Bahía Blanca | Lunes, 11 de agosto

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Un año de peleas judiciales que mantuvo en vilo a Bahía San Blas

Los problemas se iniciaron a mediados de noviembre de 2003, cuando un grupo de pobladores de Bahía San Blas se manifestó en contra de la continuación de la pesca comercial en el balneario. El reclamo incluyó la quema de cubiertas y la toma de la delegación municipal, donde se reclamó la presencia del intendente del distrito de Patagones, Ricardo Curetti.


 Los problemas se iniciaron a mediados de noviembre de 2003, cuando un grupo de pobladores de Bahía San Blas se manifestó en contra de la continuación de la pesca comercial en el balneario. El reclamo incluyó la quema de cubiertas y la toma de la delegación municipal, donde se reclamó la presencia del intendente del distrito de Patagones, Ricardo Curetti.


 Los vecinos que participaron de la protesta argumentaron que se estaba perjudicando al recurso ictícola del lugar, vital para la actividad económica más importante: el turismo.


 "El lugar está nombrado como reserva faunística (de usos múltiples) y no para hacer pesca comercial. En los últimos días no está saliendo nada", señaló en ese entonces Miguel Rao, dueño de un complejo habitacional y guía de pesca embarcado.


 "Están matando a un pueblo, a su comercio y a su hotelería. Gente que estaba hospedada en mi complejo y se pensaba quedar durante cuatro días, se fue al segundo porque no pescaba nada. En noviembre, la afluencia de turistas cayó un 50%", resaltó.


 En ese mismo reclamo, los vecinos firmaron un petitorio que elevaron al gobernador de la provincia de Buenos Aires, ingeniero Felipe Solá.


 En esa misma jornada --13 de noviembre de 2003-- el subsecretario de Pesca bonaerense, Oscar Fortunato, se comprometió ante el intendente Curetti a realizar una reunión con los vecinos de San Blas, a fin de aunar criterios y encontrar una solución con respecto a este tema para 2004.


 Un día después de la protesta, el intendente Ricardo Curetti se comprometió ante los vecinos de Bahía San Blas a no avalar ni peticionar nuevos permisos de pesca para embarcaciones que deseen operar dentro de Bahía Anegada, como también a reclamar que se cumpla la ley de protección de la Reserva Natural de Uso Múltiple Bahía San Blas.


 A raíz de este compromiso, en diciembre de 2003 los pescadores artesanales aseguraron que recurrirían a la Justicia si, en la temporada 2004, no los dejaban pescar.


 Cinco días después, el Consejo de Desarrollo Turístico sanblaseño también anunció que recurriría a los estrados, pero para detener la pesca.


 "La solución al conflicto llegará por vía legal. Tenemos abogados y estamos en contacto con grupos ecologistas que nos están dando una gran mano", recalcó por ese entonces Omar Molteni, secretario de la entidad, quien también lamentó que el intendente Ricardo Curetti estuviera del lado de los pescadores artesanales.


 Desde el Consejo se indicó que sólo podría frenar la presentación de una acción de amparo la realización de un estudio de biomasa que determinara la factibilidad de pescar sin agredir al recurso ictícola.

La crisis de este año.
Las aguas comenzaron a agitarse en julio de este año cuando el Consejo de Desarrollo Turístico de Bahía San Blas mostró sus diferencias respecto de las gestiones que el intendente Ricardo Curetti había iniciado en La Plata para regularizar la actividad pesquera en la zona.





 La entidad advirtió a Curetti que no debería haber recurrido a la subsecretaría de Pesca para gestionar un plan de manejo del recurso, sino a la dirección de Recursos Naturales, ya que Bahía Anegada (San Blas, Los Pocitos y el puerto de Tres Bonetes) es un área de Reserva Natural (declarada como tal por ley 12.788/01).


 El 30 de agosto último, a un mes de que se iniciara la temporada de pesca comercial y artesanal, el Consejo de Desarrollo Turístico de Bahía San Blas cumplió la advertencia que realizó en diciembre de 2003 y presentó una acción de amparo ambiental contra a fin de que se impida emitir permisos de pesca a la subsecretaría de Pesca.


 Como documentación respaldatoria, se presentaron alrededor de 100 fojas con informes nacionales e internacionales que acreditan que en Bahía San Blas la pesca comercial/artesanal dañará a una abundante y rica fauna migratoria.


 El 24 de septiembre último, la Justicia finalmente dispuso la suspensión absoluta de la actividad, tal cual lo había solicitado el Consejo de Desarrollo Turístico de la localidad.


 La medida cautelar fue dispuesta por el Juzgado Federal Nº 2 de Bahía Blanca, Secretaría Nº 4, a cargo del doctor Ramón Dardanelli Alsina, a instancias de una indicación que, al respecto, le fue efectuada por la Cámara Federal de Apelaciones.


 A esta instancia se llegó porque en un primer momento el juez Dardanelli Alsina se había declarado incompetente, dado que entendió que el caso no implicaba el daño de recursos interjurisdiccionales. El tema quedó entonces en manos de la Cámara Federal de Apelaciones, que no sólo confirmó la competencia en el caso del juez Dardanelli Alsina, sino que también ordenó al magistrado que dicte una medida cautelar tendiente a proteger la Reserva Natural de Bahía San Blas.


 Mientras esto sucedía, desde el ministerio de Asuntos Agrarios se convocaba a una reunión para "otorgarle una salida satisfactoria a todos los sectores involucrados en la problemática que se plantea con la inminente temporada de pesca artesanal". Esa reunión nunca se realizó.


 A principios de octubre de este año, los pescadores artesanales por fin rompieron el silencio y anunciaron que recurrirían a todos los medios legales a su disposición para poder continuar con la captura comercial de peces dentro de la reserva natural.


 Gabriel Touriñán, presidente de la Cámara de Pescadores Artesanales, afirmó en ese momento que no se podía saber "qué tipo de decisión personal tomaría cada pescador si se le llegaba a comunicar oficialmente que no podía trabajar".


 Para ese entonces, la actividad estaba frenada porque Prefectura Naval no otorgaba despachos de salida a los botes de pesca artesanal, a instancias de lo comunicado por la Justicia.


 El 7 de octubre, tras una reunión que mantuvo el intendente de Patagones, Ricardo Curetti, con el juez federal que entiende en la causa, doctor Ramón Dardanelli Alsina, quedó en claro que la medida cautelar quedaría firme.


 Un día después, tuvo lugar el primer hecho de violencia en San Blas: la rotura intencional de un gomón perteneciente a un guía de pesca deportiva, hecho que agravó la disputa entre los operadores turísticos y los pescadores artesanales.


 El atentado, cuyo autor aún se desconoce, tuvo lugar en horas de la noche, y resultó afectado el guía turístico Fernando Carranza. El gomón --que resultó con un agujero de unos 40 centímetros efectuado con un elemento cortante-- estaba a 22 metros de la subsede local de Prefectura Naval en el momento del atentado.


 El 4 de noviembre último ocurrió otro hecho inexplicable, que sólo contribuyó a generar incertidumbre y malestar: el ministro de Asuntos Agrarios, Raúl Rivara, y el subsecretario de Pesca, Raúl Fortunato, le comunicaron oficialmente al intendente Curetti que la medida cautelar había sido levantada, por lo cual en los días próximos se emitirían los permisos de pesca para reanudar la actividad.


 Lo extraño del caso fue que la medida cautelar no había sido levantada en absoluto.


 El 16 de noviembre último, a pesar de que la Justicia aún no había dictado sentencia definitiva, y a instancias de una interpretación errónea de la Ley de Amparos, la dirección provincial de Pesca habilitó a 16 permisionarios de pesca artesanal-comercial de Bahía San Blas y Los Pocitos, mediante la resolución Nº 131.


 Mientras esto sucedía, Prefectura Naval seguía prohibiendo la entrada al mar de los pescadores (no había orden judicial que dijera lo contrario), lo que sumía a los trabajadores en una gran confusión y tensaba la situación.


 El 18 de noviembre tuvo lugar un nuevo hecho de violencia entre adeptos y detractores de la pesca artesanal-comercial en Bahía San Blas. El lamentable episodio tuvo como protagonistas a desconocidos que arremetieron contra una embarcación de pesca deportiva propiedad de Marcelo Molteni.


 El hecho desembocó en un duro intercambio de palabras entre el operador turístico y los pescadores artesanales, un intercambio de puñetazos entre ambos y una tensa discusión entre Molteni, y su padre Omar, con el delegado municipal Alberto Alzugaray en la sede comunal, que incluyó la rotura de puertas a patadas y amenazas de muerte.


 El 19 del mes pasado la Justicia finalmente ratificó por escrito la vigencia de la medida cautelar que prohibe la pesca artesanal-comercial en Bahía San Blas, con lo cual eliminó por completo todo intento de las autoridades del ministerio de Asuntos Agrarios bonaerense por reanudar la actividad.


 El abogado patrocinante del Consejo de Desarrollo Turístico sanblaseño, doctor Guillermo Marchesi, dijo a este diario que estimaba que la resolución emitida por la Cámara Federal de Apelaciones de Bahía Blanca había sido motivada por la incertidumbre que habían causado los anuncios de la Provincia sobre el inminente reinicio de la pesca en el "Paraíso de los Pescadores".


 El 6 de este mes, la Cámara Federal de Apelaciones de Bahía Blanca rechazó las apelaciones contra la medida cautelar que mantenía prohibida la pesca artesanal-comercial en la Reserva Natural de Bahía San Blas, por lo que la actividad continuará prohibida hasta que se resuelva la acción de amparo ambiental.


 De esta forma, la secretaría de Asuntos Agrarios de la Provincia de Buenos Aires debió dar marcha atrás con los permisos de pesca que había otorgado semanas antes a 16 pescadores de San Blas y Los Pocitos.


 Tras la feria judicial de enero, si la Justicia falla en forma favorable a la acción de amparo ambiental, de allí en más sólo podrán pescar en Bahía San Blas los turistas interesados en la actividad bajo su modalidad deportiva, tal cual ocurre actualmente.


 La grave crisis entre vecinos, en esta tranquila villa balnearia, tardará mucho tiempo más en solucionarse.














Qué dicen unos y otros sobre el mismo problema

* Consejo de Desarrollo Turístico: La pesca comercial está destruyendo el recurso ictícola y, con ello, la principal actividad de la villa: el turismo.
* Pescadores artesanales-comerciales: "El eje del problema es que los pescadores obtenemos por temporada una buena cantidad de dinero, lo que a mucha gente que se cree dueña del pueblo le molesta muchísimo. Ellos quieren seguir `negreando' a sus empleados, pagándoles 300 o 400 pesos mensuales y, para eso, necesitan que la gente esté muy necesitada de trabajo y con mucha hambre. Si los pescadores hacemos un poco de plata, crecemos y cada vez tomamos más empleados --a los cuales les pagamos hasta 50 pesos por día, más comida--, a ellos se les termina la gente para tener bajo el pie, porque se viene a trabajar con nosotros" (Gabriel Touriñán, pescador artesanal).

* Consejo de Desarrollo Turístico: La pesca se da a cinco mil metros de la costa y dentro de la bahía.
* Pescadores artesanales-comerciales: No se pesca cerca de la costa. Para llegar al lugar de pesca se navegan 90 kilómetros por día, entre ida y vuelta.

* Consejo de Desarrollo Turístico: La captura de los peces se efectúa con redes, lo que destruye a las crías y el alimento.
* Pescadores artesanales-comerciales: Los botes pesqueros no utilizan redes de arrastre, sino anzuelos y otras artes que no son nocivas.

* Consejo de Desarrollo Turístico: Se extraen 200 cajones de pescado por día, de los cuales la mitad son gatusos en plena época de parición.
* Pescadores artesanales-comerciales: Se extraen, por día, entre 80 y 120 cajones de 30 kilos de pescado cada uno.

* Consejo de Desarrollo Turístico: Los barcos que operan en el lugar son siete.
* Pescadores artesanales-comerciales: Los botes de pesca son tres y salen al mar sólo durante 34 días al año, mientras que las lanchas de pesca deportiva son 32 y trabajan durante meses.

* Consejo de Desarrollo Turístico: La afluencia de turistas cayó un 50% en noviembre debido a la falta de pique, hecho ocasionado por la pesca comercial.
* Pescadores artesanales-comerciales: Los pescadores comerciales sacan mucho menos pescado del mar que las lanchas deportivas, de las cuales, en algunos casos, suelen bajarse tanques de 200 litros llenos de pescados, que equivalen a cinco cajones.

* Consejo de Desarrollo Turístico: Los barcos de pesca comercial contaminan con combustible las aguas.
* Pescadores artesanales-comerciales: Los botes de pesca tienen motores internos, diesel, con escape al aire. Las lanchas con motor fuera de borda son las que emiten la contaminación hacia el mar; y las 32 lanchas de pesca deportiva que hay en el balneario consumen un promedio de 100 litros de gasoil por día.








Opinión

Bien, gracias

Por Juan Ignacio Schwerdt





















































 Si las autoridades competentes hubieran atendido con la celeridad y responsabilidad que merecía la disputa entre operadores turísticos y pescadores artesanales de Bahía San Blas, la tensión entre ambos sectores no habría desembocado en hechos lamentables y realmente graves como los que tuvieron lugar durante el último año y medio, tal cual fueron la toma de la delegación municipal, atentados, peleas callejeras, denuncias policiales y demás agresiones que alteraron la usualmente apacible vida de esta villa balnearia.


 De hecho, si se hubiera asumido una actitud responsable y conciliadora, hasta se podría haber evitado que el Consejo de Desarrollo Turístico apelara a la Justicia Federal para resolver el conflicto.


 Sin embargo, muy pocos --casi nadie-- hicieron algo por consensuar los objetivos de las partes, y a la vista está que no fue suficiente.


 Quizá algunos alegarán que no hubo tiempo, que todo sucedió muy rápido. Serán sólo excusas que desmentirán las notas publicadas por este diario entre septiembre y diciembre de 2003, en las que claramente pescadores y operadores turísticos habían expresado que en septiembre de 2004 recurrirían a la Justicia para poder cumplir sus respectivos objetivos (contrapuestos, por cierto): pescar, los primeros; y evitar la pesca comercial, los segundos.


 Nueve valiosos meses pasaron desde que se lanzaron esas advertencias, y muy poco fue lo que se hizo para consensuar una solución, sobre todo desde el máximo organismo competente, la subsecretaría de Pesca de la Provincia de Buenos Aires.


 Así llegó septiembre, y el Consejo de Desarrollo Turístico sanblaseño presentó --tal cual lo había anticipado-- una acción de amparo ambiental en los tribunales federales bahienses, lo cual desembocó en una medida cautelar que prohibió la pesca comercial-artesanal en todo el ámbito de Bahía Anegada-Bahía San Blas. Hubo sorpresa en unos, indignación en otros, rabia en varios más... pero ya era muy tarde.


 En ese momento sí se iniciaron los viajes, las gestiones, las tratativas. Se abrió el debate como debería haberse abierto muchos meses antes. Pero como ya era tan tarde, al ministerio de Asuntos Agrarios --del cual depende la subsecretaría de Pesca-- no le quedó otra opción que seguir los pasos correctos: apelar la medida judicial.


 Días después, para completar una labor que brilló por lo ineficiente, el área de Pesca bonaerense no tuvo mejor idea que emitir permisos de trabajo para pescadores de Bahía San Blas y Los Pocitos, a instancias de una interpretación errónea de la Ley de Amparos efectuada por sus propios asesores legales.


 La incertidumbre, entonces, pasó a ser lo único cierto. Y, como es obvio, la tensión entre las partes se disparó: hubo dos atentados en menos de un mes contra embarcaciones de pesca deportiva, peleas callejeras, insultos cruzados y denuncias policiales.


 Consciente del problema, la Cámara Federal de Apelaciones lanzó un comunicado en el que aclaró que la medida cautelar seguiría en pie hasta que se resolviera su apelación. Pocos días después, el tribunal emitió su dictamen: la medida cautelar seguirá en pie hasta que el Juzgado Federal Nº 2 de Bahía Blanca resuelva la acción de amparo ambiental. Conclusión: la temporada de pesca 2004 se perdió para decenas de familias sanblaseñas.


 Actualmente, el trajín propio del verano mantiene en una tensa calma la relación entre pescadores artesanales y operadores turísticos, ya que todos tienen que atender a sus clientes, los pescadores deportivos.


 ¿Qué ocurrirá tras la finalización de la temporada estival? La palabra la tiene la Justicia.


 ¿Qué ocurrirá luego, sea cual fuere el dictamen judicial? Sólo el tiempo lo dirá, aunque el nerviosismo y los odios que ha generado la situación no permiten avizorar nada bueno.


 ¿Y la subsecretaría de Pesca? Bien, gracias.