Bahía Blanca | Lunes, 11 de agosto

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Sacó un conejo de la galera

En un partido Rosario se dio varios gustos, y de los grandes. Le bajó el copete a Alvarado con una actuación brillante, ganó por primera vez de visitante y se metió de lleno en la conversación para pelear mano a mano con los demás rivales de grupo uno de los pasaportes a la siguiente instancia.


 En un partido Rosario se dio varios gustos, y de los grandes.


 Le bajó el copete a Alvarado con una actuación brillante, ganó por primera vez de visitante y se metió de lleno en la conversación para pelear mano a mano con los demás rivales de grupo uno de los pasaportes a la siguiente instancia.


 Por si eso fuera poco, el pibe Sebastián Ramírez --en su tercer partido en Primera-- metió un gol antológico y el elenco de Roberto Canutti tuvo más opciones de gol que en todo lo que va del campeonato.


 El elenco de la casaca francesa sacó a relucir una faceta desconocida hasta aquí: la estirpe ganadora. Arrancó perdiendo pese a que estaba mejor parado que su rival, pero no se amilanó y fue por el empate. Lo logró y no se quedó con eso. Se puso 2-1 y tampoco se conformó. Es más, le dio el golpe de gracia y no dejó reaccionar a su oponente.


 El 3-1 final reflejó en el marcador lo que verdaderamente pasó en la cancha. La escuadra de Roberto Canutti nunca perdió la línea, ni aún en momentos de zozobras. Fue un elenco solidario, que entendió a la perfección lo que tenía que hacer para ganar en el Mundialista.


 Rosario no se metió atrás, jugó por abajo, no titubeo, se agrandó en las difíciles y fue solidificando un triunfo inobjetable como contundente en cuanto a desarrollo.


 Con dos líneas de cuatro --entró Soria por Cardozo--, pero con el mismo ímpetu de equilibrar la zona media, los puntaltenses manejaron la pelota y el trámite. Ni siquiera el gol tempranero de Sanjurjo --el único de los locales al que se le cayó una idea-- le quitó la posibilidad de soñar y enarbolar la victoria.


 El "10" de Alvarado quedó libre de marcas y sacó un latigazo letal contra el poste izquierdo de Manganaro, en la única ocasión que el golero visitante no pudo impedir. Porque después, "Manga" --la gran revelación tricolor en lo que va del campeonato-- estuve formidable. Como el pibe Ramírez, como Gamietea, como Melinger, Zweedyk, y el resto.


 En base a un acertado traslado, a través de Melinger por izquierda y Zweedyk, por derecha, el elenco de la Liga de Sur se fue soltando y empezó a merecer el empate, que llegó por decantación.


 Gamietea escapó por la izquierda --por ese sector el "Rosa" se hizo una fiesta-- y mandó un centro para "La Bruja" Mansilla, quien remató mordido y dio en Antúnez, con tanta
fortuna que el rebote le volvió a quedar al volante de Punta Alta y el posterior disparo fue rechazado al gol por el líbero de Alvarado contra su propia valla.



 De ahí en más, el local perdió la brújula. Se entregó a suerte y verdad y apeló al juego brusco para frenar a un endiablado Zweedyk y compañía.


 Claro, faltaba que apareciera el pibe Ramírez --18 años-- que para entonces ya era amo y señor del medio. Pero si le tenía que agregar algo a su buen desempeño de la primera media hora era un gol para recuadrarlo de por vida.


 El "5" --todo un descubrimiento de Canutti-- robó el balón en la mitad de la cancha, gambeteó a varios rivales por el callejón izquierdo y cerca del vértice del cuadro mayor enganchó para meter un derechazo que se coló en el
ángulo superior izquierdo del sorprendido Pineda, que lo único que tenía para hacer era aplaudir al pibe por tamaño gol.



 El golazo de "Seba" terminó por agrandar a Rosario y por desmoronar a Alvarado, que herido y todo le llegó a Manganaro con un par de situaciones propicias.


 El "1" le sacó un cabezazo increíble a Stranges contra el palo izquierdo y respondió ante otro testazo de Anríquez.


 Los puntaltenses no dejaron ni armarse a Alvarado en el complemento. Pese a que Gambini agotó los cambios en el intervalo, los visitantes madrugaron a su rival y dieron el toque de gracia.


 Después de incontables rebotes en el área, el "Ruso" Gamietea le puso la cabeza al gol y Rosario se fue adelante por dos tantos.


 Alvarado, empujado por Chávez y por la gambetas de Sanjurjo, se fue para adelante con el poco amor propio que le quedaba.


 Canutti reforzó su equipo del medio hacia atrás, paró una línea de cuatro y otra de cinco, por delante de Gamietea, hasta que vino la "Chancha" Alvarez.


 Con el pringlenses inspiradísimo, tuvo opciones de contra que no finiquitó por el despliegue de todo el equipo en pos de mantener un triunfo vital. Y tan grande como en Mundialista.

PARA NUMERO GRANDE

3

son los partidos que jugó Alvarado como local y no ganó. Perdió con Banfield (2-0) y Rosario (3-1) y empató con Sporting (0-0).