Bahía Blanca | Viernes, 04 de julio

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Un gigante ucraniano lucha contra la pobreza y la soledad

PODOLYANTSI, Ucrania (Reuters) -- Leonid Stadnyk puede ser el hombre más alto del mundo. Mide 2,53 metros y sigue creciendo. Las mediciones realizadas por la rama ucraniana de los Récords Mundiales Guinness muestran que Stadnyk ya supera la estatura de Radhouane Charbib, de Túnez, quien aparece en dicho libro como el hombre más alto del planeta.




 PODOLYANTSI, Ucrania (Reuters) -- Leonid Stadnyk puede ser el hombre más alto del mundo. Mide 2,53 metros y sigue creciendo.


 Las mediciones realizadas por la rama ucraniana de los Récords Mundiales Guinness muestran que Stadnyk ya supera la estatura de Radhouane Charbib, de Túnez, quien aparece en dicho libro como el hombre más alto del planeta.


 La prensa extranjera y local ha visitado el pueblo donde vive Stadnyk, convirtiéndolo en una especie de celebridad.


 El gigante dinero por algunas entrevistas y también le han ofrecido ayuda para que pueda conseguir zapatos y vestimenta que le sirvan.


 Sin embargo, Stadnyk ha dicho que su estatura no le ha traído mucha felicidad.


 "Durante toda mi vida he querido ser más bajito. Me echaba para adelante y me encorvaba", dijo sentado en su casa del pueblo de Podolyantsi, en el centro de Ucrania.


 "Siempre he querido permanecer en las sombras y no destacarme", agregó.


 Stadnyk recuerda la época feliz cuando era de la misma estatura que sus compañeros de clase en la escuela, incluso hasta un poco más bajo que algunos de ellos. Pero luego, a la edad de 14 años, comenzó a crecer muy rápido.


 En un inicio, nadie parecía percatarse de la estatura del joven de sonrisa tímida, pero después empezaron los problemas.


 "No había zapatos ni ropa para mí en las tiendas. Cuando iba al médico, no podían medir mi estatura. Entonces comencé a cohibirme".


 Según asegura, un desbalance hormonal es el culpable de su crecimiento exagerado, a pesar de que nunca le han hecho un examen médico adecuado para diagnosticar su trastorno.


 No es fácil encargar ropas a la medida en la ex república soviética de Ucrania, donde una transacción simple puede requerir docenas de documentos. El dinero escasea en su casa, ya que Stadnyk tuvo que renunciar a su puesto de trabajo como veterinario por problemas de salud.


 Según indicó, sus brazos son muy fuertes pero sus piernas se debilitan cada vez más debido a su peso: 200 kilos.


 "Para hacer mi trabajo, tenía que caminar siete kilómetros diarios y yo sólo podía moverme en un coche con caballos. No importaba si era invierno o verano. Los animales se enfermaban y había que ir. Tampoco tenía zapatos adecuados y los pies se me congelaban. Tuve que dejar de trabajar".


 En la actualidad, su madre es la que trae el sustento a casa, mientras Stadnyk se encarga de los quehaceres domésticos, de la tierra y del ganado.


 Tanto él como su mamá consumen, principalmente, frutas y vegetales.


 Stadnyk dice que se siente solo y que su salud se deteriora.


 El pueblo donde vive está tan aislado que la mayoría de los jóvenes se han marchado para trabajar en las grandes ciudades. Las casas en el vecindario necesitan pintura y las cercas que las rodean están medio destruidas.


 Stadnyk igual desea quedarse allí y junto a su madre, que es su mejor y única amiga.


 "No fumo, no bebo. Todo lo que gano lo gasto comprando semillas y retoños. El jardín es mi sitio favorito. Allí no importa la estatura".


Dificultades





 La casa familiar se está cayendo. Stadnyk camina por ella con cautela, inclinando la cabeza para no golpear el techo.
Cuando se sienta en una silla, las rodillas casi le tocan el mentón y duerme en dos camas. El joven recibe una pensión por una cantidad equivalente a 28 dólares al mes, pero necesita al menos 200 para mandar a hacer un par de zapatos a su medida, que sólo le durarán cuatro meses.