Brilló la estrella de la Renga
Luchando contra los fantasmas de la tragedia de Cromagnon, Bahía se dio el lujo de volver a tener una noche de puro rock nacional, en un escenario atípico y con un operativo particular.
Desde varias horas previas al recital de La Renga el domingo a la noche, se hicieron presentes en el Predio de la Corporación casi 50 efectivos divididos entre el personal de Bomberos (apoyados por una autobomba), de la Comisaría 2ª, de la Distrital (con patrullas apostadas afuera) y de Infantería. A ellos, se sumaron 40 profesionales de control (contratados por los organizadores) que revisaron metódicamente a cada uno de los asistentes, para evitar la entrada de objetos cortantes y bengalas, entre otros.
"La seguridad está muy bien organizada, según la ley de Felipe Solá (que prevé una persona por metro cuadrado). Nosotros tenemos 3.300 metros cuadrados, de ellos 2.900 libres. Aún así --se calculó la presencia de 2.500 personas-- va a quedar espacio vacío porque este salón es muy amplio; contamos con 28 metros lineales de aberturas distribuidos en una entrada para los músicos, otra habilitada para el público y seis salidas de emergencias abiertas. También poseemos dentro del predio una red de abastecimiento para la autobomba", explicó Juan Carlos Starobinsky, gerente de la Corporación, quien además agregó que "tenemos una posición de privilegio y creo que, racionalmente, este lugar va a ser elegido por muchas bandas".
Trapos del alma. Puertas adentro, las paredes del Predio se vestían de fiesta. Las banderas inundaban de colores el lugar y rezaban las frases de las más conocidas canciones de La Renga.
City Bell, Luján, Las Flores, Tolosa, Cipolletti, San Miguel, Berazategui, La Plata, Villa Crespo, Darregueira, Merlo, Parque Patricios, Berisso y Florencio Varela, entre otros, acompañaban a los trapos locales de Bahía Blanca, Bella Vista, Ingeniero White y Punta Alta.
Tampoco faltaron las estrellas en las remeras, gorras, mochilas y pañuelos.
"Vamos La Renga ponga h... vaya al frente/ que se lo pide toda la gente...", se oía una y otra vez, mientras aumentaba el calor...
Pasadas las 22.10, la luz comenzó a atenuarse, y de pronto todo fue silencio, hasta que se enloqueció la multitud cuando Chizzo, Tanque y Tete interpretaron A tu lado, primer corte del álbum Detonador de sueños.
Sin dar respiro, Cuándo vendrán inundó el espacio mientras la guitarra de Chizzo y el bajo de Tete se enfrentaban en un placentero duelo.
Después llegó el riguroso saludo por parte del cantante y el escenario se tiñó de amarillo para Las cosas que hace.
A esta altura, y ya sumadas las presencias de Chiflo y Manu en los vientos, Chizzo hizo un alto para recordar el "triste momento que vive el rock nacional" mencionando la reciente muerte de Pappo, a quien definió como un "amigo".
De vuelta al ruedo, fue Detonador de sueños el elegido para quebrar el dolor. Le siguieron Tripa y corazón, En el baldío y Bien alto.
Tete no paró un segundo, subió mil veces a los bafles e hizo delirar a todos, siempre aferrado a su bajo y con el jardinero que acostumbra vestir.
El twist del pibe estalló sin piedad y, solo de batería de Tanque mediante, hubo paso para Lo frágil de la locura.
La melódica Cuando estes acá volvió a apaciguar los latidos, seguida por Míralos, melancólica canción que Chizzo dedicó a los niños del mundo.
Dementes en el espacio y El ojo del huracán subieron nuevamente la temperatura. No faltaron los clásicos Veneno, Triste canción de amor, La balada del diablo y la muerte y la ineludible Nave del olvido.
Bajo la atenta mirada del gigante carnero que colgaba detrás del escenario, el quinteto se movió con la seguridad de quien hace las cosas bien y, no dejó dudas de porqué es uno de los más importantes íconos del rock argentino.
Hielasangre resultó la antesala de El viento que todo empuja, desatando otra vez la locura. Llegó entonces El final es en donde partí y luego de Triste Rey la banda se despidió momentáneamente, ya con dos horas y media de recital.
Cinco minutos duró la ausencia. Bahía quería más y lo tuvo...
Entonces Chizzo deslumbró con la increíble y fuerte interpretación de Panic show, tema al que engancharon Noche Vudú, Negra mi alma, negro mi corazón, Me hice canción y El revelde.
Sobre el final, La razón que te demora se deslizó por los cuerpos cansados y acalorados, que aún así no paraban de moverse.
Casi como un himno sonó por último Hablando de la libertad, para un epílogo de aplausos y retirada en paz.
Cuidar al rock
"El gordo Gaby", manager de la banda, se mostró más que feliz al término del recital.
"Tengo mucha alegría, nosotros siempre logramos shows tranquilos. Los problemas los crea la gente que no sabe nada: esos mismos que explotan a la juventud y les cobra para que toque... esos mismos que no generan espacio para que se exprese", aseguró.
También aclaró que "no sólo en Bahía Blanca nos reciben bien, tenemos demostraciones de cariño en todo el país y te puedo asegurar que nosotros vamos a cuidar al rock en todos sus aspectos" culminó el carismático representante de La Renga, mientras era asediado por los fans que le reclamaban autógrafos.
La gente
* "Fue una experiencia inolvidable y emocionante. Este es mi segundo recital, el primero fue el de la Bersuit. La Renga colmó todas mis expectativas e incluso las superó". Luciana (Los Almendros), de 17 años.
* "Todo resultó bien, venimos con un grupo de amigos desde Buenos Aires y tratamos de seguir todos los recitales. ¿Cansarnos? Nunca, esto nos llena de energía". Juan Manuel (Palermo), 24 años.
* "La Renga es espectacular, vengo con mi señora Patricia y mi hijo Nicolás de tan sólo 3 años. Nunca tenemos miedo porque esta ciudad es bastante tranquila y nos conocemos todos". Juan Carlos (centro), 34 años.
* "Hoy se demostró que se pueden seguir haciendo este tipo de recitales. El rock no es algo agresivo, sino fijate la fiesta que se vivió y sin problemas. Esto es para aquellos que quieren poner trabas, de ahora en más van a tener que pensar dos veces las cosas". Gastón (Noroeste), 29 años.
* "Impresionante lo de estos flacos, son lo mejor que hay y espero que vuelvan pronto. Vine con mi mamá y mi hermanita de 10 años y no tuve problemas de ningún tipo, todo estuvo tranquilo". Daniela (Villa Mitre), 17 años.