirían las 48 horas que exige la ley para cumplir esa diligencia.


 
"Actitudes displicentes"



 "En innumerables oportunidades los fiscales hicieron advertencia sobre actitudes displicentes en el manejo de algunas situaciones", aseguró otro vocero judicial consultado.


 Mientras tanto, desde la comisaría Primera, el capitán Adrián Otero daba su versión de los hechos.


 "Nosotros tomamos conocimiento de la situación a las 16. El aprehendido se fugó del calabozo en circunstancias que estamos investigando, aunque, en principio, parecería ser que hubo una negligencia, ya que la única abertura estaba intacta. Ahí no se observó ningún tipo de violencia", dijo.


 El custodio tampoco presentó lesiones, circunstancia que aumenta la suspicacia y cubre con un espeso manto de duda a la irregular situación, que en los últimos tiempos se viene repitiendo con peligrosa asiduidad.


 "Es un efectivo que estaba realizando horas Cores en esta dependencia, pero no depende de la misma. Es un numerario de la Policía Distrital de Coronel Dorrego", explicó el capitán Otero, sin dar a conocer la identidad del uniformado, como tampoco la de los dos policías de la seccional Segunda.


 El titular de la comisaría Primera también dio a conocer los pasos administrativos a seguir.


 "Se dispuso una investigación penal, dirigida por la señora fiscal, doctora Claudia Lorenzo, con copia administrativa para conocimiento del ministerio a Seguridad y de la auditoría de Asuntos Internos".

Al archivo




 Por otra parte, en la víspera, la UFI Nº 4 resolvió archivar la causa instruida en torno del insólito episodio en el cual un imputado por una tentativa de hurto, habría escapado de la comisaría Quinta para entregarse horas después en la Fiscalía.


 "Evidentemente, la Fiscalía dudó siempre acerca de la evasión, ya que el que se escapa trata de eludir la justicia. Y además, el hecho por el cual estaba aprehendido era absolutamente insignificante y el imputado no tenía antecedentes, por lo que no había nada como para negarle la libertad luego de la indagatoria", explicó un vocero consultado.


 Como ya se informara, el cartonero Fabián Horacio Gaitán (20) fue aprehendido sobre las 14.30 del lunes, en un predio situado a la altura del Camino de Acceso Sur a Puertos, en inmediaciones del balneario Maldonado, cuando intentaba trasladar en su carro (todavía no había salido del predio) algunos conectores de alambre en desuso, tirados y muy deteriorados.

Los antecedentes del prófugo




 El preso que se escapó ayer de la sede de la fiscalía local registra algunos antecedentes por delitos contra la propiedad, según consta en el archivo de este diario.


 El primero de ellos se remonta a fines de enero del año pasado, cuando Juan Manuel Vega, entonces de 18 años, fue capturado por imputársele la comisión de varios hechos delictivos.


 Según se informó en aquel momento, efectivos de las comisarías Quinta y Primera, lo habían interceptado en Villa Nocito cuando trataba de vender elementos musicales de procedencia ilegal.


 Cuando los agentes del orden intentaban detenerlo, Vega mantuvo una refriega con ellos y trató de escapar, aunque poco después fue reducido y trasladado a la seccional del barrio Noroeste.


 En el marco de la pesquisa se incautaron algunos libros nuevos, de origen desconocido, y un órgano Casio que fuera hurtado del domicilio de Bravard 763, propiedad de Pablo Gabriel Santiago.


 A Vega también se lo había vinculado entonces como partícipe del asalto perpetrado, el 24 de diciembre de 2003, en la pollería de Martín Gil 2026, perteneciente a Enrique Sánchez.


 Intervinieron en esos casos los fiscales Guillermo Petersen y Christian Long.

En un consultorio




 Pero el individuo, una vez liberado --se ignoran los motivos--, no tardó en caer de nuevo en manos de la ley.


 A principios de abril de 2004, personal de la entonces Patrulla Bonaerense lo descubrió cuando pretendía sustraer una computadora del consultorio ubicado en Viamonte 107, perteneciente al psiquiatra Saúl Grinstein.


 Para ingresar en el inmueble, ubicado casi en la esquina con Moreno, el sospechoso habría forzado la persiana de una de las ventanas del frente.