Antonio Gades, el dueño de un magnetismo incomparable
MADRID (EFE) -- El bailarín y coreógrafo español Antonio Gades murió ayer en esta capital, a los 67 años de edad, víctima de un cáncer que padecía desde hace varios años.
Gades falleció en el Hospital Gregorio Marañón de la capital de España, en donde estaba internado varias semanas.
Su estado de salud se agravó el domingo pasado, cuando los médicos informaron a la familia de que el final estaba próximo.
En el momento de su muerte, estaban junto a Gades su viuda, Eugenia Eiriz, con la que contrajo matrimonio recientemente, y varias de sus hijas.
El bailarín, cuyo nombre real era Antonio Esteve Rodenas, fue condecorado el pasado 5 de junio por el presidente cubano, Fidel Castro, con la orden José Martí, la mayor distinción que concede el Gobierno de la isla, por "su amor, amistad y fidelidad inquebrantables".
Gades, nacido en Elda, en la provincia mediterránea de Alicante en 1936, cautivaba al público no sólo por su arte sino también por sus firmes convicciones morales y políticas, forjadas en torno a una lección que nunca olvidó: antes de la estética, está la ética.
De manera incansable, Antonio Gades repitió esta máxima que aprendió en los inicios de su carrera de su maestra, Pilar López, quien le descubrió --según el bailarín por casualidad-- en la década de los cincuenta, en un Madrid de posguerra y penalidades.
"Por mis venas no corría la sangre del arte. Por mis venas circulaba la anemia provocada por el hambre", espetó en varias ocasiones este hombre de gran magnetismo, que ha vivido sin arrepentirse de nada y que valoraba la humildad por encima de cualquier otra virtud.
"Hay que reivindicar a los maestros", comentaba Antonio Gades en 2001, cuando a sus 65 años y ya sometido a una estrecha vigilancia médica, volvía a los escenarios con el Ballet Nacional de España --que él mismo fundó tras la muerte de Franco-- para montar una de sus creaciones históricas, Fuenteovejuna.
Inspirada en la obra de Lope de Vega, fue éste un montaje en el que Gades habló de "la solidaridad contra el poder", una obra "comprometida", como lo fue él mismo, heredero declarado de "mayo del 68".
La vida y el amor
El mismo confesó en 2002, tras dos años de convalescencia, que pidió a los médicos que le desconectaran de tubos y cables, y que fue entonces, entre hospital y hospital, cuando pasó revista a su vida, pensó en sus cinco hijos y en su nieto.
Gades ha tenido diversas relaciones: desde su primer matrimonio con la tonadillera Marujita Díaz que duró 20 meses, a su unión con Pepa Flores "Marisol", quien vive retirada en Málaga y con quien tuvo tres hijas fruto de trece años de vida en común.
Desde hace unos meses, estaba casado con Eugenia Eiriz, la persona que ha estado junto al bailarín en los momentos más difíciles de la enfermedad.
Pocas veces Gades habló de su enfermedad, pues fue parco en palabras con la prensa. El sabía hablar con los pies, comentaba, aunque también con su expresión, que le llevó a encarnar raciales personajes en la pantalla grande, donde formó un inédito tándem con el director de cine Carlos Saura.
Fueron sobre todo tres películas, una trilogía: Bodas de sangre, Carmen y El amor brujo, en las que el director español --quien veía en Gades uno de los más perfectos representantes del flamenco-- retoma la "tradición culta" de este arte.
De hecho, Carmen se ha convertido, con el paso de los años, en una de las películas más recordadas y apreciadas de Saura.
Ovacionado en todo el mundo, Gades fue uno de los bailarines más premiados de España (Medalla de Círculo de Bellas Artes de Madrid, el Premio Vicente Escudero de danza y coreografía o el Premio Carmen Amaya), aunque tantos reconocimientos no le hicieron perder nunca el miedo a las tablas.
Sobre ellas se ha paseado con su compañía representando coreografías imprescindibles del baile español como El amor brujo, Bodas de sangre --que le consagró internacionalmente-- o Fuego.
Sólo cenizas
Según se informó, Gades será incinerado en la más estricta intimidad.
Por expreso deseo personal, manifestado a sus hijas y a su viuda, no se realizará ningún tipo de acto fúnebre.
Antes de su muerte, el artista pidió a sus hijas y a su viuda que transmitieran "su más sincero agradecimiento a todos aquellos que han admirado y apoyado su obra y, de manera especial, a los que le han acompañado en la última etapa de su vida", cita un comunicado.
Una carrera paso a paso
* Su descubridora fue la bailaora española Pilar López, a quien debe el sobrenombre de Antonio Gades.
* Durante nueve años (desde 1952) permaneció en su compañía, de la que llegó a ser primer bailarín y con la que tuvo su primer éxito de público en 1961, con la obra Ensueño.
* Tras una fructífera etapa en Italia --trabaja con Antón Dolin en Bolero para la Opera de Roma y debutó en 1962 en la Scala de Milán-- reapareció en el tablao madrileño El Corral de la Morería y se lanzó al celuloide como actor en 1963 con el musical Los tarantos.
* Su carrera cinematográfica incluye, en esta década, títulos como Con el viento solano (1965) a las órdenes de Mario Camus.
* El último encuentro (1966) y Los días del pasado (1977) son otros títulos de su filmografía, en la que destacó por su físico, especialmente apto para papeles raciales.
* El bailarín llegó a compartir escenarios con Carla Fracci y Rudolf Nureyev y en 1969 creó su propio ballet, con el que se presentó en París.
* Con su compañía, Gades paseó El amor brujo por los escenarios de Europa, América y Asia, y posteriormente, su versión de Bodas de sangre (1974), que le consagró internacionalmente. Sin embargo, un año después anunció su retirada y más tarde la disolución de la compañía.
* Tras la muerte de Franco, aceptó dirigir el Ballet Nacional de España, cargo que dejó en 1980.
* Atraído por la interpretación y a las órdenes de Carlos Saura protagonizó junto a Cristina Hoyos y Laura del Sol la trilogía cinematográfica Bodas de sangre (1981), Carmen (1983) y El amor brujo (1986).