AVISTAJE DE BALLENAS EN PUERTO PIRAMIDE
Grises que brillan
MAXIMILIANO PALOU
"La Nueva Provincia"
Unico en el mundo es el espectáculo que ofrecen las ballenas en el Atlántico Sur, a partir de una excursión que, partiendo desde Puerto Pirámides, no sólo deslumbra a los argentinos, sino a turistas que llegan desde otras latitudes. Vale la pena y no está muy lejos de Bahía Blanca.
Lomos y cabezas grises emergen del agua. Las máquinas de fotos a pleno. Las cámaras, también.
Estadounidenses, japoneses, españoles y, por supuesto, argentinos de todos lados son los privilegiados de un espectáculo único en el mundo.
Cuando los barcos parten desde la costa de Puerto Pirámide la expectativa es alta. Y no será defraudada.
"Hay que entender que vamos a ver a estos animales en su hábitat. No van a hacer ningún show", dice el guía para calmar la ansiedad. Y pinchar el globo de que nos vamos a encontrar con Mundo Marino o Aquarium.
Cuando las ballenas aparecen se escucha el primer "aaaahhhh..." que se repetirá en cada uno de los 60 minutos que dure la excursión.
Los "aaaahhhh" más fuertes llegan cuando se logra ver alguna cola, como esas que --en fotos--recorren el mundo y entusiasman a los extranjeros que se llegan hasta las costas chubutenses.
Hay tiempo para disfrutar de un especial paseo de una madre y un ballenato blanco que flanquean la embarcación por unos cinco minutos. Aparecen y desaparecen juntos. El color del más pequeño permite verlo por debajo del agua.
Cuando ya es hora de pegar la vuelta hay una yapa. Una ballena sigue al barco que transporta cerca de 50 personas. Se despide y hasta levanta una aleta.
Punto final en Puerto Pirámide. Quedaron ganas de una vuelta por una localidad que propone vacaciones ideales para la familia.
La tranquilidad de sus playas y sus escasos 800 habitantes invitan a unos días fuera del mundo.
Esos bichos de 6.000 kilos. La siguiente propuesta es llegar hasta Caleta Valdés.
¿Qué hay allí?
Además de un restaurante que permite una excelente vista del mar argentino en uno de sus puntos más transparentes, están los elefantes marinos.
Los machos pesan unas 6 toneladas y en esta época del año se los puede ver copular.
Un espectáculo que no sólo implica el acto sexual sino la pelea que se produce entre el sultán y los demás machos que pretenden quedarse con alguna de las hembras.
A veces llegan a los "topetazos", pero casi siempre con el grito del sultán alcanza para que los otros se vayan.
Ellas tienen una doble tarea. No sólo deben escapar del macho cuando no quieren un momento "romántico" sino que deben cuidar de sus crías porque él pasara por encima de ellos si es necesario.
Más allá de su masa amorfa y su enorme tamaño, pueden despertar un sentimiento para que los "aaaahhhh" se repitan.
Nadie baja a la playa. Desde hace un tiempo está prohibido. Hubo algunos que quisieron tocarlos de cerca y se llevaron un sustito. Son grandes y pesados, pero en velocidad...
En el regreso la fauna ofrece guanacos y hasta un ñandú con sus charitos; otra vista de la Isla de los Pájaros y una siesta hasta la parada final.
(*) Agradecemos al Ente Turismo de Trelew por su colaboración para esta nota.
GRISADOS
Bonus track
Además del paseo por la Península Valdés, desde Trelew se puede viajar hasta Gaimán --25 minutos de ómnibus--. Lo ideal es llegar a las 17 y disfrutar de un tradicional té galés.
Tortas de todo tipo, pan, manteca y dulce llenan la mesa. Y si no ir al mediodía y saborear quesos y cerveza artesanal.
El pueblo no da para mucho más. Una vuelta por la plaza o un recorrido por el museo. Eso sí, siempre y cuando no esté cerrado.
Ciudadana ilustre
"Cuando maltraten a las ballenas no estarán perjudicando solamente a un animal sino a un ciudadano nuestro, que tiene el valor de alguien con sus derechos y obligaciones".
Alejandro Albaini, intendente municipal de Puerto Pirámide, se expresó así cuando inauguró la temporada de ballenas.
Puerto Pirámide "ascendió" a la categoría de municipio en las elecciones de diciembre último, cuando más de 300 habitantes permanentes pudieron votar a sus nuevas autoridades dejando atrás la calificación de "comuna rural" cuyo intendente era elegido por el gobierno provincial.
DESGLOSE
¿Y qué nos podemos traer?
Comprar está en el top de opciones en las vacaciones.
¿Comprar qué? Muchas veces, lo que sea.
En Puerto Madryn los nuevos productos que nos obligarán a llevar otro bolso o a sentarnos arriba de la valija a la hora de cerrarla para volver, pueden ser de esos que no se consiguen en otro lado.
En las casas de dulces se pueden adquirir los tradicionales en frascos bien decorados por 6 o 7 pesos; colitas de ballenas de chocolate a 6 la docena; alfajores a 12 la docena o chocolates por 2 la barrita.
Las camperas de tela polar --hay infinidad de diseños y colores--con dibujos de ballenas van desde los 60 a los 170 pesos dependiendo del lugar en la que se las compre. La calidad es la misma. Hay que saber buscar.
Los gorritos de lana --que hacen falta y que alguno se puede haber olvidado en casa--son los que "más salen", sobretodo esos muy graciosos que terminan como una cola de ballena. Oscilan entre los 8 y los 12 pesos.
Un diálogo entre una proovedora y la dueña de un quiosco sirvió para seguir investigando sobre el tema.
"No, no me dejes eso. Dejame llaveritos, ceniceros, cositas que no pasen los 3 o 4 pesos".
"Mirá, tengo estos llaveros para vender a 4 pesos, ¿te gustan? (tenían la forma de un pingüino)".
"Claro, esos sí. La gente lleva eso para hacer regalitos".
También por ese precio se pueden conseguir imanes para la heladera, escuditos para la gorra o el sweter, lápices, todo decorados con ballenitas, pingüinos o lobos de mar.
Pero también hubo alguien que se llevó eso que no se puede comprar. En una bolsa puso en la baulera del colectivo una barba de ballena de casi dos metros.
--¿Y dónde la conseguiste? --le preguntaron a la porteña.
--Debajo del agua --contestó la integrante del grupo de buceo que se bajaría en Liniers.
Paseos y excursiones
Punta Cuevas --a 4 kilómetros de Puerto Madryn--. Lugar del desembarco de los colonizadores galeses; monumento al indio Tehuelche y gran vista panorámica del mar.
Viveros "Quintas de El Mirador" --5 kilómetros--. En este lugar --que por su elevación ofrece una espléndida vista de la ciudad--, hay viveros que producen plantas ornamentales, árboles, árboles frutales y plantines.
También están los que se dedican a la hidroponía --cultivo de plantas en agua--.
Reserva Natural Turística "Punta Loma" --a 16 kilómetros de Madryn--. Creada en 1966, es la reserva más antigua de la provincia.
Desde un mirador, emplazado en una barranca con vista al golfo Nuevo, se puede observarse el apostadero de lobos marinos de un pelo y la colonia de gaviotines sudamericanos; también se avistan otras aves marinas y terrestres, así como reptiles y mamíferos.
La lobería se puede recorrer por senderos interpretativos; el guardafauna brinda información y folletería.
Luego, puede continuarse hacia el Sur donde a unos tres kilómetros, se encuentra la playa del Pozo. Bancos de mejillones.
Península Valdés. Para acceder se toma al norte la ruta provincial 1 hasta empalmar, a la derecha, la ruta provincial 2, que lleva a la península, declarada Patrimonio Mundial Natural de la Humanidad por la UNESCO.
Luego de recorrer 66 kilómetros, en el istmo Ameghino está la entrada a la Reserva Faunística Península Valdés, sobre el golfo San José, y el Centro de Interpretación, que cuenta con un museo, microcine y galería interpretativa.
A cinco kilómetros al norte de este lugar, se halla la Isla de los Pájaros, Reserva Natural Turística de gran valor biológico ya que es un área reproductiva de diez especies distintas de aves marinas y costeras.
Se continúa el viaje por la ruta provincial 2, pavimentada, y a 29 kilómetros se arriba a Puerto Pirámides --distante 107 kilómetros desde Puerto Madryn--, cuya importancia como centro poblado data 1898.
Cuenta con hermosas playas de mar rodeadas por acantilados que semejan pirámides y en los que se pueden encontrar restos de invertebrados fosilizados de una antigüedad, en algunos casos, que llega a los 14 millones de años.
Dónde está
Puerto Madryn se encuentra a 696 kilómetros de Bahía Blanca, con una duración de viaje de, aproximadamente, seis horas y media por vía terrestre.
Dónde alojarse
* Aguas Mansas --3 estrellas--. José Hernández 51; (02965) 473103
* Bahía Nueva --3 estrellas--. Julio A. Roca 67; (02965) 450145
* El Cid --3 estrellas--. 25 de Mayo 850; (02965) 471416
* La Posada --2 estrellas--. Abraham Matheus 2951; (02965) 474087
Dónde informarse
Más información turística sobre Madryn, Trelew y Chubut en general se puede conseguir en: Municipalidad de Puerto Madryn; (02965) 453-504; www.madryn.gov.ar. En el Ente Trelew Turístico (Entretur), (02965) 426819/420139 y e-mail: [email protected] o en las distintas agencias de viaje de nuestra ciudad.
(en numeros grandes)
696
kilómetros, aproximadamente, separan a Puerto Madryn de Bahía Blanca.
Como lo viví
Increíble
GUILLERMO RUEDA (*)
¿Alguien puede creer que el avistaje de ballenas --a una distancia de sólo 10 metros-- se puede realizar a 15 kilómetros de Puerto Madryn, en una playa de pronunciada pendiente y con toda la naturaleza de marco?
La respuesta es sí. El lugar en cuestión se llama El Doradillo, un lugar reconocido por ser paso obligado de la vieja ruta --de tierra-- a Puerto Pirámides y a las canteras que proveyeron la materia prima --canto rodado y arena-- para la obra de construcción de la planta de Aluar (Aluminio Argentino), entre 1972 y 1974.
El enclave es totalmente virgen. Sin accesos acondicionados, ni paredes levantadas, ni puestos de control.
El camino costero, que rodea al accidente geográfico que caracteriza a Península Valdes, está a apenas 200 metros del mar. A través de esa huella, no son pocos los turistas que se animan a tener su propia experiencia de algo que, acaso, en su momento creyeron una exageración.
El manifiesto declive del sector de playa obra, quizás, como un elemento de seducción para las decenas de ballenas que, allí, se proponen deleitar a los ocasionales observadores. Son animales gigantes, pero juegan como niños. Se divierten; en verdad, la pasan como en ningún otro lugar en este mundo...
Por eso se repregunta: ¿alguien puede creer que existe un lugar donde se pueden observar ballenas desde la costa, disfrutar de sonidos naturales --los que emiten los cetáceos, el viento, la rompiente del mar, etc--, sin vehículos que se crucen por medio y, además, en forma gratuita?
Sí. Se llama El Doradillo. La invitación está hecha.
(*) Periodista.